Este mes en Revistazo celebraremos el Día Internacional de la Mujer con las historias de mujeres hondureñas que han dedicado sus vidas a promover la paz y la justicia.
Dina Meza es una catracha en la lucha por la justicia, es conocida y premiada alrededor del mundo como periodista y defensora de derechos humanos.
Ha ganado numerosos premios, entre ellos en 2014 premio de Oxfam Novib / PEN Internacional por la Libertad de Expresión y el Premio de Amnistía Internacional en 2007 por Periodismo Bajo Amenaza.
Dina también ha sido reconocida personalmente con nominaciones en la lista de Fortune.com de las 50 mujeres líderes mundiales en 2018 y la lista de Reporteros sin Fronteras de los 100 Héroes y Heroínas de Información en 2014.
Fuente: https://fortune.com/worlds-greatest-leaders/2018/dina-meza |
Conocida por su liderazgo e influencia, podría sorprender que Dina eligiera una carrera en periodismo hace más de 30 años con la esperanza de ser más extrovertida.
“Nos hacían unas pruebas para orientarnos hacía donde ir. A mi me salió periodismo, trabajo social, y derecho,” explica Dina. “Entonces, escogí el periodismo diciendo yo, ‘bueno con periodismo a mi me quita la timidez’.”
En su tercer año en la universidad, la vida de Dina se derrumbó cuando su hermano desapareció.
Por una semana entera, su familia no sabía nada de su paradero.
“Nos llegaron mensajes de que habían cuerpos de personas asesinadas en equis o aquel lugar y que allí estaba mi hermano,” cuenta Dina. “Recuerdo que salí a las 5 de la mañana hasta las 12 en la noche buscándole en todos lados, solicitando a gente que tuviera contacto con el poder para que nos ayudaran.”
Después de una semana, la familia se dio cuenta que su hermano estaba encarcelado. La semana en que desapareció, él fue secuestrado por hombres encapuchados y fue torturado en cárceles clandestinas. Siguió encarcelado por tres años bajo la acusación de que el fuera un líder guerrillero.
En 1992, la familia logró una amnistía y él fue liberado.
Los eventos traumáticos inspiraron a Dina a trabajar en la defensa de derechos humanos.
“Consideré que para las familias es bien difícil vivir esa situación y que por lo tanto mientras estuviera en mis manos yo podría hacer algo por las personas que estuvieran en las mismas circunstancias de mi hermano,” dice Dina.
En el mismo momento, ella empezó a darse cuenta que había seleccionado la carrera perfecta.
“Me gusta [el periodismo] bastante porque considero que uno puede tocar estructuras con un párrafo, con escribir una historia, con un micrófono, uno puede cambiar la historia de un país,” dice con una sonrisa.
Después de graduarse, Dina se lanzó en su trabajo en una variedad de organizaciones de derechos humanos, defendiendo derechos laborales, políticos, y de mujeres entre otras.
“Siempre combinaba el periodismo con la defensa de los derechos humanos,” explica Dina. “Es súper importante el hecho de que como periodistas tengamos esa visión de que cuando escribamos la nota, podamos ver que es el impacto en los derechos humanos de equis situación, ya puede ser falta de agua, ya puede ser un crimen o cualquier cosa.”
Tras cinco años en organizaciones, Dina decidió probar el periodismo en medios tradicionales. Ella dice que su motivación fue curiosidad sobre la censura de medios corporativos.
Experimentando la censura a primera mano provocó a Dina especializarse en periodismo digital. Ella trabajó por varias plataformas digitales, incluso Revistazo.com, hasta que formó su propia organización la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos (ASOPODEHU) en 2012.
No obstante, en 2013, durante una investigación del conflicto del Bajo Aguán, su familia recibió una amenaza que afectó sus planes.
“A mi hijo mediano lo abordaron en un bus, hombres armados y le quitaron solo el chip del teléfono y le dijeron que no viera a ningún lado porque atrás había más hombres armados,” cuenta Dina. “Eso hizo que dijera yo que van avanzando demasiado para atacarlos [a sus hijos] y quizás terminar con su vida entonces, preferí desactivarme como defensora y salir del país.”
Dina entró en un programa en Inglaterra en el Centro de Derechos Humanos Aplicados en la Universidad de York. Es un programa de seis meses por defensores de derechos humanos bajo amenaza. El programa le dio a ella un tiempo para descansar, mantener un bajo perfil por un rato, y desarrollar su organización.
Ella regresó a Honduras seis meses después, armada con un plan y el apoyo que ocupó para su proyecto de periodismo de democracia.
ASOPODEHU combinaba sus diversos talentos y pasiones, especialmente el periodismo y la defensa de derechos humanos.
La organización, que recibe todo su apoyo de organizaciones internacionales, trabaja en la libertad de expresión, el desarrollo de redes de periodistas y comunicadores sociales, y asesoría legal en casos de derechos humanos.
“Nos hemos ido especializando en la libertad de expresión, apoyando a gente que tiene problemas. Están la protesta social como parte de la libertad de expresión, pero también están los periodistas y comunicadores sociales,” explica Dina. “Los hemos acompañado en amenazas, en juicios, en salidas del país, en exilio.”
Con el periódico digital Pasos de Animal Grande, ASOPODEHU visibiliza y hace incidencia por derechos humanos. También cuenta con una sección llamada “Voz Censurada” donde publica reportajes bien documentados de periodistas anónimos que no pudieron publicarlos en otros medios por temor de la censura.
Mientras que se enfrenta con cuestiones sensitivas, Dina sigue recibiendo amenazas. El 22 de febrero de este año, Dina publicó una articulo en su página de Facebook sobre manifestantes jóvenes que fueron liberados de la cárcel debido a presión de su organización. Una campaña de denigración con el nombre y la foto de Dina fue publicada en los comentarios y fue circulado en redes sociales.
A pesar de la campaña inquietante, Dina bromea, “Lo bueno es que me sacaron guapa, ¿verdad?”.
Aunque todavía está preocupada por la seguridad de su familia, Dina no está lista para renunciar a la pelea.
“Todavía tengo retos que resolver que no he logrado cumplir varias metas, como que el país esté libre de impunidad, que haya justicia para todos y todas de forma imparcial sin discriminaciones, que no haya unos que tienen poder sobre otros, pero que sean todos iguales en una sociedad,” dice Dina.
Ella dice que sigue en la lucha debido a los mártires que la han precedido y por las generaciones que vendrán después.
“Todavía me da pena darles a mis hijos este país como está. Ellos se merecen otra patria,” dice Dina.
Reflexionando sobre el Día Internacional de la Mujer, Dina cree que hay muchos desafíos particulares que las mujeres continúan enfrentando.
“Vivimos bajo un sistema patriarcal, para empezar, donde no somos sujetos de derecho, somos mujeres de quinta o ultima categoría para el estado de Honduras que no está haciendo lo propio para la defensa de nuestros derechos,” explica ella.
Ella cita problemas como salarios desiguales, impunidad y penas bajas por crímenes contra la mujer, falta de participación femenina en la toma de decisiones a nivel político y en organizaciones, y derechos reproductivos.
“En todos los ámbitos descalifican [a las mujeres], peor si sos joven, si sos indígena si sos pobre. Todos esos elementos influyen para que no pueden desarrollarse,” dice Dina.
Aunque la lista puede parecer desalentadora, especialmente junto con otras injusticias contra las que los combatientes están trabajando, el mensaje de Dina a las mujeres en la justicia es tener esperanza y ser persistente.
Cuando se le pregunta qué consejo les daría, ella responde:
“No haría como consejos sino más bien como relacionarnos entre nosotros, ver las luchas de cada quien con respeto a responsabilidad y participar en diferentes espacios. Solamente unidas podemos lograrlo, de lo contrario no, no lo vamos a lograr.”