El embajador de Estados Unidos para gestión y reformas en las Naciones Unidas, Joseph Tortella, pidió de manera educada a sus colegas no acudir borrachos a las reuniones de presupuestos de la institución, según informa Foreign Policy.
“Hacemos la modesta proposición de que las salas de negociaciones sean en el futuro zonas libres de ebriedad”, pidió Tortella ante el comité. “Dejemos el champán para brindar al final por el éxito de estas sesiones, y mejoremos la reputación del comité en el proceso”.
Tras las palabras de Tortella, otros diplomáticos comentaron que no se trataba de un problema novedoso.
Aunque el alcohol se ha empleado para desengrasar las negociaciones, dado que las de presupuestos tienden a alargarse hasta entrada la noche, no es extraño que algunos delegados acaben muy borrachos, hasta el extremo de desmayarse o vomitar.
Tortella añadió que Estados Unidos “responderá adecuadamente” si los miembros del comité persisten con esta práctica o los delegados “no acuden a tiempo a las reuniones previstas por la noche o en fin de semana o simplemente se niegan a reunirse para tratar un punto específico con el objetivo de que el tiempo se agote”.