Les escribe un hondureño indignado por la jugada pública que hizo su magistrado presidente, José Juan Pineda, esta semana, en donde de manera unilateral y premeditada, remitió el informe de responsabilidad penal sobre la auditoría realizada a Inversión Estratégica de Honduras (INVEST-Honduras), como último acto previo a excusarse de conocer del expediente. Este comportamiento no solo mancilla más la dañada imagen que tiene el Tribunal Superior de Cuentas (TSC), sino que vendrá a favorecer con un manto de impunidad a aquellas personas involucradas en actos de corrupción en las compras de emergencia COVID-19, así como las redes que las sostienen.
He venido conociendo del TSC por varios años, a través de ese proceso he escuchado testimonios de muchos ex – empleados y empleados en funciones. En muchas ocasiones no he necesitado preguntar mucho para que saquen los trapitos institucionales como una especie de confesión de los pecados que transcurren. He escuchado sobre las cuotas de personal que tienen los partidos políticos, el nepotismo endémico, las amantes, los paisanos de Danlí, los favores sexuales y acoso laboral a través de correo electrónicos fantasmas. También de la influencia que tienen algunos mandos que han servido de tapadera a los jerarcas por muchos años, las computadoras portátiles, los bonos que se recetan ciertas autoridades al final del año para no devolver el excedente presupuestario a la Tesorería de la República, las auditorías amañados y las investigaciones de enriquecimiento ilícito engavetadas para beneficiar políticos y altos funcionarios.
Todos los testimonios coinciden que las cosas han ido de mal a peor, hasta llegar a la ingobernabilidad que actualmente transcurre. Pero cuando he increpado sobre el motivo porque no denuncian, el silencio agobia. Sienten que de manera individual no podrán contra el monstruo de mil cabezas; perjudicarán a amigos y colegas de trabajo, atentarán contra el partido político que le consiguió el trabajo, y, en fin, perderán su trabajo y estabilidad laboral.
Déjenme decirles que comparto su sentimiento, empatizó con su problema y sé que hay riesgos personales y a sus familias. Pero también déjenme decirles que he estado en su lugar, la última ocasión que trabajé en el sector público presencié cosas contrarias a mis valores y principios. Situaciones de abuso de poder y malas decisiones que afectarían la vida de los hondureños y hondureñas a las que le debía rendir cuentas como servidor público. También fui excluido y finalmente despedido –no sin antes dejar demostrado que hice correcto. Hoy la historia me da razón, pues COALIANZA está prácticamente clausurada justamente por falta de transparencia y malas decisiones que le costará millones a los hondureños y hondureñas.
Tal vez, eso no es de mucho interés para Usted como empleado; tiene su plaza y sueldo estatal seguro. Pero cuando se vean en la necesidad de buscar una cama, un tanque de oxígeno o atención médica urgente porque su vida o la de un ser querido peligra por el Coronavirus, recuerde que su silencio y pasividad contribuyó a que el Estado de Honduras no garantizará la salud.
No es mi intención de estigmatizarlos, sino invitarlos a la reflexión para la acción; a pensar en términos humanos, morales y, sobre todo, a tener empatía. Se requiere de mucho valor para denunciar –con responsabilidad. Pero les pido que se pongan en los zapatos de los cientos de miles de compatriotas que no tienen comida hoy, que no saben sí cada vez que salen a buscarse la vida se contagiarán del virus y que dejarán de llevar alimentos a su casa; o peor aún, morirán por falta de atención sanitaria, dejando a niños y queridos en la indigencia.
Usted, más que cualquiera conoce lo que ha transcurrido y sigue transcurriendo en el TSC, solo Usted pueden salvar la institución de su inminente colapso, mostrando que haciendo lo correcto en el sector público no debe implicar perder un empleo o traicionar al partido político, sino ganar en integridad y el respeto de la ciudadanía. ¡Les invito a denunciar para salvar vidas!
Comparto correo de denuncias. Se permiten anónimas y cumplimos con estándares internacionales de protección a denunciantes: alac@asjhonduras.com