Las elecciones de finales de noviembre en Honduras fueron una verdadera fiesta cívica que llenó de esperanza de cambio y de mejores oportunidades a los hondureños, esto debido a la arrolladora victoria de Xiomara Castro Sarmiento, con su toma de posesión del 27 de enero se culminó de manera perfecta de este proceso democrático.
Desde la noche del miércoles cientos de personas se congregaron en las afueras del Estadio Nacional esperando se abrieran los portones para buscar los mejores asientos y así disfrutar del evento que comenzaría a eso de las nueve de la mañana.
El estadio estaba rodeado de anillos de seguridad donde solo podrían pasar las primeras once mil personas que irían a los tendidos populares y aquellas más afortunadas que tenían una acreditación para los sectores más exclusivos.
Se estima llegaron más de 20 mil personas que empezaron a entrar desde las cuatro de la mañana, pero miles quedaron en las afueras del coloso sin poder disfrutar de la fiesta.
Con banderas, gritos y bailes acompañaban las familias junto a sus mascotas a la presidenta en la mediana del bulevar, la saludaban al pasar y le gritaban mensajes de apoyo, éxito y esperanza, también sus dos designados presidenciales hicieron el mismo recorrido.
Ya en el estadio el evento se desarrolló de una manera más informal y sin los grandes protocolos que se acostumbran en este tipo de celebraciones, para el caso muchos diplomáticos y representantes de organismos internacionales caminaban por la cancha donde se encontraban y conversaban con los demás invitados.
Se debe destacar que Libre fue fiel a sus valores y recordó con un desfile donde los parientes portaban fotos de las personas que fueron desaparecidas en los años 80, las victimas en el Golpe de 2009 así como los 23 muertos de la crisis postelectoral de 2017, la gran mayoría de estos casos están en impunidad.
Del mismo modo hubo una fuerte representación de los pueblos originarios, que también desfilaron por el estadio, la presencia del boxeador Teófimo López junto a varios jugadores y exjugadores de la selección nacional les dieron alegría a los participantes.
Otro de los hechos interesantes fue que cada vez que se mencionó a Kamala Harris, vicepresidenta de los Estados Unidos, el público comenzaba a gritar “llévese a JOH, llévese a JOH”, en referencia al exmandatario Juan Orlando Hernández, quien ha sido mencionado infinidad de veces en la corte de Estados Unidos por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Una a una se iban anunciando las delegaciones de mandatarios y diplomáticos que ingresaban al estadio, en un momento se informó de la llegada de Harris y se vio entrar su comitiva de vehículos, pero esta no se bajó de ninguno, aproximadamente una hora después y luego de que Xiomara Castro prestara su juramentación y se le impusiera la banda presidencial, se anunció la presencia de Harris en el stand de honor.
Al momento de su juramentación y cuando dio su discurso, la gente la vitoreaba y gritaba al unísono «sí se pudo, sí se pudo».