Lourdes mantiene fija la mirada en una fotografía de su boda. Es incapaz de pasar la página. Dos desalmados le robaron a su marido hace casi siete años. Levanta levemente la mirada. Trata de contener las lágrimas. Quiere demostrarse entera y fuerte… pero un aluvión de sentimientos acaban desencadenando lo inevitable. “Se puede perdonar pero no olvidar; son cosas para toda la vida”, se sincera Lourdes Albir, viuda del abogado Dionisio Díaz García. “Yo lo único que quiero es justicia para mi marido, no estamos conformes con el fallo que dio la corte”, afirma mientras trata de limpiarse las lágrimas que brotan de sus ojos y cierra, con amargura el álbum de fotografías.
Las paredes de la casa están despojadas de cualquier recuerdo de Dionisio. “Lo hago por mi hijo, para protegerle; porque ver a su padre le hace daño”, recuerda mientras acompaña a Revistazo a su despacho, en otros tiempos el despacho de su marido. “Su sueño fue que los dos llegásemos a trabajar juntos”, afirma mientras muestra su título de Licenciada en Ciencias Sociales con Orientación a Derecho Laboral, el mismo título que ostentaba su marido. “Este es el único lugar de toda la casa en el que hay fotografías de mi marido o recuerdos suyos… y están aquí porque un día mi hijo me dijo: ‘Mami, ya puedo estar viendo las fotografías de papi”, comenta mientras señala una fotografía en la que aparece junto a su marido y junto a ellos su hijo Mauricio. “Es de 2000 cuando mi hijo aún era un bebé”, recuerda con ternura tomando entre sus brazos la foto de su familia.
“Nunca llegó a confesarme que hubiese recibido amenazas de muerte, si sabía que habían tratado de sobornarle pero que su ética no le permitía coger ese dinero”, afirma orgullosa recordando la honestidad de su esposo. “Mataron a mi esposo por defender los derechos de los más débiles…; era más sencillo asesinarlo que comprarlo”, reconoce a Revistazo Lourdes Albir.
Mi marido venía de una familia muy humilde, siempre trató de ser justo con la gente pobre; era una persona humanitaria; y esta pasión, entrega y compromiso por defender a los más débiles fue lo que le costó la vida”, argumenta su viuda. |
Dionisio se ganó el respeto de la profesión. Su defensa de los más desfavorecidos y la integridad con que desempeñaba su trabajo le convirtieron en un personaje admirado por quienes le rodeaban. “Su hobby era trabajar y trabajar…”, ríe entre dientes recordando a su marido.
Dionisio había prometido a su hijo Mauricio, que tenía cinco años por aquel entonces, que en vacaciones le llevaría a Roatán y a Estados Unidos. El sueño del pequeño era montar en avión. “Él nos recordaba todos los días que ya faltaba menos para irnos de vacaciones”, comenta Lourdes mientras agacha la mirada. Le cuesta hablar del día en que su marido fue acribillado por un pistolero a sueldo. “Los asesinos de mi marido nunca me pidieron perdón, nunca me miraron a la cara, no mostraron ningún tipo de arrepentimiento; pasé por delante de ellos en el juicio y pedí que se hiciera justicia para mi marido que era un defensor de los Derechos Humanos”, afirma. Sus palabras están llenas de ira y de rabia contra quienes le robaron a su esposo. “Creo sólo en la justicia divina porque con lo que ha pasado no se puede creer en la justicia de nuestro país”, comenta.
Esta frustración que siente Lourdes cada vez que recuerda que los supuestos asesinos de su marido están en libertad la llevo a alzar la voz y a denunciar el caso de Dionisio ante el mismísimo Porfirio Lobo, presidente de Honduras, el 10 de diciembre de 2012 durante el Día Internacional de los Derechos Humanos. “Le pedí al presidente justicia para Dionisio y el sólo me dijo: ‘lo siento’, pero con eso no me basta”, afirma esta abogada que tiene miedo de ejercer su carrera profesional “porque soy el único sustento que tiene mi hijo y tengo miedo que algo me pase y él quede solo”.
En estos siete años que están a punto de cumplirse del asesinato de Dionisio Díaz García la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ)- para la que trabajaba el abogado- siempre ha estado al lado de Lourdes y de su hijo. “En Honduras dos semanas después de que se haya cometido un crimen todo se olvida y se entierra. ASJ ha luchado para que no se olvide y siguen buscando justicia”, afirma a Revistazo mientras recalca que su único objetivo es “hacer justicia”.
Entrevista Lourdes Albir {youtube}lelf23FsIfI|600|473|0{/youtube} |