Pese a ser uno de los países más pobres del mundo, Honduras ha perdido más de 59.000 millones de lempiras, equivalentes a 10.000 millones de dólares, por las exoneraciones fiscales y aduaneras con que beneficia a gran cantidad de negocios, políticos y empresarios.
Esos recursos, que representan el 3% del Producto Interno Bruto (PIB), podrían invertirse en el desarrollo económico y social de la nació. El PIB es de más de 36.6000 millones de dólares y constituye la suma de todos los bienes y servicios producidos en un año en el país.
Pérdidas anuales
Según cifras del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), el Estado deja de percibir por esa causa 11.000 millones de lempiras cada año.
Las empresas de maquila, turísticas, no gubernamentales e iglesias también se han acogido a ese régimen especial, lo que a la larga está lacerando los derechos fundamentales de los 8,3 millones de hondureños como a la vida, la seguridad y a vivir en democracia.
La industria de la maquila, que comenzó a operar en los años 90 en Honduras, no ha demostrado aún su capacidad de generar un trabajo digno a los hondureños.
Maquila no se levanta
Santiago Herrera, director del Centro de Investigación Económica y Social del Consejo de la Empresa Privada, aseguró que la maquila no podría sostener a sus 120.000 puestos de trabajo sin las exoneraciones fiscales.
José Luis Baquedano |
Pero el secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores, José Luis Baquedano, dijo a Revistazo que el gobierno debe eliminar tales beneficios empresariales.
“Esto va en detrimento de la educación, la salud y la vivienda de los hondureños porque esas empresas transnacionales solo generan un empleo precario, es decir mal pagado”, expresó.
Baquedano señaló que existen 165 decretos de exoneración en el país que sólo favorecen a las empresas sin ninguna retribución para la ciudadanía o el Estado.
16.000 ONG exoneradas
Criticó el caso de 16.000 organización no gubernamentales, en su mayoría pertenecientes a políticos, que reciben dinero del Estado por ese concepto.
Para el ministro de Finanzas, Wilfredo Cerrato, “con el dinero de las exoneraciones se pudo haber pagado la deuda flotante del gobierno”.
Honduras enfrenta quizás la peor crisis financiera de su historia que le impide al gobierno hasta cumplir con el pago de salarios a muchos de sus empleados. Por ello, las protestas callejeras de maestros y burócratas se hicieron frecuentes a finales de 2012 y principios de este año.
El problema se originado precariedad operacional de los sistemas de salud y educación, entre otros.
En un intento por solventar la situación, el presidente Porfirio Lobo instó al Congreso a revisar y suspender temporalmente las exoneraciones fiscales en el país.
Los recursos serían destinados a proyectos de inversión social. Según los deseos del mandatario, el 50% de los recursos se utilizarían en infraestructura física y el resto pago la deuda interna superior a los 45.000 millones de lempiras.
Diversos sectores sociales exigen al gobierno que elimine las exoneraciones fiscales, pero los diputados sólo buscan suspenderlas.