Cinco largos años duró el proceso judicial contra la empresa de comidas rápidas Popeyes. Iris Chávez denunció el despido injusto de que fue objeto en el año 2006. Pero ahora, el juzgado Primero de Letras de lo Laborar obligó a pagar sus prestaciones laborales a la ex empleada.
Chévez demandó desde el pasado 10 de noviembre del año 2006 a la empresa de comidas rápidas POPEYES, franquicia que junto a Church´s Chicken, pertenece a la empresa Pollo Internacional. La empresa en mención es del empresario Eduardo Kafatty Nosthas, dueño a la vez, del grupo Industrias Turísticas –INTUR- empresa propietaria de Burger King, Campero, Baskin Robins, Chilis y Dunkin Donuts.
Antecedentes
Iris Chévez, formó parte de un grupo de trabajadores/as a quienes el equipo del Proyecto laboral de la Asociación para una Sociedad más Justa –ASJ- brindó capacitaciones y asesoría legal gratuita.
Chévez se abocó al extinto abogado Dionisio Díaz Gracia, quien fungía como abogado del proyecto, antes de ser asesinado en diciembre del 2006.
Díaz García incoó la demanda judicial, misma que consta en el expediente número 0801-2008-00585-LTO (5865-2006) del juzgado del Trabajo, luego de que Chévez documentara la forma arbitraria en cómo fue despedida de su empleo.
De acuerdo al registro que consta en poder de la ASJ, Chévez se presentó a las oficinas de la organización aún con tos y fiebre en su cuerpo, luego de haber permanecido en su cama durante tres días. Regresaba justo de las oficinas de Pollo Internacional, de mostrarle al jefe de Recursos Humanos el permiso extendido por un médico que le asistió y brindó la incapacidad en la colonia tres de mayo, zona de residencia de la afectada.
Contó que pese a su evidente estado de salud y a los documentos que portaba en sus manos, la empresa la corrió, argumentándole que había abandonado su trabajo. “Como si uno no se pudiera enfermar; y mire que aun ando enferma y con estos papeles”, dijo la joven a Revistazo.com, en aquel momento.
La afectada determinó por denunciar su caso ante la Secretaría de Trabajo, para posteriormente demandar ante los juzgados correspondientes a la empresa Pollo Internacional.
A través de inspecciones realizadas por el juzgado, se constató que la ex empleada fue atendida en una clínica de la Colonia 3 de Mayo de Tegucigalpa, en la cual se le diagnosticó el padecimiento de Dengue Clásico y la extensión de un permiso por incapacidad durante los días que faltó a sus laborares.
No obstante las pruebas, la empresa se negó a pagarle sus prestaciones laborales.
El 12 de junio del 2010 el Juzgado de Letras Primero del Trabajo, dictaminó que la empresa Pollo Internacional debía de cancelar a la demandante, 19 mil 223 lempiras, más los salarios dejados de percibir desde el mes de noviembre del 2006, hasta la fecha que quedará en firme el fallo.
Cinco años de lucha
Ante la falta de un empleo en su país y entablada la denuncia, Chévez determinó por emigrar hacia España, país en donde le ha tocado trabajar para mantener a sus hijos en Honduras. Cedió poder a su hija mayor, para que fuese la persona que diera seguimiento a la denuncia.
Tras cinco años de lucha y espera para que se hiciera justicia, el pasado 22 de julio, Iris Chévez, recibió el pago de sus prestaciones laborales.
“Nos sentimos alegres, porque creíamos que era un caso perdido, porque pelear con un monstro como INTUR es difícil”, dijo a Revistazo.com, Miriam, hija de Chévez.
Miriam expresó que su mamá estaba satisfecha y agradecida porque al final se hizo justicia y pudo recibir los que le correspondía. “Mi mamá está muy contenta y cuando nos avisaron que ya estaba el cheque y ella le dio gracias a Dios”, dijo.
El juzgado de Trabajo obligó a pagar a la afectada un cheque con el valor de 250 mil lempiras, correspondientes al pago de sus prestaciones y a los salarios dejados de percibir desde su despido injustificado, hasta la fecha.
“Cinco años luchamos para que a mi mamá le dieran lo que le correspondía, el cheque nos lo entregaron el 22 de julio”, afirmó la entrevistada.
Agregó que “toda la familia está muy agradecida con Humberto Amador, abogado que siguió el caso después que Dionisio Díaz fuese asesinado y también con la ASJ porque si no hubiera sido por ellos no ganamos el caso”.