El desorden administrativo y los compromisos políticos y económicos de los gobiernos de turno, estarían provocando que la adquisición de los medicamentos requeridos en el sistema sanitario nacional, en su mayoría se estén realizando a través de la adjudicación de contratos por compra directa.
La paupérrima planificación demostrada por la Secretaría de Salud Pública de manera cómplice o no, provoca el desabastecimiento de medicinas en los hospitales y centros de salud del país, situación que de acuerdo un análisis realizado por el Movimiento Transformemos Honduras (TH), lleva a las autoridades centrales a promulgar decretos de emergencia.
Licitación pública, licitación privada y compra directa, son las modalidades de contratación que el Estado, debe utilizar en la compra de los medicamentos, particularidades que se encuentran reguladas por la Ley de Contratación del Estado. A pesar que la litación pública debería ser la normativa dominante, basta con mirar hacia atrás para darse cuenta que esta peculiaridad ha sido desplazada por las otras dos.
El documento elaborado por TH, detalla que entre el 2006 y el 2010, la Secretaría de Salud Publica realizó siete procesos de compra, de los cuales, cinco fueron acompañados de la Comisión Interinstitucional de Medicamentos (CIM).
“Las modalidades de contratación utilizadas y las fechas de adjudicación no son consistentes con una adecuada planificación. Se observa que hay adjudicaciones que se realizan en el mismo año, lo cual genera una enorme carga para los sistemas de coordinación, recolección y sistematización de información de medicamentos –los cuales no están automatizados, al igual que para la comisión de evaluación”, señala la investigación.
De igual manera recrimina el retraso provocado en un proceso de licitación pública iniciado en 2008 y finalizado hasta el 14 de julio de 2009. Indica que la débil planificación en la Secretaría de Salud, provocó que tres procesos de compra se realizaran mediante decretos de emergencia, de los cuales se generaron dos compras directas y una por licitación privada.
De acuerdo a la investigación en el año 2008 se realizó una compra directa por valor de 449 millones 773 mil 138 lempiras, la inversión más grande, de los siete procesos realizados en los últimos cinco años. La adquisición fue precedida por una licitación privada y para llevar a cabo los dos procesos. El Consejo de Ministros tuvo que declarar dos emergencias consecutivas.
Relata el informe, que en el 2006, una licitación privada para la compra de medicamentos, estimada para realizarse en dos meses, se demoró diez, tardanza que provocó perjuicios irreparables a la población. Este fenómeno vuelve a repetirse en el 2010, en el primer año de la administración de Porfirio Lobo Sosa. Las autoridades de salud tardaron cinco (5) meses en iniciar el proceso y la única opción fue declarar emergencia y proceder a una contratación directa.
¿Compras directas una oportunidad para la corrupción?
La investigación de TH refleja datos relacionados con las irregularidades que se dan entre empresarios, políticos y funcionarios gubernamentales. En la adquisición de medicamentos hablar de compras directas, no representa más que un indicativo de corrupción.
En la compra directa del 2010 se adquirieron 203 medicamentos, de los cuales 80 fueron nuevamente licitados y adjudicados en la licitación privada de ese mismo año, en la compra directa. El precio global de estos 80 productos fue de 76 millones 286 mil 277 lempiras, mientras en la licitación privada los mismos productos y en iguales cantidades tuvieron un costo de 66 millones 608 mil 894 lempiras, registrándose una diferencia de 9 millones 677 mil 383 lempiras.
Los nueve millones de lempiras, que el país se hubiera ahorrado solo en ese proceso de compra de medicamentos, hubieran servido para mejorar al menos la estructura de un centro de salud o de una escuela.