Una vez más los barrotes, las altas murallas, los agentes penitenciarios y los militares que custodian en los puestos de control de la Penitenciaría Nacional (PN), Marco Aurelio Soto, fueron insuficientes para contener la fuga de tres peligrosos reos—entre ellos un violador en serie, acusado de abusar sexualmente de al menos 40 niñas de entre 9 y 17 años de edad.
A la una de la tarde de este martes 10 de marzo, en medio de un cerco militar, inexplicablemente se escaparon Hugo Edgardo Sierra Benavides y dos reos más. Fuentes oficiales han informado que los tres presos saltaron el muro perimetral por la parte trasera de los módulos de procesados 1 y 2, una área que desde mediados de 2013 ha sido custodiada por soldados del ejército.
Sierra Benavides fue condenado a 18 años de prisión por los delitos de violación y a siete años por robo. Además un juez penalista del Distrito Central le dictó 24 autos de prisión por suponerlo responsable de violar a igual número de niñas. De los casos imputados, en al menos ocho existen pruebas irrefutables de ADN que lo incriminan.
Ejecutivos de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), una organización que a través del Proyecto Rescate ha trabajado a la par de las autoridades para encarcelar a este depredador sexual, condenaron a través de un Comunicado de prensa, la mediocridad de las autoridades que le permitieron fugarse.
Conferencia de prensa realizada por la ASJ. |
Vea Comunicado de prensa |
A renglón seguido exigieron agilizar los trámites requeridos para que en poco tiempo se produzca la recaptura. “Nos indigna lo que está pasando en el sistema carcelario del país, ¿Cómo es posible que a casi un año de haber iniciado un proceso de medidas para mejorar este sistema, sigan saliendo llamadas y se sigan escapando reos de los centros penales?”, expresó en conferencia de prensa realizada este miércoles, Carlos Hernández, director ejecutivo de la ASJ.
Sostuvo que las cárceles de Honduras siguen siendo manejadas por los mismos reos y que el sistema continua siendo incapaz porque el Instituto Penitenciario Nacional, solo refleja negligencia y mediocridad.
La coordinadora del Proyecto Rescate, Miriam de Mondragón, también lamentó la situación y repudió que los responsables de este centro penitenciario hayan tenido a un criminal tan peligroso en un módulo con facilidades de escapar. “Eso es una irresponsabilidad”, sentenció, tras alertar a los padres de familia a tomar medidas para proteger a sus hijas.
Además, pidió a la población informar a las autoridades del paradero de este individuo en casos de ser localizado en cualquier parte del país.
A inicios de 2011 Sierra Benevides interceptaba a las víctimas y bajo amenazas las llevaba a solares baldíos o construcciones abandonadas en las cercanías de escuelas y colegios localizados en la colonia Villa Adela y del barrio Belén del Distrito Central y allí abusaba sexualmente de ellas.
Las víctimas fueron interceptadas cuando iban o regresaban de sus centros de estudios, lo identificaron por un tatuaje de un sol dibujado en una de sus manos y por otro con la figura de Jesucristo en su hombro izquierdo, las autoridades elaboración de retratos hablados e hicieron reconocimiento de al menos 10 lugares donde operaba.
Las oficinas de la DNIC del barrio Los Dolores y de la colonia Villa Adela en poco tiempo receptaron 34 denuncias que con el apoyo del Proyecto Rescate sometieron a un proceso de investigación que culminó 23 de mayo del 2011, con la captura y posterior judicialización. El Ministerio Público acusó a Sierra Benavides de los delitos de violación especial y robo en contra de las afectadas.
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