La palabra justicia es algo que en Honduras hace años que carece de sentido. Algo lejano que recuerda tiempos mejores. Un susurro tan frágil que una tímida brisa es capaz de hacer que se disipe. El 23% de los homicidios son muertes por encargo a manos de sicarios que tienen a los abogados entre sus blancos predilectos. Entre 2008 y 2009 fueron asesinados un total de 17 abogados, según datos que maneja el Observatorio de la Violencia de Honduras.
Dionisio Díaz García fue asesinado a sangre fría el 4 de diciembre de 2006 mientras manejaba su carro por la avenida de las Fuerzas Armadas de Tegucigalpa hacia la Corte Suprema de Justicia donde iba a representar a un grupo de guardias de seguridad que habían sido despedidos injustamente. Llevaba dos años defendiendo a trabajadores cuyos derechos habían sido violados. Lo hacía a través de un proyecto de la asociación por una sociedad más justa (ASJ) llamado “Defensa de los Derechos Laborales de Grupos Vulnerables.” Esta lucha a favor de los más débiles le granjeó poderosos enemigos. Tras una serie de amenazas de muerte acabó pagando su compromiso con su vida.
Mural conmemorativo, en las oficinas de la ASJ en memoria del abogado Dionisio Díaz García, pintado por artistas locales. |
El 27 de febrero de 2009 fue un día para volver a creer en que cabe la justicia en Honduras. En que es posible un estado de derecho frente a la violencia, la impunidad y la criminalidad de los últimos años. El Tribunal de Sentencia condenó a un ex guardia de seguridad y a un ex agente de la Dirección General de Investigación Criminal- por el asesinato de Dionisio García Díaz. El primero habría apretado el gatillo. El segundo habría conducido la moto desde la que lo mataron. Fueron condenados a 21 y 20 años de prisión, respectivamente y recluidos en la Penitenciaría Nacional de Támara.
Pero lo que fue una victoria rotunda acabó siendo parcial. El 15 de mayo de 2012 llegaba el jarro de agua fría. Los magistrados de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia invalidaron la sentencia absolviendo a los dos supuestos asesinos del abogado García Díaz. Ambos individuos fueron rápidamente puestos en libertad, y el caso del ex agente de la DNIC, según fuentes a las cuales tuvo acceso Revistazo afirman que este hombre “fue reincorporado inmediatamente a su trabajo”. Este mensaje de impunidad fue seguido como ejemplo por otros sicarios y solo entre 2011 y 2012 un total de 81 abogados han sido asesinados en todo el país; demostrando, una vez más, que matar en Honduras sigue saliendo muy barato, demasiado barato.
La sentencia está llena de incoherencias y contradicciones. En primer lugar, sorprende que uno de los magistrados de la Sala de lo Penal fuese Jacobo Cálix Hernández , que brindó servicios legales (a una empresa de seguridad demandada por el abogado Dionisio Díaz García) y que según informes internos de la ASJ de esa época sugieren que la empresa- careciendo de oficina en Tegucigalpa- habría operado desde el bufete de Cálix. Por ética profesional debiera haber presentado su recusación y haber dejado que fuera otro magistrado quien sentenciara el caso. Otro punto que ahonda en la parcialidad de este caso es la relación del magistrado con la abogada de los autores materiales del homicidio. Olga Suyapa Irías, abogada Defensora de los imputados, forma parte de la Comisión Seleccionadora que nominó a Cálix a ser considerado candidato a la Corte Suprema 2009 – 2016.
Vea video sobre la vida de Dionsio y su asesinato |
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Lea la entrevista personal que Revistazo realizó a Lourdes Albir, la viuda de Dionisio Díaz García
El caso de Dionisio no es una excepción en Honduras. |
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En cada uno de estos casos, se acredita que se hizo un daño, muchas veces contra la vida de las personas, pero al final queda sin “culpables”. Sólo el 2% de las denuncias interpuestas al Ministerio Público son resueltas con una sentencia condenatoria. |