En el análisis que el equipo de Asistencia Legal Anti Corrupción (ALAC) de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ) nos muestra que el riesgo de no aplicar correctivos en el accionar de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) puede ser un mal precedente para la administración pública.
¿A quién rendirá cuentas Invest-H?
Pero ¿por qué plantear, si quiera, un “olvido” de esta experiencia? Para los entendidos, el hecho de que el Tribunal Superior de Cuentas sea quien lleve la voz cantante en el proceso de deducción de responsabilidad de cualquier tipo a los funcionarios públicos es un riesgo debido a la normativa que rige la rendición de cuentas e investigación, así como el record que el TSC ha tenido a lo largo de su historia.
El texto también nos lleva a reflexionar sobre otras de las consecuencias de la forma en que Invest-H operó para la compra de insumos y bienes para combatir la pandemia en Honduras, dejando a muchos proyectos de infraestructura huérfanos de presupuesto y provocando una nueva necesidad de inversión social gracias a la manifiesta sobrevaloración de diversos artículos adquiridos por Invest-H.
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¿Se corregirán problemas estructurales con Invest-H?
El análisis señala que mientras el propósito y el ámbito de trabajo de Invest-H ha evolucionado desde su fundación, el marco jurídico en que se base su operación no ha sido actualizado. Asimismo, el análisis señala que en la practica el Consejo Directivo no ha ejercido el nivel de control de la institución que debería.
Si no se corrigen los errores del presente, deja abierta la posibilidad de futuros riesgos. Uno de ellos es dejar la puerta abierta para que la institución exceda su rango de acción, como la suplantación de funciones de algunas entidades gubernamentales ya existentes bajo la excusa de confiar en “el mejor comprador del Estado”, como se le dio a conocer a Invest-H hace varios meses atrás.