 ¿A qué atribuye usted la crisis que afecta al sistema penitenciario nacional?
R.
El fenómeno penitenciario en Honduras siempre ha sido último en la tabla de prioridades, inclusive nosotros como ciudadanos muy poca atención le prestamos y es un proceso importante porque se trata de la rehabilitación y la reinserción social. No solo se trata del pago de la pena por haber cometido el delito sino del proceso para que la persona una vez saldada la pena con la sociedad, esté en condiciones de reingresar a la sociedad totalmente rehabilitado.
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 ¿Y por qué el gobierno ha sido tan débil en el manejo de las cárceles?
R.
Podemos afirmar que la simple custodia de los edificios donde están purgando las penas los condenados y aun los que están en proceso penal, no es suficiente, hay debilidades que los presos han descubierto y las utilizan para las grandes evasiones masivas en los distintos centros penales del país. Pero esto es solamente un pequeño problema, que para mí es de los menores, porque un sistema penitenciario eficaz debe garantizar en primer lugar el respeto por derechos humanos de los internos y en segundo lugar una eficiente y adecuada rehabilitación para que ellos tengan la oportunidad de una reinserción social una vez pagada la pena.
Porque, ¿qué pasa con el gobierno interno?, ¿qué pasa con los problemas que hay que atender al interior de las penitenciarías?, ¿qué se está haciendo con cada interno que ingresa?, ¿cuál es su historial?, ¿su relación?, ¿qué tipo asistencias de orden psicológico, legal y educativas deben cumplirse para que ese interno cumpla el objetivo para el cual se diseña un sistema penitenciario? Entonces las fugas solo son un pequeño problema de los que tiene el sistema penitenciario.
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 ¿Por qué las autoridades delegaron la seguridad interna en los mismo reclusos?
R.
Como no se puede resolver la conflictividad interna desde afuera, entonces se deja que se resuelva desde adentro, se deja que los internos hagan una especie de gobierno al interior para que no haya problemas. Entonces esa comodidad la percibe el director de cada centro y de alguna manera al final termina siendo anuente con ciertos requisitos que los reos imponen para poderse manejar en orden al interior de las penitenciarías. Las leyes y reglamentaciones de tipo penitenciario casi no existen y hay una carencia de mecanismos que se manifiesta en otorgar el control a los internos.
Por otro lado hay deficiencias en mantener personal especializado y no es simplemente que a un militar o a un policía hay que darles la administración de las cárceles. En otros países, incluso Latinoamericanos, hay una formación específica para administradores de centros penales y son personas que están capacitadas para entender la problemática, resolver la problemática y para dar resultados efectivos.
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 ¿Se resolverá el problema con el Instituto Penitenciario que recién creó el gobierno?
R.
Si no le dan el presupuesto, lo demás es palabrería, a la par de tomar la decisión de formar un Instituto Penitenciario se deben dar todos los recursos necesarios para que el instituto penitenciario empiece a funcionar con la eficiencia. La verdadera voluntad política debe establecer no solo la intención de hacer algo sino también todos los medios necesarios para que ese algo se concrete. Va a ser una buena medida de comprobar el grado de compromiso en este sentido para finalmente evaluar esa intensión.
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 ¿Cree usted que los directores han tenido responsabilidad directa en las fugas masivas de los últimos años?
R.
Si ya hemos hecho prácticamente una radiografía de un sistema deficiente, como podemos descargar sobre una persona la responsabilidad. Yo creo que eso no tiene lógica, la verdad es que el sistema es deficiente porque lo hemos condenado a la deficiencia, no le hemos dado la importancia que requiere, no forma parte de nuestra preocupación como seres humanos, como ciudadanos y no digamos como autoridades. Es diferente cuando no podemos, pero cuando a veces somos indiferentes o miramos con desdén una problemática no podemos estar buscando chivos expiatorios y cargar en una sola persona una responsabilidad.
Esta es una responsabilidad social de la cual no debemos huir ninguno de los hondureños, pero si debemos hacer mucho hincapié en las autoridades para que finalmente desaten a toda costa una eficaz política penitenciaria. |
