Ante la situación que vive la institucionalidad del país que ha estado involucrada en el manejo de recursos y gestión de los resultados de la pandemia del Covid–19 en Honduras, es válido preguntarse ¿por qué Inversión Estratégica de Honduras (INVEST-H) ha llevado el protagonismo más grande en el tema de compras? Y también consultar si es necesario revisar el papel de esta institución dentro del aparato estatal.
Revistazo invita a realizar una lectura del análisis “Invest-H: Un marco jurídico diseñado para no rendir cuentas”, elaborado por el equipo de Asistencia Legal Anti Corrupción de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ), mismo que escudriña las etapas de evolución de una institución nacida bajo la lógica de la cooperación internacional, pero que ahora está al servicio de los gobiernos de turno en Honduras.
El texto analiza la discrecionalidad con que se pudieron tomar muchas de las decisiones en las compras de emergencia para combatir las carencias del sistema de salud pública pero estimula la reflexión sobre qué pudo haber detrás de cada decisión tomada mientras el paso del Covid–19 tomaba la delantera al equipo gubernamental de gestión de la crisis.
Durante la lectura, el papel del Tribunal Superior de Cuentas resalta como uno de los pocos aliados que la transparencia tiene para dar frutos, aunque siempre bajo el criterio de las instituciones del Estado.
Justo el tema de la transparencia es el tópico principal a analizar sobre una institución que ante las críticas por sus actuaciones prefirió responder a los señalamientos de los veedores en lugar de salir al paso para detallar con punto y coma qué se estaba comprando y bajo qué justificantes.