Mientras municipalidades como la de El Progreso, Yoro, se dieron el lujo de acumular enormes cantidades de dinero destinadas a proyectos que no llevaron a cabo, la alcaldía de San Manuel Colohete, departamento de Lempira, tuvo que hacer “milagros” con un subsidio de 65 mil lempiras otorgados por el Congreso Nacional para la reparación de viviendas en distintas comunidades de su municipio.
En San Manuel, la mayoría de comunidades viven en extrema pobreza y de acuerdo a las autoridades, el subsidio se invirtió en Lameande, Torola y otras más que necesitaban ayuda.
Mejía dijo a este medio que el “pírrico” subsidio fue recibido por el entonces alcalde Misael Joselin. Afirma que esa cantidad al igual que otros ingresos de la comuna, se utilizan correctamente ya que en este municipio, los recursos se manejan de manera transparente.
Según los lugareños, el quince y treinta de cada mes, se llevan a cabo sesiones de cabildo abierto para informar sobre los ingresos, egresos y priorizar los proyectos.
La Comisión de Transparencia juega un papel importante en la comunidad. Detalló que para documentar las inversiones y comprobar ante el Tribunal Superior de Cuentas, el manejo de los recursos, hacen fotografías antes y después de realizada la obra.
Expresó que como regla se ha establecido que el 20 de cada mes la Corporación Municipal se reúne para afinar y determinar los presupuestos de los proyectos y acordar montos de contrapartes. De los ingresos que la municipalidad recibe de las transferencias del gobierno central, hacen los ajustes necesarios para la construcción de las obras.
“Si los proyectos sobrepasan los montos que nosotros hemos conseguido, entonces eso nos sirve como para paliar en parte la necesidad. Trabajamos entrelazados entre la municipalidad, comunidad y el Congreso Nacional y así se realizan los proyectos”, especificó el edil de San Manuel Colohete.
Subsidios se canalizan sin identificar necesidades puntuales de comunidades
El caso de San Manuel de Colohete refleja la improvisación con la que invierten los subsidios, las/los diputados del Congreso Nacional, quienes en el afán de obtener votos en sus reelecciones, ofrecen dádivas a las comunidades, sin realizar un estudio que identifique las verdaderas problemáticas y un monto real que coadyuve a contrarrestarlas.
Jota Inés Mejía Romero |
En Colohete, la mayoría de las casas se construyen con pedazos de palos de madera, “revocadas” con lodo. En tiempos de invierno la tierra se cae y queda solo la madera permitiendo la entrada del viento; los techos son de zacate y los pisos de tierra.
Con el subsidio que se invirtió, “ahora las viviendas no son dignas, pero por lo menos se palió un poco la necesidad de las personas y les ayudamos para algunos repellos”, dijo felizmente, el alcalde.
Algunos vecinos con cierta capacidad económica mandaron a construir las paredes de adobe, mientras la municipalidad con fondos del subsidio les ayudó con la madera y el zinc. Aunque el alcalde desconoce el monto total de la obra, asegurar que los 65 mil lempiras del subsidio fueron invertidos en su totalidad.
Mientras alcaldías pobres hacen “malabares”, las grandes no hacen nada
En el periodo 2006 y 2010, a través de la aprobación de decretos legislativos el Congreso Nacional dirigido por Roberto Micheletti, destinó millonarias cantidades de dinero para beneficiar a los municipios del país con obras sociales.
Sin embargo, de acuerdo al informe de Producción Legislativa y Manejo de Recursos Públicos, elaborado por la Fundación Democracia Sin Fronteras, los más beneficiados fueron los departamentos de Francisco Morazán y Yoro.
La información brindada a Revistazo.com, por distintas instituciones gubernamentales, establece que solo la municipalidad del Progreso Yoro, lugar de residencia del entonces presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti, manejó alrededor de 70 millones de lempiras.
Paradójico resulta que las investigaciones hechas por este medio de comunicación establecen que algunos de los millonarios proyectos asignados a la municipalidad de El Progreso, como la compra del terreno y construcción de un relleno sanitario, por el cual se emitieron 15 millones de lempiras, aún no se construyen.
El hecho se cuestiona ante un accionar inerte por parte de los entes fiscalizadores del Estado, quienes pese a conocer lo que ocurre con el manejo de los subsidios, no realizan una investigación y menos deducción de responsabilidades.
Es costumbre de los políticos favorecer con recursos del estado a las ciudades con mayor población, dejando al margen a poblados enteros que tierra adentro, afrontan muchas carestías.
Municipios como San Manuel de Colohete, seguirán condenados a mantenerse en el histórico olvido y abandono.