El ex director nacional de la policía de Honduras, general Ricardo Ramírez del Cid, involucró a sus antiguos compañeros y a las fuerzas armadas en el asesinato de su hijo Oscar Roberto, de 17 años.
Identificó a los autores del crimen como miembros de la Mara 18.
Declaró el 21 de febrero además que “todo está en manos de la fiscalía… y prometí a mi esposa, junto al cadáver de mi hijo, que (su muerte) la dejaría a la justicia terrenal. Sé que la intención no era un asalto, la intención era secuestrarlo (a su hijo). Yo trabajo con realidades, no con hipótesis”.
Dijo que el hecho le trae mucha confusión, tribulación y desesperación. “Estaba acostumbrado a ver este tipo de situaciones a diario, pero cuando pasa con un hijo la cosa es diferente”, remarcó.
Ramírez del Cid instó de dimisión del ministro de Seguridad, Pompeyo Bonila.
“Señor Pompeyo renuncie, usted sabe que no ha hecho nada. Yo lo sé, siempre se lo manifesté y también va extensivo al director de la policía (general Juan Carlos Bonilla) porque no está haciendo lo mejor y está manchando a personas honestas… y eso no es incorrecto”.
Al menos cuatro hombres mataron el 17 de febrero a Oscar Roberto en un restaurante al sur de Tegucigalpa. Las autoridades indicaron de inmediato que se trató de un asalto al lugar y no en una acción premeditada en contra del muchacho.
El presidente Porfirio Lobo destituyó a Ramírez a finales de 2012 y en su lugar nombró a Bonilla, apodado “El Tigre”.