El pasado domingo 7 de febrero del 2021, Ecuador realizó sus elecciones generales en medio de una alta incidencia de casos de Covid-19. Revistazo tuvo la oportunidad de ser observador del proceso y destaca que a pesar de la pandemia, los ciudadanos asistieron de forma masiva a las urnas. ¿Qué lecciones podemos aplicar para las próximas elecciones en Honduras?
Datos de las elecciones
Ecuador tiene una población de 17 millones de personas. Cuando se realizaron las elecciones el país estaba cruzando un repunte de casos de Covid-19: se contabilizaban más de 260 mil casos positivos por Covid-19 y más de 15 mil muertes, según datos del Ministerio de Salud Pública de este país.
En este contexto, las elecciones fueron una fiesta cívica con una masiva participación, con el 99% de las actas escrutadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Se confirma que casi 10.5 millones de personas asistieron a votar, equivalente al 81.25 por ciento del padrón electoral.
Nuevas medidas tomadas para el proceso
El CNE de Ecuador se enfrentó al reto de organizar un evento electoral masivo, con menos recursos por pasar por una crisis económica debido a la pandemia, por lo que el proceso era un doble desafio. Algunas de las medidas que tomó fueron:
- Ampliación de mesas electorales
El CNE decidió reducir la capacidad de cada mesa electoral para evitar aglomeraciones. En los procesos anteriores se podía atender hasta 600 personas por mesa, pero en este proceso se redujo a un máximo de 350 personas, para garantizar el distanciamiento social entre los electores.
- Colocación de mesas electorales en espacios exteriores
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es más probable que el Covid-19 se propague en espacios con poca ventilación, por lo que, en vez de colocar las urnas en el interior de las aulas de los centros educativos, se colocaron en los pasillos exteriores con ventilación natural.
- Campañas de información masiva
El CNE creó campañas de socialización a través de redes sociales y medios de comunicación que detallaban las nuevas medidas para prevenir el Covid-19 durante la votación. También designaron en cada centro de votación a personas que le indicaban de forma expedita al ciudadano la mesa donde debía votar y las normas de distanciamiento.
- Circulación en un único sentido
En la mayoría de los centros de votación, se hacía una fila para ingresar, una vez que entraban al recinto para ejercer el sufragio, los ciudadanos salían por otro extremo del centro, así se evitaba que los votantes se encontraran de frente y se aglomeraran.
- Obligación de usar mascarillas de forma permanente
Cada ciudadano debía llegar al centro de votación con su mascarilla puesta y sólo estaba autorizado a quitársela por unos segundos cuando en la mesa electoral verificaban que fuera la misma persona que portaba su documento de identificación.
- Reducción de contacto entre mesa electoral y votantes
Según el Protocolo General para la Prevención de la Covid-19 en el Proceso Electoral 2021 creado por el CNE, el ciudadano solo debía enseñar la identificación al jefe de la mesa, quien portaba una careta plástica. El encargado de mesa, sin tocar la identificación, buscaba al votante dentro de la planilla y comprobaba que estaba habilitado para votar. Luego, este informaba al resto de la mesa, quienes sin contacto con el votante le entregaban sus papeletas electorales para votar.
- Cada quien lleva su lápiz
Para reducir el contacto de cientos de personas con un solo lápiz al momento de firmar el acta de votación, se recomendó que cada ciudadano llevara su propio lápiz, aunque en caso de no tenerlo se proporcionaba uno por parte de la mesa.
- Desinfección constante
Los miembros de la mesa tenían la obligación de desinfectar todos los espacios donde votaban los electores cada 20 minutos, esto para evitar el riesgo que quedaran residuos del virus.
- Policías y militares regulando el acceso
El trabajo de los entes de seguridad del Estado fue muy importante, ellos regulaban el ingreso de los votantes a los centros y constantemente recordaban el debido distanciamiento y que el ciudadano votara debía de salir inmediatamente del recinto para evitar aglomeraciones.
Retos y recomendaciones para Honduras
Para el proceso de elecciones primarias e internas de marzo, aún no se han socializado claramente qué medidas se tomarán para evitar el contagio de Covid-19, esto a pesar que estamos a unos 30 días del proceso.
El Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), presentó un análisis donde considera que habrá un sobrecosto de al menos 75.5 millones en equipo de bioseguridad para las elecciones. El pasado 22 de enero el CNE informó que había abierto un proceso de contratación directa para la compra de kits de bioseguridad y pruebas Covid a través del portal de Honducompras.
Otro reto será que muchos de los centros de votación que han sido usados como recintos electorales están siendo usados como centros de triaje a nivel nacional. Muchos otros, sobre todo en la zona norte y occidente del país fueron dañados y varios destruidos por las tormentas Eta y Iota. Nuevamente, el CNE nacional no se ha referido a disposiciones de actualización de centros de votación.
En Honduras la situación es diferente a Ecuador con respecto a la confianza en la Policía y los las Fuerzas Armadas. Si es que el CNE hondureño espera contar con su apoyo en la organización del proceso en el orden, deberá de socializar esa intención y capacitar a los efectivos que participen del mismo.
A finales de enero se dio una reunión entre el ente electoral y las Fuerzas Armadas donde discutieron la coordinación y planificación del apoyo que brindará la institución castrense en el transporte, vigilancia y custodia del material electoral.
El artículo 226 de la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas establece que se pondrá a las Fuerzas Armadas bajo la disposición del Consejo.
Según el Sondeo de Opinión del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), el 75% de la población considera que “los militares y policías protegen a la gente más rica del país”, por lo que una participación más activa en un proceso electoral que la tradicional custodia de las urnas, podría aumentar la desconfianza en el proceso.