El Comité del Patrimonio Mundial de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció oficialmente el 21 de septiembre la Brecha entre Ricos y Pobres como la «Octava Maravilla del Mundo», describiendo así la división de la riqueza global como la «más colosal y duradera de las creaciones de la humanidad».
«De todas las estructuras épicas que ha ideado el género humano, ninguna más prodigiosa e imponente que la Brecha entre Ricos y Pobres», declaró el presidente del Comité, Henri-Jean Baptiste. «Es un crecimiento tremebundo, milenario, que nos llena de asombro y humildad.»
«Y gracias a un cuidadoso mantenimiento a través de los tiempos, ese ingente vestigio ha sobrevivido intacto, infundiendo a cada nueva generación una sensación de reverencia», añadió.
El vasto abismo de riqueza que se extiende a lo largo y ancho de la mayor parte del mundo habitado atrae a millones de aturdidos observadores cada año, muchos de los cuales encuentran esa inmensidad demasiado abrumadora hasta para contemplarla.
Siendo con mucho la mayor estructura de factura humana está fácilmente a la vista desde emplazamientos tan distantes como Europa Oriental, China, África y Brasil, así como desde Estados Unidos.
«Las Siete Maravillas del Mundo originales palidecen en comparación con ella», afirmó Edwin MacAlister, miembro del Comité del Patrimonio Mundial, frente a una llamativa fotografía de la Brecha Entre Ricos y Pobres tomada desde lo alto de la Ciudad de México.
«Se trata de una pasmosa hazaña de ingeniería humana que eclipsa a la Gran Muralla China, las Pirámides de Gizeh y acaso hasta la Gran Barrera Racial.»
Según los antropólogos, incalculables millones de esclavos y siervos trabajaron penosamente una vida entera para completar la Brecha.
Los anales indican que es probable que las obras se iniciaron hace unos 10.000 años, cuando las primeras élites de terratenientes convencieron a sus súbditos de que la construcción de dicho monumento era voluntad de la autoridad divina, creencia ampliamente sostenida aún hoy en día.
Aunque los historiadores han refutado esas afirmaciones, son muchos los que mantienen todavía la teoría de que la Brecha entre Ricos y Pobres la levantaron los judíos.
«Cuando contemplo su increíble amplitud, me siento conmovida hasta las lágrimas», sostuvo Grace Ngubane, de 31 años, residente en Johannesburgo, cuyo hogar queda situado en una de las partes más anchas de la Brecha.
«La escala es alucinante, te hace sentirte de verdad, de verdad, muy pequeñita», declaró.
Si bien numerosos individuos han tratado de cruzar la Brecha entre Ricos y Pobres, hay pruebas que sugieren que sólo una pequeña porción ha tenido éxito alguna vez, y en cambio han muerto muchos en el intento.
Su reconocimiento oficial como Octava Maravilla marca la culminación de un giro espectacular hace sólo 50 años, cuando los movimientos populares procuraban el cierre de la Brecha.
Sin embargo, gracias a un reducido grupo de denodados políticos y de líderes de la economía, se iniciaron vigorosos esfuerzos de conservación en torno a los años 80 para restaurar —y ampliar a gran escala— esa antiquísima estructura.
«Es imponente», declaró el presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, campeón y benefactor de toda la vida de la conservación de esa falla. «Después de todo lo que hemos pasado en los últimos años, no hay mayor privilegio que verla crecer más y más cada día”.
“Puede que haya unos cuantos detractores que se preocupen porque, de hacerse más grande, el conjunto se derrumbe, dejando atrapadas debajo a millones de personas, pero yo, por mí, estoy dispuesto a correr ese riesgo», señaló.
Blankfeinañadió que “algo me dice que yo, probablemente, saldría bien parado».
El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO es un órgano intergubernamental compuesto por 21 miembros.
Dicta las instrucciones de carácter procedimental para insertar los bienes culturales o naturales en la Lista del Patrimonio Mundial, asesorado por otros organismos como el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y el Centro Internacional para el Estudio de la Conservación y Restauración de los Bienes Culturales. (Tomado de la revista Sin Permiso)