Tradicionalmente el Estado se ha dado gusto comprando medicinas para los 28 hospitales públicos y centros de salud de Honduras en procesos amañados y orientados a beneficiar a pocos políticos metidos a empresarios e interesados en acumular grandes fortunas a costillas de un pueblo enfermo y desesperado por disponer de una salud de calidad y con calidez.
El problema llegó a un nivel tan alarmante que explotó inesperadamente en julio de este año en las propias narices de los funcionarios gubernamentales, los que de mala gana han comenzado a ceder los espacios que por muchos años usurparon.
Quien adoptó la decisión fue el propio presidente Porfirio Lobo al trasladar los hospitales Escuela y Materno Infantil de Tegucigalpa a la Universidad Nacional Autónoma, tras sacar a flote un antiguo acuerdo estatal de 1968 que determina que en ambas instituciones se capacita y forma a los futuros médicos que requiere la nación.
Una investigación de la coalición no gubernamental Transformemos Honduras (TH) demostró que las compras de medicamentos ha provocado a lo largo de la historia desabastecimientos cíclicos y desórdenes administrativos en el sistema sanitario nacional por realizarse por la vía directa para atender compromisos políticos y económicos del gobierno de turno.
Y la Secretaría de Salud es cómplice del proceso porque sospechosamente no planifica las licitaciones, fomentando así la escasez de los productos.
TH es parte de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), una organización sin fines de lucro que trabaja intensamente por lograr una mejor Honduras a favor de los 8,2 millones de habitantes, especialmente los más pobres. ASJ representa en Honduras a Transparencia Internacional, que combate la corrupción en el mundo.
¿BOTIN O EMERGENCIAS?
TH descubrió en sus investigaciones que el mercado de medicamentos es sumamente atractivo y codiciado botín por ciertos políticos o personajes influyentes.
En seis años, del 2005 al 2010, el Estado invirtió más de 2.000 millones de lempiras en medicinas y, pese a que en el país operan 214 laboratorios y droguerías, adjudicó los contratos a apenas 37.
El problema se agrava porque en detrimento del pueblo, el gobierno decreta frecuentes emergencias con el presunto propósito de concentrar en pocas firmas el dinero destinado a los medicamentos para los centros hospitalarios del país.
Las investigaciones de TH señalaron que generalmente el 88% del presupuesto de medicinas del Estado es para 10 empresas, lo que indica una alta concentración de dinero en pocos proveedores
y provoca un desequilibrio en el mercado de medicamentos porque impide la competencia sana, forma una estructura de cartel y afecta los precios.
Como ejemplo curioso, el Laboratorio Astro Pharma, sin participación activa como proveedor en el proceso, obtuvo hasta el 2010 un contrato por 482.000 lempira, pero ese año logró dos por 70,5 millones. La diputada Lena Gutiérrez es socia de Astro Pharma. Ella es vicepresidenta del Congreso e hija del asesor presidencial y dirigente financista del oficialista Partido Nacional, Marco Tulio Gutiérrez.
Esa adjudicación se amparó en un decreto aprobado en Consejo de Ministros en abril de 2010 a petición del ministro de Salud, Arturo Bendaña, quien argumentó escasez del cuadro básico nacional de 420 productos, en franca violación al Código de Conducta Ética del Servidor Público, que Lobo aprobó al nomás arribar al poder en enero de 2009.
Gráfica – Top 10 Proveedores- 2011 |
El artículo 5 de ese Código de Etica señala que «toda situación en la cual el interés personal sea económico, financiero, comercial, laboral, político o religioso de un servidor público, los de su cónyuge, compañero o compañera de hogar o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad se antepone al interés colectivo, incluyendo el interés personal que el servidor público pueda tener para beneficiar indebidamente a otra persona natural o jurídica».
El Estado compró asimismo a a otro laboratorio, Farinter, propiedad de las familias Larach y Faraj, sólo entre 2005 y 2010 más de 280,3 millones de lempiras. Es la única droguería en Honduras que ocupa los primeros puestos en el mercado privado y en ventas al Estado.
Farinter tiene nexos con la Droguería Medilab y el Grupo Financiero Ficohsa, propietarios de la cadena de farmacias Kielsa y Vaver.
Las investigaciones de TH señalaron que generalmente el 88% del presupuesto de medicinas del Estado es para 10 empresas, lo que indica una alta concentración de dinero en pocos proveedores.
En el 2011 el presupuesto del Hospital Escuela fue de 1.078 millones de lempiras, que representa el 11% del presupuesto total de la Secretaría de Salud. El 60% se destinó a salarios y el 12,2% a medicinas.
DEMORAS INEXPLICABLES
Una licitación privada programada para dos meses en el 2006 inexplicablemente se demoró diez, causando daños irreparables a miles de pacientes del Hospital Escuela.
TH especifica en su informe que entre el 2006 y el 2010 la Secretaría de Salud ejecutó siete compras.
Otro retraso en las licitaciones se produjo entre el 2008 y 2009 por la falta de planificación de la Secretaría de Salud. En ese periodo, el gobierno realizó tres compras por decretos de emergencia, dos directas y una privada.
El fenómeno se repitió en el 2010 en el primer año de administración de Lobo, cuando las autoridades tardaron cinco meses en adquirir medicinas y su única opción fue declarar una emergencia para hacer contrataciones directas.
El desabastecimiento de medicinas en los hospitales y centros de salud del país, según TH, lleva a las autoridades a promulgar decretos de emergencias sanitarias para desplazar a las licitaciones públicas determinadas por la Ley de Contratación del Estado.
FARMACIA EN ROJO
Elsa Palau
Escuche entrevista
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Estamos en rojo en la farmacia del Hospital Escuela», dijo a Revistazo la doctora Elsa Palau, coordinadora del Comité Directivo Hospitalario, que ahora controla y administra esa institución. «Y lo peor es que por el momento el Estado no nos ha traspasado fondos».
Lamentó que en la entidad «no hay cosas indispensables como algodón, gasas, alcohol o hilo para suturar las heridas de los pacientes».
Informó que el Hospital Escuela adeuda desde el 2010 unos 200 millones de lempiras a los proveedores de medicamentos.
LICITACIONES: COSAS MUY FEAS
Francisco Cleaves |
Francisco Cleaves , pediatra del Hospital Escuela, dijo a Revistazo que «los médicos no participamos en la compra de medicamentos, pero de eso siempre se han dicho cosas muy feas».
Indicó que «la verdad es que las adquisiciones se pueden hacer de manera honesta con subastas públicas, cuyo proceso es el más transparente».
COMPRAS DIRECTAS SIGNIFICAN CORRUPCION
La licitación pública o privada y las compras directas son las modalidades de contratación que el Estado usa para adquirir medicamentos. Pero la modalidad que prevalece en el gobierno es la directa.
Para TH, hablar de compras directas en Honduras se piensa en dos cosas: la oportunidad para la corrupción y el alto costo que eso le implica al Estado.
En el 2008 hubo una compra directa por 449,7 millones de lempiras, considerada la más grande inversión de siete realizadas en cinco años por el Ministerio de Salud, luego que el Consejo de Ministros declaró dos emergencias consecutivas.
El desabastecimiento de medicinas en los centros hospitalarios del país, según TH, lleva a las autoridades a promulgar decretos de emergencias sanitarias para desplazar las licitaciones públicas determinadas por la Ley de Contratación del Estado.
Otra irregularidad es que la calidad de los medicamentos comprados no se evalúa de manera objetiva y el Hospital Escuela no lleva un control exacto de lo que los doctores recetan a sus pacientes.
En el 2011 el presupuesto del Hospital Escuela fue de 1.078 millones de lempiras, que representa el 11% del presupuesto total de la Secretaría de Salud para ese mismo año. El 60% se destinó a salarios y el 12,2% a la compra de medicinas.
TRANSICION POLITICA
En su estudio y ante la proximidad de las elecciones primarias de 2012 y generales de 2013, el TH se preguntó: ¿por qué cada nuevo gobierno que llega al poder se retrasa en comprar medicamentos en su primer año de gestión? .
En la práctica tal cosa ocurre pese a las intensas reuniones de los equipos de transición entre las autoridades salientes y las entrantes de los partidos políticos por lo que no hay credibilidad de que planifiquen y compartan información de los asuntos más importantes del pueblo.
Por eso se da que cada nueva autoridad verifica el abastecimiento de medicamentos para iniciar después la compra de ellos.
Lo más perjudicial para las nuevas autoridades es que esperan hasta seis meses para llegar a las situaciones de emergencia, optando por procesos menos competitivos como respuesta a los desabastecimientos y epidemias de enfermedades, lo que sin lugar a dudas genera suspicacias sobre la transparencia.
SE ACABA LA FIESTA
En este triste panorama de Honduras se vislumbra una esperanza de cambio si la Universidad Nacional Autónoma cumple su promesa de administrar con honradez el Hospital Escuela, considerado el más grande de Honduras y adonde diariamente acuden miles de hondureños en busca de la salud perdida.
El ministro Bendaña anunció hace poco que «tenemos que acabar con esa fiesta de la compra de medicinas» porque «el presidente Lobo está muy interesado en adecentar el proceso por estar estigmatizado y satanizado».
Informó que la próxima licitación pública se hará a través de un novedoso mecanismo tecnológico denominado subasta inversa electrónica para comprar medicamentos solo a proveedores previamente clasificados y de un listado con referencia de precios».
Admitió que «el descontrol para comprar medicamentos en los hospitales no es un problema de ahora, sino de todos los tiempos, pero no podemos seguir siendo espectadores… y tenemos que ser protagonistas de un cambio que permita que el proceso sea adecentado».