El 13 de septiembre de 2020, el Consejo Nacional Electoral (CNE) deberá hacer el llamamiento a elecciones internas y primarias para el segundo domingo de marzo de 2021. Es decir, que a partir de mediados de septiembre será el pitazo –oficial- de salida para las campañas políticas en Honduras.
El momento que vive el país con una emergencia por la pandemia mundial del Covid-19 plantea incertidumbre en cuanto a la seguridad para emprender una cruzada electorera convencional o si los políticos deberán adaptar sus estrategias a la nueva normalidad, en donde la salud pública y bioseguridad son importante para la integridad y confianza del proceso electoral.
Justo este tema fue tratado en una plática virtual denominada “Campañas políticas con distanciamiento social”, realizada el pasado 28 de mayo bajo el auspicio de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ). El webinar contó con representación de Juan Diego Zelaya, actual diputado del Partido Nacional y jefe de campaña del movimiento Juntos Podemos; José Luis Moncada, Secretario de Relaciones Internacionales y precandidato presidencial del Partido Liberal por el movimiento Vamos Juntos; y, Carlos Eduardo Reina, Secretario del Poder Popular y precandidato presidencial por el partido Libertad y Refundación (LIBRE) por el movimiento Nueva Corriente.
Covid-19 acelera enfoque en campañas digitales
El uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) fue uno de los puntos de coincidencia de los participantes. De acuerdo con Juan Diego Zelaya, “el tema de la tecnología y las redes es donde tenemos que empezar a girar la vista y practicar una democracia digital más directa y de contacto, pues los políticos ocupan público y ese público está en las redes sociales.”
Este hecho avivaría la proliferación de spots, mensajes e interacción proselitista en plataformas como Facebook, Twitter e Instagram, donde muchos usuarios hondureños están conectados. Un ejemplo de ello es que Honduras cuenta con 4 millones de usuarios –casi la mitad de la población- solamente en Facebook, de acuerdo a los datos de la firma especializada iLifeBelt
La legislación hondureña actual no regula la cantidad de publicidad que pueda emitirse en redes sociales, por ende, el espacio sería mucho más abierto para los políticos, si lo comparamos con el costo de un spot publicitario en televisión, radio o prensa escrita al de una pauta por internet.
Para citar ejemplos, hay espacios en televisión que pueden llegar a tener un costo de 70 mil Lempiras (US$2,800.00) por una sola aparición de 30 segundos en horarios estelares (dependiendo del canal), pero si se ve desde la otra plataforma, esa misma cantidad de dinero podría ser mucho más redituable si se sabe distribuir en pauta de redes sociales.
En Honduras, un candidato presidencial tiene un techo de 470 millones de Lempiras para invertir en campaña (unos 18.8 millones de dólares), de acuerdo a lo que estipula la Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización de los Partidos Políticos y Candidatos, más conocida como Ley de Política Limpia.
Por otro lado, José Luis Moncada es más optimista y cree que sí habrá acercamiento con la gente para el inicio de la campaña. Al ser consultado por un usuario sobre “¿cómo podemos hacer campaña en Santa Bárbara si la gente está acostumbrada a vernos en vivo?” el precandidato presidencial dijo que “las condiciones [de la pandemia] van a mejorar… Vamos a tener que hacer el esfuerzo, pero el face-to-face [cara a cara]”.
Por su parte, Lester Ramírez quién moderó el conversatorio por parte de la ASJ indicó que el nuevo proceso electoral será atípico, porque se tendrá que buscar un equilibrio entre el derecho a la salud y el derecho al sufragio –algo que a los políticos no les puede interesar, pues su objetivo es ganar elecciones. En ese sentido, quedará en el CNE garantizar la bioseguridad de la población el día de las elecciones, supervisando que los partidos políticos cumplan con las medidas en las mesas o juntas receptoras del voto.
Según LIBRE, retrasos en el levantamiento del censo electoral causados por la pandemia podrían elevar riesgos de fraude
Para cumplir con el cronograma electoral que la ley hondureña establece, el CNE debería estar listo para el mes de septiembre y así los institutos políticos podrían contar con datos de la población para desarrollar estrategias de campaña.
Sin embargo, Carlos Eduardo Reina, de LIBRE, asegura que el orden establecido del cronograma ya sufrió alternaciones.
“Tenemos que pensar en alternativas e introducir elementos tecnológicos que garanticen que no vota alguien en nombre de otro, por ello es que LIBRE exige un nuevo censo y nueva cédula para el próximo proceso y se debe agregar el identificador de huella dactilar para el próximo censo”, sentencia Reina.
La queja de LIBRE se basa en que los retrasos en la entrega del nuevo censo electoral (registro de los ciudadanos habilitados a votar) producirá que para las elecciones de 2021 se utilice el último censo disponible, el cual no contaría con la depuración de ciudadanos que no viven en Honduras o que hayan fallecido, lo que genera suspicacias porque siempre se especula que en Honduras “votan los muertos”, como parte del fraude electoral.
Es de recordar que el partido LIBRE tiene un representante en el RNP y también ha logrado colocar militantes en los diferentes niveles de la institución que hace unos meses se había intervenido debido a la calamitosa politización y corrupción. En todo caso, cualquier retraso sería responsabilidad de todos los partidos políticos sentados en la mesa. En fin, si los partidos políticos se desconfían entre ellos mismos, esa misma desconfianza se traslada a la ciudadanía.
El Covid-19 cambiará la forma de realizar elecciones
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el 15 de mayo que el nuevo Coronavirus podría convertirse en una enfermedad endémica, es decir, que se quedaría permanentemente en el planeta con brotes pequeños. Ante esta «nueva normalidad”, se planteó a los participantes qué escenario se viviría en Honduras sí el Coronavirus no pudiera contenerse para las elecciones.
El nacionalista Zelaya se abre a la posibilidad de que puedan obviarse las elecciones primarias y resolverlo a lo interno de los partidos. “Estamos completamente abiertos para ver qué otras opciones (de elección) existen; pero que tienen que haber un proceso de elección, tiene que haberlo; el cómo es otra plática”, dice Zelaya. El representante del Partido Nacional no descarta la posibilidad de definir candidatos en asambleas partidarias si es que los ciudadanos se ven imposibilitados de sufragar in situ.
Para Reina, el precandidato de LIBRE, se debería ir analizando la formación de una mesa de expertos en salud y otras áreas que asesoren y apoyen al CNE en la organización de las elecciones. “Todas las medidas de bioseguridad deben ser establecidas por un panel de expertos,” opinó Reina.
A su vez, Reina desde ya alerta riesgos de restricción de un posible día de elecciones con “votantes que se vean marginados de sufragar por no contar una mascarilla cuando el Estado hondureño a través del gobierno debe proporcionarlas… Ahí puede haber una trampa para la democracia”, advirtió.
¿Y los pendientes? ¿Cómo asegurar que las nóminas de las corrientes internas no entre dinero del narco o corrupción?
La “nueva normalidad” implica cambios drásticos y uno de ellos es la probabilidad de nuevas formas de hacer campaña, pero eso no quita las malas mañas.
En el reciente juicio de Juan Antonio “Tony” Hernández Alvarado, los fiscales del Distrito Sur de Nueva York presentaron como evidencia testimonios de narcotraficantes que aseguraban que las campañas políticas en sus diferentes niveles de elección, desde la década pasada ha tenido el financiamiento de grandes capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán y otras figuras connotadas del crimen organizado nacional. Asimismo, más de veinte extradiciones en donde figuran alcaldes y diputados de diversos partidos políticos. Todo esto sin duda ha dejado una mancha en la clase política y ha producido una grave crisis de representación política.
Para Carlos Eduardo Reina, la “Unidad de Política Limpia”, debe tener mayor vehemencia en la investigación de la procedencia de fondos y debe averiguar si los “dólares del narco” se filtre en las campañas. Por su parte, el movimiento que lidera estará libre de dinero del narco y de la corrupción, y verificará muy bien los antecedentes de sus planillas.
José Luis Moncada acuerpó esa tesis y aseguró que la juventud que votará en 2021 ya identifica que la participación en política no necesariamente implica financiarse con dineros del narcotráfico.
Para Juan Diego Zelaya, es evidente que debe haber cambios a lo interno de su partido y desde su movimiento es una de las tareas que intentan promover por el fuerte golpe que significa la percepción de la población al identificar a un sector del nacionalismo que se ha visto señalado por escándalos públicos al relacionárseles con el narco.
Esto se suma a los retos de la clase política, que, ante la sociedad, tendrán que convencer a los votantes para que les favorezcan y uno de los principales retos será acostumbrar a la ciudadanía a ese nuevo término que comienza a escucharse, la “democracia digital”. La gran interrogante será cómo evitar la campaña clientelar con tanta pobreza en la población, por un lado, y tanta, hambre para llegar al poder por parte de los políticos.