Según el “Informe nacional sobre violencia de género en educación básica en México ”, realizado por la Secretaria de Educación Pública –SEP- y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF- “El deterioro de la infraestructura y del mobiliario escolar, la precariedad de los servicios básicos, la carencia de áreas verdes y los patios pequeños para recreos e incluso la falta de higiene en las instalaciones sanitarias, son factores que afectan el aprendizaje de los alumnos de primarias y secundarias públicas del país.
El mismo informe establece que el 20% de los estudiantes consideran que para mejorar las condiciones de las escuelas se requieren un mayor número de aulas o que sean más agrandes para garantizar una enseñanza efectiva.
El informe difundió que, “la escuela es un espacio fundamental para la socialización, donde los estudiantes pasan buena parte del tiempo entre semana, por los que es necesario contar con espacios que les den la posibilidad de desarrollar sus capacidades intelectuales, físicas, sociales y emotivas”. Un ambiente propicio puede influir positivamente en la sensación de seguridad de los alumnos y potenciar el aprendizaje estimulando el deseo de permanecer dentro del sistema educativo.
El estudio también señaló que el 25 por ciento de los docentes consideraron que es necesario mejorar la infraestructura y el equipamiento de la escuela para elevar la calidad de la educación. Agrega el documento que para lograr el buen funcionamiento de las escuelas, es necesario conocer las necesidades de cada centro educativo, determinando prioridades para realizar las reparaciones adecuadas.
El estudio versus la realidad de las escuelas del país
Los centros educativos de los diferentes departamentos del país se encuentran abandonados por las autoridades de la Secretaría de Educación; las aulas de clases en lugar de ser un recinto adecuado en el cual recibir el “pan del saber”, representan un verdadero riesgo para los alumnos, ya que sus infraestructuras está cediendo a los muchos años de construcción y al poco o ningún mantenimiento por parte de las autoridades gubernamentales.
Jardín de Niños Profesora Blanca Sosa La descripción de lo anterior se plasma en el Jardín de Niños Profesora Blanca Sosa, del municipio de Concepción, departamento de Ocotepeque. El centro cuenta con una matrícula aproximada de 60 niños, atendidos por 3 maestras. La directora, Dilma Elizabeth Corleto, quien labora desde 1994 dijo a Revistazo.com que la deprimente situación de las instalaciones del centro se da por la poca ayuda que han recibido por parte de la Secretaría de Educación. La construcción de las instalaciones donde se ubica el Jardín de niños, data de 1978. Increíblemente, hasta la fecha actual, no ha tenido ningún tipo de remodelación y el mantenimiento ha sido insuficiente, pues a los pocos recursos que en el plano personal invierten las y los maestros del centro de educación. El muro perimetral del kínder está por caerse y el deterioro de las paredes resalta a la vista; la humedad y el moho han logrado que la pintura de las paredes se levante, por lo que las maestras del kínder han optado por cubrirlas con pliegos de papel blanco y a su vez decorarlo con figuras y letras del abecedario que sirven en el aprendizaje de las y los niños del centro. |
La directora comentó a Revistazo.com que este año lograron terminar el cambio del techo, ya que, “cada vez que llovía había que ir con escoba en mano a sacar el agua que se acumulaba en las aulas de clase”.
Son tres las maestras que laboran en este centro educativo, quienes comprometidas con su papel de forjadoras del destino de las y los niños, han realizado cambios en el centro con gestiones personales.
“La Secretaría de Educación nos proporcionó pupitres y unas resmas de papel hace unos años pero actualmente todo el material didáctico sale de nuestras “bolsas” porque las autoridades dijeron no tener presupuesto para el kínder”, expresó una de las maestras.
La disposición de las maestras para cumplir con su responsabilidad de enseñar es evidente. “Nosotros tenemos un trabajo y un salario por estos niños; comemos porque ellos necesitan docentes que les den clases”, comentó otra docente.
Debido a los años que tiene la infraestructura, un cortocircuito daño una de las vigas del plantel; ante el peligro que se cernía sobre los y las niñas, las maestras decidieron cambiar todo el alambrado eléctrico. Pero el dinero para llevar a cabo el proyecto lo prestó la directora del kínder. La alcaldía dono el alambre y las maestras pagaron la mano de obra.
El total de la inversión para ese y otras reparaciones fue de seis mil lempiras. La directora no ha podido recuperar parte del dinero que prestó, ya que solo lograron cubrir la mitad del proyecto.
“La pared de una de las aulas ya nos caía encima”, dijo la rectora de ese centro educativo, quien agregó que, “tuvimos que enviar una nota a la alcaldía con los integrantes de la asociación de padres de familia para que nos escucharan, solo así reconstruyeron la pared que presentaba un peligro para los niños”.
La pintura del kínder también fue pagada por las maestras, con la ayuda de los padres de familia, quienes donan 100 lempiras cada periodo de graduaciones y así poder tener un lugar acogedor, limpio y bonito al momento de celebrar el acto donde sus “pequeñines” culminan la primera parte de sus estudios.
Dos ejemplos más de la problemática
Centro Básico Espíritu Graciano. |
Escuela San Francisco de El Progreso Yoro. |
El Centro Básico “Espíritu Graciano” de la comunidad de San Juan en San Manuel de Colohete, en el departamento de Lempira, cuenta 13 maestros y 379 alumnos matriculados.
En la comunidad no hay un colegio oficial por lo tanto el Centro Básico atiene a las y los alumnos de primaria y secundaria. Entre los problemas más grandes que presenta la escuela se destacan la falta de mobiliario y de aulas para impartir las clases a los alumnos.
La sub directora de la institución, desde hace 17 años, Ericka Suyapa Castro, declaró que la alcaldía construyó una bodega pequeña en la cual hay niños recibiendo clases porque no tienen suficientes aulas para todos los grados. También manifestó: “hemos hecho varias solicitudes a las autoridades pero nos dicen que no hay presupuesto”.
Por su parte, la escuela San Francisco de El Progreso Yoro, también tiene problemas con el techo de la dirección del centro. Las goteras que presenta la oficina del director son muchas y el agua acumulada en las esquinas es evidente al momento de ingresar al recinto.
Las autoridades de educación no han “tomado cartas en el asunto” y el presupuesto de la escuela no da alcanza para arreglar el techo ya que tienen que cubrir otras situaciones que son prioridad para la educación de los niños.
Un ambiente seguro y que cumpla con las necesidades básicas es indispensable para el buen desarrollo educacional de los alumnos. Sin embargo, el desorden en el manejo de los recursos por parte de las autoridades del país han provocado el abandono de la infraestructura de los centros educativos, poniendo, incluso, en riesgo la seguridad de las y los niños.
Se colige a partir de esa situación, la necesidad urgente por parte de las autoridades, de tomar acciones para la reparación de centros educativos a nivel nacional.
Son muchos los problemas que presentan estas escuelas pero lo que es evidente es que han sido abandonadas por el Estado; pareciese que no considera la importancia de invertir en la infraestructura de los centros educativos para que los alumnos tengan un espacio adecuado en el cual recibir sus clases.