“Hay cosas que ocurren por la confianza. A veces uno confía en sus hijos, tíos, vecinos, y no piensa en la traición, pero esto llega de la noche a la mañana, en el menor descuido… pero la traición no la espera uno jamás”, comentó Margarito (pseudónimo), el padre de un niño de siete años que fue víctima de agresión sexual por parte de un violador serial.
Margarito es un hombre robusto y fuerte, con mucha personalidad, afable en el trato y muy seguro de sí mismo, pero se nota que cuando recuerda los hechos aún siente dolor por lo acontecido. Se refugia en su fe y menciona frecuentemente a Dios.
En julio del 2020 el hijo de Margarito tenía solo seis años. Su relación siempre ha sido muy cercana, al grado que lo acompañaba de forma permanente en sus jornadas de trabajo. Se hicieron aún más cercanos durante la pandemia, ya que dejó de asistir al preescolar y prácticamente estaban juntos todo el día. Pero en una acción rutinaria su hijo fue presa de un abusador.
Amigos que no son amigos
Este tipo de acciones siempre son una tragedia, pero tal vez es peor cuando vienen del círculo cercano de amistades. Quien se propasó con su hijo es una persona que Margarito ha conocido desde hace más de 20 años, parte de una familia muy cercana.
“Ese día andaba con mi hijo y fuimos a comprar comida china. Como es bastante, lo compartíamos y lo pagábamos mitad y mitad con la familia de unos amigos. Entonces lo compramos y yo me quedé en el carro y mandé a mi niño a entregarlo. Bajó a dejárselos y se tardó, cuando regresó venía con un carrito que le habían regalado”, detalló Margarito.
Por lo general su niño se habría tardado unos cinco minutos, pero según recuerda pasaron tal vez unos quince. Él no dudó ni sospechó nada, ya que la familia a quienes visitaron tenían toda su confianza y mantenían una bonita amistad, sobre todo con el papá y la mamá del abusador. Incluso asistían a la misma iglesia. Margarito no se imaginó que algo más podía haber sucedido.
En esos quince minutos, el abusador estaba solo en su casa. Recibió al niño y aprovechó para quitarle la ropa, aunque no pudo abusar de él, tal vez por el corto tiempo, o porque el niño no se dejó y regresó rápidamente donde su padre.
La acción habría quedado impune, pero el abusador no era nuevo en esto: es un violador serial que ha atacado a una buena cantidad de menores de diversos ámbitos sociales, desde un niño de hogar como es el hijo de Margarito, a niños en situación de calle o menores que a pesar de tener un hogar, por la pandemia se tuvieron que retirar de la escuela y empezaron a pedir dinero en las calles.
El Proyecto Rescate de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) trabaja junto a las autoridades de investigación y a la Fiscalía de la Niñez en la investigación y condena de casos de violencia sexual contra menores. Ellos apoyaron con la investigación de este caso, gracias a una denuncia anónima se supo que el violador guardaba videos de cuando abusaba de los menores y al ser detenido se le decomisó su teléfono y se corroboraron los videos con los que se pudo ubicar a las víctimas.
A través de una exhaustiva revisión de los videos y posterior investigación y seguimiento, personal de Rescate identificó al hijo de Margarito como una posible víctima, por lo que lo contactaron ,le pidieron que los acompañara a la Dirección Policial de Investigación (DPI), y ahí un grupo de agentes le revelaron lo que le había sucedido a su hijo.
“Me enseñaron fotografías y videos y ahí es donde se me despertó la mente, completamente, que esa persona, tan cercana a nosotros, tocaba a mi bebé. Yo no podía pensar mal de nadie, pero al ver el video me di cuenta de otro mundo, otra historia. En décimas de segundo me cambió la vida. Hay cosas que cuestan superar, peor cuando es alguien cercano, un amigo”, recordó Margarito.
También agregó que estaba seguro de cuando había pasado el hecho ya que reconoció la camisa que andaba su hijo.
Margarito mantiene una expresión de dolor en su rostro, pero sostiene su tono de voz inquebrantable. Explica que lo primero que pensó era buscar al agresor para matarlo, pero dice que en décimas de segundo reconsideró y recordó que es alguien apegado a las cosas de Dios y que esto había que dejárselo a las autoridades para que lo juzgaran.
Son actores importantes en el proceso de aceptación y superación los especialistas de Rescate. Margarito detalla que “me llegaron dos personas muy especiales que me explicaron la situación y el trámite legal a seguir. También me ayudaron a entender la situación y comprender que no era mi culpa”.
El programa Rescate, trabajando para proteger a los menores y lograr justicia.
Rescate brinda atención psicológica a las víctimas de violación y sus familiares. También brinda el acompañamiento logístico que requieren las autoridades para la investigación y judicialización de estos delitos. Colabora con la preparación psicológica, el traslado de los testigos y aporta pruebas a favor de las víctimas.
Solo en el 2017 acompañó 25 procesos de investigación. Producto de esta colaboración el Ministerio Público logró 13 capturas y 14 sentencias condenatorias. En otras palabras, resolvieron de forma favorable 56 por ciento de los casos, cifra muy superior al seis por ciento de promedio de resolución de casos en Honduras, también brindó atención psicológica a 60 víctimas con sus respectivos familiares.
Margarito está muy agradecido con Rescate, aunque admite que recordarlo es doloroso. “A nadie le enseñan cómo ser padre y fue muy duro decirle a mi niño que tenía que hablar de eso, pero ya me habían dicho como hablar con él y le expliqué que le iban a hacer unos exámenes”.
Es muy difícil superar los traumas, pero las personas deben de tener claro que son víctimas. La culpa es uno de las cargas más grandes para los parientes. “Cuando vi los videos en la DPI me solté a llorar, no aguanté por ver que una persona allegada a la familia le hiciera eso y lo grabara todavía, no pude resistirlo, pero tanto yo como mi hijo hemos superado gracias al acompañamiento que nos han dado”, concluyó Margarito.
Hay que destacar que el abusador está detenido. Los investigadores consideran se han aportado suficientes elementos de prueba como para lograr una condena en este caso. También se han presentado un par de casos más, y aún se investigan otros de los cuales también podría ser el autor.
La psicóloga Wendoly Castillo de Rescate ha trabajado con el padre y el hijo, para que superen el trauma. Explica que pasa muy seguido que los padres se sienten culpables de lo que pasó a sus hijos.
Detalla que no existe un perfil de personalidad específica de un agresor sexual de menores, por lo que los padres no se deben de confiar con respecto a sus hijos. Advierte que cualquiera puede ser un abusador, tanto hombres, como mujeres, ancianos e incluso alguien cercano a la familia como sucedió en esta ocasión.
El agresor está detenido y se le acusa por abusar de al menos tres menores, aunque hay una cuarta víctima que no se ha podido identificar.