Perfil: Ex Ministra de Salud. Doctora en Medicina General. Maestría en Epidemiología. Diplomada en desarrollo local y descentralización de los servicios.
¿Cómo calificaría su gestión de nueve meses al frente de la Secretaria de Salud?
R.
Antes de asumir el cargo como Ministra de Salud jamás imaginé el descalabro económico en el que se encontraba la Secretaria de Salud (SS). En octubre de 2012, tras estudiar los presupuestos llegamos a la conclusión que se había dilapidado el 90% del presupuesto total del año y que no teníamos dinero para afrontar las deudas de la anterior Administración, a cargo del ministro Bendaña.
Nos encontramos que el personal por contrato (cerca de 4,000 empleados) llevaba nueve meses sin cobrar su salario, 450 interinos no se les había regulado su interinidad que debió haberse hecho en marzo de 2012, no había presupuesto para hacer frente a las becas de los estudiantes universitarios y, lo más grave de todo es que se habían ejecutado fondos financieros del pago a empleados para pagar conquistas salariales de algunos gremios y sindicatos que se habían logrado a finales de 2011, poniendo en riesgo el pago a todos los empleados en los meses de noviembre y diciembre de 2012. Logramos resolver el problema con un pago de 200 millones de Lps. por parte de la Secretaria de Finanzas.
Ha sido una gestión difícil por la situación económica en que se hallaba: una deuda de 919 millones de Lps. para el periodo de septiembre a diciembre de 2012. Además, las deudas con con los proveedores dieron lugar al desabastecimiento de medicamentos y material médico a todos los hospitales del país. Todo eso lo hemos arrastrado hasta febrero de 2013 cuando se aprueban los presupuestos anuales y podemos volver a comprar los materiales necesarios. Creo que viendo el estado en el que estaba la SS la pregunta es por qué no se destituyó antes a Arturo Bendaña como ministro de Salud.
¿Cree que el Presidente pudo recibir presiones de partes interesadas en que usted dejase de ser Ministra de Salud?
R.
Puede que el presidente haya recibido presiones. En cualquier caso, cada presidente es dueño de sus actos y él puede decidir destituirme en el momento que considere oportuno.
Sí que se nos acusó de estar contratando a personal de otros partidos políticos y yo respondí que en la SS había personal contratado con más de 15 años de antigüedad que pertenecían a diferentes partidos políticos y que no podíamos despedir. Fue en noviembre, cuando tras una plática con el ministro de finanzas solicité que en 2013 se nos permitiera contratar empleados a través de servicio civil. Para esta acción se necesitaba la aprobación de la Comisión Ejecutiva nombrada por el Presidente. La respuesta de la comisión fue la de comenzar un proceso de revisión de todo el personal contratado para comprobar si estaban inscritos en el registro electoral para saber a qué partido pertenecían y este proceso es el que ha hecho que se demorara el pago a los empleados por contrato ya que nosotros, como SS, lo hicimos a tiempo y de la forma establecida por la ley y el pago de estos salarios no nos correspondía a nosotros sino a la comisión nombrada por el presidente.
Por otro lado, él me prometió, personalmente, 100 millones de lempiras en medicamentos a través de un acuerdo con un laboratorio de Canadá para suplir el desabastecimiento y ese compromiso nunca se efectuó.
Se trabajó en un proyecto con farmacias privadas para poder proveer medicamentos a todos los pacientes cuyos fármacos no se encontraban en las farmacias de los hospitales. Se presupuestó que el coste rondaría los 200 millones de Lps. Presentamos el proyecto al Presidente de la República, al Presidente de la Comisión del Congreso Nacional y a la Junta Directiva del Hospital Escuela y no obtuvimos respuesta.
¿Qué cree que se ‘esconde’ detrás de su destitución?
R.
Uno de los argumentos que utiliza el Presidente de la República es que los hospitales están desabastecidos, pero eso es algo que ocurre desde hace años y ahí están las hemerotecas para comprobar que los medios de comunicación ya lo habían denunciado antes. Esto, además, es algo que no se puede resolver sin un incremento en el presupuesto de compra de medicamentos por parte de los hospitales y de cada región de salud. Lo que se estaba haciendo eran compras fraccionadas de varios millones de lempiras en medicamentos y material médico quirúrgico sin un respaldo presupuestario.
Pero el ministro de finanzas fue muy claro al inicio de 2013 afirmando que no se iban a respaldar compras sin respaldo presupuestario, esto quiere decir que la SS de salud no podía realizar compras directas más allá de las permitidas por la ley, ni siquiera compras fraccionadas porque es un delito fiscal. Por tanto, la única forma de lograr abastecer los hospitales era a través de un decreto de emergencia, que es lo que hicimos en noviembre del año pasado. Sin embargo, nuestra solicitud fue rechazada con la promesa que se nos darían 600 millones de Lps. para los últimos meses de 2012, pero solo recibimos 230 millones que destinamos a pagar a los empleados.
El hecho de poner mecanismos que buscaran la transparencia en las compras de salud, como es la unidad de análisis y compras, así como negar las compras sobrevaloradas por parte de los administradores o no comprar medicamentos de ‘maletín’, hace que muchos de los administradores que están confabulados con los proveedores y con otras personas que se benefician se sientan insatisfechas y lleguen a la irresponsabilidad de no comprar medicamentos y otros insumos; a pesar de que los hospitales tienen la posibilidad de usar parte de su presupuesto para comprar medicinas. Pues, en mayo de 2013 solo se había ejecutado el 10% del presupuesto de los hospitales en compras de medicamentos a nivel nacional.
Adicionalmente a los 55 millones que tiene la red de salud para compra directa de medicamentos se autorizó a Gerencia Administrativa a que transfiriera 56 millones de Lps. en los 27 hospitales para que se pudieran comprar medicamentos adicionales en la última semana de mayo de 2013. Esto hace que tengamos más de 100 millones para compra directa de medicamentos y que se resuelva, así, el problema de desabastecimiento que heredamos de la anterior Administración mediante el decreto 032-2011. Bajo el mandato de Bendaña solo se compraron el 52% de los medicamentos del cuadro básico. Yo heredé una secretaria con un 48% de desabastecimiento en un momento de crisis económica en el que no podíamos hacer más de lo que hicimos.
¿Cree que la intervención del Almacén Central de Medicamentos fue clave en su cese como ministra?
R.
En el Almacén Central de Medicamentos (ACM) los hallazgos encontrados sobrepasaban lo que se tenía conocimiento en lo referente a irregularidades. Tras esta intervención comenzó una campaña mediática contra mí a raíz de la ‘polémica’ sobre el Dengue. Un medio de comunicación escrito afirmó, utilizando un documento no oficial proporcionado por una empleada de la SS para difamar y calumniar a mi persona. No sé, porque me han destituido, quizás el Presidente Lobo sepa los motivos reales de mi cese como ministra de salud porque yo no los sé.
¿Existe un oscuro negocio de los medicamentos en Honduras?
R.
No sé si se trata de un ‘oscuro negocio’ o no, lo que es cierto es que con la intervención del ACM se tuvieron pruebas evidentes de irregularidades en el proceso de compra, almacenamiento y distribución de los medicamentos. Ahora debe ser responsabilidad del Ministerio Público que se quiera ir más allá y buscar responsabilidades y seguir investigando quiénes están detrás.