La auditoría a compras de insumos de bioseguridad realizadas por el Banco de Occidente en abril y mayo pasado, reveló eficiencia, economía y transparencia, superando con creces los resultados de Inversión Estratégica de Honduras (INVEST-H).
Un fideicomiso en términos simplificados es un contrato entre el Estado de Honduras y un banco privado, en donde un ente público (gobierno central, secretaría de Estado, municipalidad, empresa pública, etc.) le traslada la administración y manejo de sus recursos o patrimonio público (presupuesto, carreteras, energía eléctrica, mercado municipal, etc.) a una institucion bancaria. El banco por su lado, se hace responsable dentro de las condiciones del contrato, atendiendo las instrucciones del gobierno y las buenas prácticas de administración. Ambos constituyen un comité técnico para tomar decisiones, monitorear avances y resolver problemas que surgen.
Para muchos, los fideicomisos son vistos como una especie privatización. El problema de fondo es el hecho que cada vez existen más fideicomisos públicos en manos de bancos, lo que implica el riesgo que el sector privado intervenga directamente en decisiones que impactan al público. En algunos casos, los mismos bancos fiduciarios otorgan prestamos al gobierno para poder capitalizar el fideicomiso, generando mayor deuda estatal, surgiendo graves conflictos de interés y dejando las puertas abiertas para la captura económica. Al final, no se trata de quién es el dueño, sino quién toma decisiones sobre el bien o recurso público.
La premisa en el caso del fideicomiso suscrito entre la Secretaría de Salud (SESAL) y el Banco de Occidente S.A., es que el presupuesto de medicamentos e insumos médicos del gobierno, al ser administrado y ejecutado por el banco, los recursos públicos se manejarán de manera eficiente, brindando los resultados esperados a la población. Lo irónico, es que todo lo que debe hacer el banco, es lo mismo que el gobierno está llamado hacer, a través de la SESAL.
Datos: Informe Auditoría social a Fideicomiso Banco Occidente. |
El éxito está en los pequeños detalles
Según la auditoría social publicada por la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) , a las compras de equipo de protección personal (EPP) realizadas a través del Banco de Occidente, se cumplieron con un 93% de las normas y procedimientos establecidas para una contratación integra. Este nivel de cumplimiento es diametralmente opuesto a lo que obtuvo INVEST-H, donde la unidad ejecutora supuestamente élite en materia de adquisiciones obtuvo un promedio de 44%, según la misma metodología de verificación de la ASJ.
Obviamente cumplir la normativa y los procedimientos tiene como resultado eficiencia y economía. Pero un fideicomiso al ser un contrato “privado”, para muchos no requiere ser embestido de transparencia. Sin embargo, ese argumento no toma en cuenta el origen del patrimonio del fideicomiso (impuestos de los contribuyentes) y el interés público. Es por eso que es necesario incluir un tercer actor que no tenga interés económico o político, solamente compromiso social con tener resultados que beneficien a la colectividad.
El Banco de Occidente muestra que responder de manera eficiente y eficaz a la urgencia sanitaria a través de procesos de compras de insumos médicos es posible. La clave, sin duda está en la planificación y los controles. Por ejemplo, el fiduciario desarrolló un cronograma para el procedimiento y lo cumplió, consultando y obteniendo la aprobación de la SESAL cuando era necesario, requiriendo de los detalles técnicos necesarios para que las compras fueran las requeridas. Todo el proceso se completó en solo 11 días.
La tabla abajo detalla las empresas y los montos de los contratos suscritos con el Banco de Occidente, a través del fideicomiso de Salud, sumando L. 196,549,886.70 (USD 7,881,510.00) y L. 31,132,447.00 (USD 1,259,607.01) cada proceso de cotización realizado.
Las compras realizadas por INVEST-H no solo han demostrado ser más costosas en términos monetarios, también han pasado factura social al no permitir el personal de salud obtener a tiempo la protección necesaria para atender a los pacientes del COVID-19.
INVEST-H adjudicó -a mata caballo- contratos a empresas de una lista que brindó la SESAL, sin tomarse el tiempo de investigar sus antecedentes o contrastar con otros procesos de compras similares que se han realizado en el pasado registrados en HonduCompras, incluso por el mismo Banco de Occidente. El resultado fue la cancelación de cuatro de los cinco contratos, mientras que único que se mantuvo, terminó entregando 65 días después -a pesar que se comprometió a entregar en no menos de diez días. Es de recordar que INVEST-H no incluyó cláusula de penalización para sancionar incumplidores.
Si bien, las compras de emergencia permiten cierta discrecionalidad en la selección de los oferentes, el banco logró una competencia abierta con un total de 109 empresas invitadas a cotizar. Incluso, hubo quince nuevos proveedores que no estaban dentro del registro histórico del banco. Asimismo, se aplicaron multas a aquellos proveedores que se retrasaron en entregar.
Oportunidad para mejoras
Siempre existe espacio de mejora. Por ejemplo, las compras a través del Banco de Occidente deben incorporar procesos para acceder a mercados regionales o internacionales que pueden ofrecer precios más bajos y la posibilidad de evaluar la calidad de los suministros.
Aunque los precios fueron una mejora en comparación a lo que INVEST-H pago, aún hay posibilidad de lograr mayor economía haciendo estudios de los mercados nacionales e internacionales.
Asimismo, será oportuno incluir un mecanismo de evaluación de la calidad de los insumos por parte de los usuarios directos, como médicos, enfermeras, personal de seguridad y de aseo. Dicha información le permitiría a la SESAL, por ejemplo, conocer mejor a los proveedores y los insumos que suministra.
Fortalecimiento institucional la tarea que siempre está pendiente
El fideicomiso de Salud ya lleva siete años, no debe ser visto como una solución permanente, pues en la práctica implica que nosotros como contribuyentes pagamos por dos administraciones, una pública y la otra privada.
Desafortunadamente, el gobierno en este momento de emergencia debe responder lo más urgente y expedito posible, lo que implica seguir apostándole al modelo fiduciario. Mientras este sea el arreglo, un fideicomiso que administra patrimonio público, requiere ser:
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El fideicomiso cobra una comisión equivalente al 2.25% del presupuesto transferido por administración de los fondos y 2.25% por evaluación de las compras. Es decir, de cada 100 lempiras, cobra L.4.50. Esta cifra puede parecer poca; sin embargo, cuando la SESAL transfiere 500 millones de lempiras, esto se traduce en una comisión de 22,5 millones de lempiras.