Durante los últimos diez años, se ha derramado cuantiosas cantidades de tinta, dinero y pensamiento sobre la epidemia de los homicidios en Honduras. Y con razón—hace algunos años, Honduras tenía la tasa de homicidios más alta del mundo. Aun hoy en día, cuando el número de homicidios se ha reducido en casi un 50% comparado con hace cinco años, la tasa de homicidios en Honduras sigue siendo muy alta comparado con el promedio mundial.
Sin embargo, en Honduras también existe otra epidemia de violencia. Esta epidemia es menos visible, porque no deja cadáveres, sino cicatrices físicas y psicológicas en los seres vivos. Y a pesar de su fuerte impacto a lo interno de las personas afectadas, muchas veces estas heridas son invisibles por fuera.
Se trata de las violaciones sexuales. A pesar de afectar a miles de hondureños, el fenómeno de la violación y otros tipos de violencia sexual es menos conocido y entendido por la población, comparado con otras manifestaciones de la violencia en nuestra sociedad, como por ejemplo, el homicidio y la extorsión.
Así es que Revistazo está publicando esta serie especial sobre las violaciones en Honduras. Estaremos abordando varios mitos sobre las violaciones sexuales en Honduras, contrastando estos con datos, hechos y acontecimientos concretos:
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MITO
Las violaciones sexuales ocurren esporádicamente.
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REALIDAD
La violación sexual afecta a miles de hondureños cada año. Mientras la cantidad de violaciones reportadas al Ministerio Publico es menos que la cantidad de homicidios registrados por este órgano, es muy probable que la incidencia real de violaciones sexuales sea mucho más alta.
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MITO
La violencia sexual es un fenómeno limitado a comunidades marginales y de bajos recursos.
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REALIDAD
Tanto las víctimas como los victimarios de las violaciones sexuales vienen de todos los estratos de la sociedad hondureña.
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MITO
Las víctimas de la violación sexual de cierta forma son responsables ellos mismos por lo que les pasó—porque usaron ropa provocativa, o porque coqueteaban a quien no debía, etc.
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REALIDAD
El único "error" de muchas víctimas es haber nacido en una familia donde alguno de sus familiares llega a abusar de ellos. Otros son cazados por violadores en serie que se obsesionan, por ejemplo, con niñas que andan en sus uniformes escolares.
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MITO
La justicia hondureña es incapaz de enfrentar la epidemia de las violaciones sexuales.
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REALIDAD
Es cierto que la gran mayoría de violaciones quedan en impunidad. Sin embargo, las investigaciones de Revistazo demuestran que esto es resultado más de una falta de priorización y compromiso, no de capacidad. Como muestra, más adelante en esta serie Revistazo presenta a fondo los casos de cuatro violadores. Debido tanto a la valentía de las personas que sobrevivieron sus depredaciones, como al trabajo diligente de policías, fiscales y jueces, estos violadores ahora enfrentan décadas tras las rejas