Estas empresas llevan décadas ganando cientos de millones de lempiras vendiendo medicamentos de mala calidad o con precios muy superiores a los estándares normales al Estado en connivencia con grupos políticos y mediáticos.
La recién separada ex Ministra de Salud, Dra. Roxana Araujo impulsó una mayor coordinación con el laboratorio del Colegio Químico Farmacéutico, dotó de mayor vigilancia a los procesos de licitación. Más aún, el 25 de marzo ordenó la intervención el Almacén Central de Medicamentos.
La doctora Araujo estaba dispuesta a acabar con el reinado de corrupción que impera en el ‘mundillo’ del medicamento en Honduras. Sin embargo, grandes políticos, empresarios poderosos y personal de la Secretaria de Salud se beneficiaban desde hace décadas de todas las irregularidades y no querían dejar de hacerlo.
¿Quiénes están detrás de la caída de la ministra y qué intereses tienen?
Los dos medios diarios más importantes del país: El Heraldo y La Prensa orquestaron durante semanas la campaña de descrédito bajo la bandera de la libertad de expresión y en la independencia informativa, lanzaron feroces ataques contra la ministra hasta conseguir que Araujo fuese suspendida de su cargo, a la espera de la auditoria emprendida por el gobierno del Presidente Lobo para evaluar su gestión.
El propietario de estos periódicos es Jorge Canahuati, a su vez representante legal de los laboratorios farmacéuticos Finlay, como acredita una carta de poder a la que tuvo acceso Revistazo . Su hermana, Ruth Marie, también figura como representante legal de la farmacéutica y posee un alto puesto en el Grupo OPSA (Organización Publicitaria Sociedad Anónima).
Los laboratorios Finlay se colocaron desde su fundación en julio de 1962, entre los principales proveedores de las medicinas que se utilizan en la red hospitalaria del país. En los últimos siete años (de 2005 a 2011), se han embolsado 288,576,867.90 Lps, lo que le convierte en el cuarto proveedor de medicamentos del Estado. Transformemos Honduras señaló que “Finlay posee como fuente principal de sus adjudicaciones, medicamentos de bajo precio, pero con mayores cantidades a suministrar. Es decir, la casa farmacéutica mantiene una especialización en medicinas baratas que se compran en grandes cantidades”, señala el informe.
Esto viene a corroborar lo que sentenciaba un informe elaborado por el Laboratorio Químico de Honduras el 27 de febrero de 2007 donde rechaza un medicamento para la acidez (Hidroxido de Aluminio + Hidroxido de Magnesico + Simeticona) fabricado y comercializado por los Laboratorios Finlay por estar contaminado con bacterias. A pesar de este informe desfavorable el medicamento acabó siendo distribuido a la población hondureña poniendo en peligro su vida.
No fue el único fármaco rechazado ese año por la institución encargada de evaluar los fármacos. Desestimaron también el Azumil indicado para dolores estomacales e intestinales por “haberse encontrado crecimiento microbiano fuera de parámetros”. A pesar de este informe desfavorable el Estado continúa comprando medicamentos a estos laboratorios.
La Secretaría de Salud se puso manos a la obra y encargó un informe técnico sobre las Buenas Prácticas de Manufactura del Laboratorio Finlay. En él se recoge que personal ajeno a la planta y en estado de embriaguez, tuvo acceso al área de líquidos, el lugar donde se produjo la contaminación. Se señala además las deficiencias en el sistema de aires que, al no tener un correcto mantenimiento de temperatura y ventilación, permitió el desarrollo de la bacteria Pseudomona con la que resultaron infectos varios lotes (Nº 06050054 y 06050055).
Revistazo tuvo acceso a un documento de la Secretaría de Salud, datado en 2007, donde queda de manifiesto que la empresa Finlay reexportó casi una tonelada de aluminio hidróxido gel seco USP fabricado en China y que no respetaba los parámetros microbiológicos.
Pese a las irregularidades constatadas en las inspecciones realizadas en el laboratorio Finlay, éste ha seguido ganando licitaciones. ¿Por qué continuó ganando estos concursos públicos? Hay situaciones que para algunos podrían representar favores hechos por esta droguería a Marixa Ramírez de Solórzano, anterior jefa del Almacén Central de Medicamentos (ACM). Revistazo ha tenido acceso a una factura de un televisor de plasma de 19,990 Lps. comprado el 26 de febrero de 2013. La factura comercial y la garantía están a nombre de Finlay pero el voucher de la tarjeta de crédito es a nombre de la doctora Solórzano. “Esa televisión era para ser usada en los monitores de vigilancia”, afirma la Dra. Solórzano al ser preguntada por Revistazo por este regalo.
Estos regalos podrían haberse convertido en una práctica habitual mientras la Dra. Solórzano manejaba el ACM. ‘Estimado Lic. Lezama (representante de Astropharma). De la manera más atenta solicito a usted su colaboración para celebración de la fiesta navideña a los empleados de esta dependencia. Agradeciendo a usted, su valioso y oportuno apoyo es grato suscribirme a usted. Atentamente Dra. Marixa Solórzano, Jefe del Almacén Central de Medicamentos’. Este es uno de los siete documentos a los que obtuvo acceso exclusivo Revistazo y que fueron hallados, supuestamente, por el personal de la Secretaria de Salud en el despacho de la Doctora y donde se pide dinero para una supuesta fiesta navideña a beneficio de los empleados del almacén. Astropharma, Americana, Pharma Internacional, Finlay y Dromeinter. Estos cinco laboratorios se encuentran entre los diez principales proveedores de medicamentos del Estado. Estos documentos no tienen la firma estampada de la doctora pero si su nombre.
La ALBA y los medicamentos
En agosto de 2008, Honduras firmó con Venezuela el acuerdo de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), en la cláusula 11, el tratado establecía que Cuba otorgaría medicamentos a Honduras con mejor precio y calidad. El objetivo de la Administración de ‘Mel’ Zelaya era contrarrestar los altos precios de las medicinas que el estado hondureño pagaba anualmente a las farmacéuticas.
En Honduras todos los medicamentos que se compran son provistos por empresas nacionales; entre ellas Finlay. Este laboratorio era uno de esos proveedores punteros que, con dicho acuerdo, dejaría de ingresar miles de millones de lempiras.
Si dicho acuerdo se llevaba a cabo, los intereses de Jorge Canahuati podrían verse afectado porque es dueño de la droguería Finlay, una de los mayores proveedores del Estado. Con la compra de medicamentos a Cuba, recibiría menos dinero a través de las licitaciones del Estados. Desde los medios de comunicación de Canahuati se emprendió una cruzada contra el acuerdo firmado por la Administración de Zelaya.
Algunos ejemplos de titulares aparecidos en los medios propiedad de Canahuati contra el acuerdo firmado por Honduras y al ALBA:
‘Despilfarro, ataques y burlas en ingreso de Honduras al Alba’
‘En medio de un discurso panfletario se firma adhesión al ALBA’
‘Países de la ALBA, intolerantes con la prensa’
‘ALBA iniciativa que va camino a fracaso’