Solamente el 15% de la población de Honduras expresa tener confianza en las personas fuera de su circulo inmediato; unos de los niveles más bajos de América Latina (Latinobarómetro, 2015).
De acuerdo con el Global Peace Index 2021, Honduras registra el tercer más grande deterioro de paz en el mundo
En el año 2021, Honduras se sitúa en uno de los momentos de mayor fragilidad de los últimos 10, considerado un país de “Alerta Elevada” según el Índice de Estado Frágil; Honduras se sitúa dentro de los primeros 60 países más frágiles del mundo.
Esta tipología tiene la finalidad didáctica que permite separar el conflicto social por grupos y campos de ocurrencia específicos, pero también ayuda a comprender el entorno sistémico de conflictividad del país.
Este tipo de conflicto surge en el marco de la alta competencia electoral donde por naturaliza existen intereses incompatibles y comportamientos antagónicos, hostiles que producen polarización en la sociedad.
Este conflicto se observa en el ámbito del ejercicio del poder político y surge cuando dos o más grupos adversariales se enfrentan por valores, estatus, poder o recursos por el control del Estado y la sociedad.
Este tipo de conflicto se observa en demandas irresueltas de la calidad de la vida de la población (ingresos, acceso a empleo, precariedad laboral), relaciones patrono-empleado y en las oportunidades de desarrollo económico de diversos grupos sociales.
Este conflicto se presenta en la entrega de servicios públicos y la capacidad de respuesta gubernamental a las necesidades básicas de grandes sectores de la población.
Este conflicto se observa en las funciones del Estado hondureño como garante de la vida e integridad de las personas, propiedad privada y aplicación justa de la ley. Se produce entre grupos sociales dominantes y aquellos socialmente desprotegidos.
