Por Carmen Mejía
Luego de 74 horas de incertidumbre tras las Elecciones Primarias del pasado mes de marzo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) empezó a brindar resultados de las votaciones a cuentagotas. Días antes de las elecciones presenciamos las pugnas entre los y las consejeras del CNE para ver quién imponía su forma predilecta de escrutinio. Al final, se acordó que cada uno de los tres partidos políticos mayoritarios definiría internamente sus procedimientos –potestad que ya la ley les reconocía.
El mismo día de las Elecciones Primarias, las autoridades del CNE informaron a la población, que a partir del lunes se comenzaría con la recepción de las maletas electorales y que ese día se comenzaría a publicar resultados periódicamente por medio de boletines.
Pero esto resultó ser solo palabras y no hechos, ya que la primera actualización de resultados fue publicada hasta el 17 de marzo, catalogándolas, así como las elecciones que más se han tardado en dar resultados desde 1981.
Según fuentes de entera confianza a lo interno del CNE, las máximas autoridades del órgano electoral no tienen previsto hacer una nueva licitación para contratar servicio tecnológico especializado en la recolección y transmisión de resultados desde la mesa electoral a nivel central. Tampoco parece que se pedirá asistencia técnica internacional o se tiene pensado tomar buenas prácticas como las de Bolivia o Ecuador que han demostrado que se puede publicar los resultados electorales en tiempo y a la vez, asegurar la tranquilidad de la población.
Un actor institucional importante es el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) que estuvo de observador durante la jornada electoral y en los días posteriores al 14 de marzo, pero que no se ha pronunciado sobre los atrasos en la divulgación de resultados que tuvo el CNE. Cabe mencionar que incluso el mismo IAIP tuvo que esperar hasta el 22 de marzo, ocho días después de la jornada electoral para poder ingresar a las instalaciones del CNE y hacer su trabajo, a pesar de tener un convenio de colaboración con el órgano electoral.
Ahora bien, cuál es la salida que tiene el CNE en el caso que sus máximas autoridades decidan volver a utilizar el mismo método utilizado en las elecciones primarias de transcribir y divulgar los resultados, llegando a tardarse posiblemente aún más debido al número de partidos políticos compitiendo en las Elecciones Generales.
Pues, la única opción será contratar más personal auxiliar que apoye en la transcripción de las actas, emitir un reglamento de divulgación de resultados y comunicar a los partidos políticos y a la población en general con la debida antelación, los tiempos en que estará brindando los resultados parciales hasta su conclusión. Sin duda, esto tendrá que pasar por los jefes de los partidos políticos. Pero también requerirá que el CNE se abra a la observación, para reducir tensiones y especulación.