Más allá de las estadísticas, los crímenes son historias de sufrimiento y dolor en Honduras, donde cada 19 horas muere una persona.
Pero entre la corrupción, la impunidad, las amenazas y la complicidad del Estado, las víctimas como Aurora Rodríguez de Pineda luchan contra la impunidad.
LUCHA DESGASTANTE
“La lucha es desgastante, Sin embargo, nos da fuerza y sirve de terapia para superar el dolor y encontrar un poco la paz”, dijo la mujer a Revistazo, inclinando su rostro en un gesto para ocultar su tristeza.
Ella es la madre de Carlos David Pineda, el estudiantes asesinado por policías el 22 de octubre de 2011 junto a Alejandro Vargas, hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma Julieta Castellanos.
Ella nunca imaginó que su hijo moriría de esa manera y mucho menos a manos de los agentes del orden público.
DESEO DE MORIR
Muchas veces su inmenso dolor la llevó a sentir el deseo de morir, pero reflexionó que la situación de Honduras es grave y que algo hay que hacer.
Así, se unió a Hilda Caldera y Julieta Castellanos, víctimas como ella de la violencia que agobia a los 8,3 millones de hondureños.
Hilda es la viuda de Alfredo Landaverde, ex asesor de la policía para el combate del creciente narcotráfico en Honduras, atacado a tiros en diciembre de 2011 por presuntos sicarios.
Aurora Rodríguez de Pineda |
TRES MUJERES
Las tres mujeres iniciaron una campaña para clamar justicia por sus familiares y exigir la depuración de los policías, fiscales y jueces.
Pese a que la impunidad y la corrupción imperante en el país provocan dificultad en la lucha por mejorar la justicia, Aurora confía en Dios para vencer esa situación.
“Nosotros exponemos nuestras vidas denunciando a los policías coludidos con el crimen. Y no tengo temor de morir porque el mismo sentimiento me da valor”, afirmó.
Aurora, quien cree firmemente que su labor dará los resultados que espera la sociedad nacional, se impone al sufrimiento, lucha sin limitaciones y conoce el riesgo que enfrenta, pero no teme a la muerte.
ALIANZA POR LA PAZ
Sus constantes denuncias públicas las respaldan más de 15 instituciones civiles agrupadas en la Alianza por la Paz y la Justicia porque para ella “el gobierno (del presidente Porfirio Lobo) no tiene voluntad de impulsar procesos de verdadera transformación institucional en el país”.
En junio de 2012, Lobo creó la Comisión de Reforma a la Seguridad , un grupo enfermizo de tres miembros que, aunque ha presentado al mandatario siete propuestas para reformar la ley, no muestra aún beligerancia en sus atribuciones y la actitud de cambiar las cosas.
Las iniciativas de la comisión entregadas en octubre pasado, luego de cinco meses de trabajo, siguen engavetadas en las oficinas de Lobo en la Casa Presidencial.
INDOLENCIA DEL GOBIERNO
“La muerte de mi hijo Carlos David ha servido para descubrir la pudrición existente en la policía hondureña”, expresó Aurora, tras rechazar la indolencia estatal que le provoca frustración.
“He querido tirar la toalla por algunas decepciones, pero sé que por respeto a la memoria de Carlos, Alejandro y Alfredo debo seguir”, aseguró.
Por eso, ella abrió una cuenta en Facebook con el nombre de su hijo. Allí sus familiares y amigos le escriben y le expresan sus sentimientos.