Como se comentaba en el artículo anterior, la falta de información pública acerca de la ejecución y desempeño del Bono Diez Mil ha sido valorada como una debilidad importante del programa. Fruto de esta falta de transparencia, quedan dudas fuertes acerca de algunas decisiones que se han tomado con el presupuesto, como en el caso de ciertas contrataciones públicas.
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Si bien la mayoría de los fondos destinados al programa Bono Diez Mil van dirigidos a la entrega de la transferencia monetaria o a los gastos administrativos para ejecutarlo, la falta de infraestructura y recursos estatales para permitir la corresponsabilidad de los beneficiarios, especialmente en salud, ha obligado a hacer adquisiciones valoradas en cifras considerables.
Solo tres empresas—todas hondureñas—participaron en “licitación internacional” para compra de vitaminas
Tal como consta en el portal oficial HonduCompras.gob.hn, han habido varios procesos de contratación pública relacionados con el Bono Diez Mil que han implicado sumas considerables de fondos y para los que no hubo presencia de auditores sociales ni de oficiales gubernamentales de transparencia. Al revisar los resultados, se encuentran aspectos en los procesos que despiertan dudas.
Por ejemplo, para mejorar la calidad de servicio ofrecido a los beneficiarios del Bono 10,000, y de forma colateral a los demás usuarios de los centros de salud, en el año 2011 con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se llevó a cabo el proceso de licitación pública internacional LPI-SDP-UAP- B10MIL-041-2011 para la adquisición de micronutrientes esenciales para mujeres embarazadas, puérperas y recién nacidos. Estos micronutrientes fueron comprados para su distribución a nivel nacional.
A pesar de que se realizó una licitación internacional, se recibieron ofertas únicamente de tres empresas—todas hondureñas—adjudicando contratos valorados en su conjunto en más de $2.3 millones de dólares estadounidenses a dos empresas que figuran entre las más beneficiadas con contratos estatales para el suministro de medicamentos y que a la vez, tenían historial de haber suministrado algunos medicamentos de inferior calidad.
Esto recuerda a las enormes irregularidades en las compras de medicamentos que se han denunciado tanto en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS ), como en la Secretaría de Salud Pública.
Empresa implicada en escándalo del IHSS también ganó contrato por más de $10 millones de dólares con el Bono Diez Mil
Otro proceso de contratación pública que despierta dudas es la LPI-SDP-UAP-B10MIL-042-2011, también ejecutada con fondos del BCIE, en esta ocasión para la compra de equipamiento médico para los Centros de Salud.
Por medio de este proceso se adquirieron 28 diferentes ítems básicos (estetoscopios, otoscopios, martillos de reflejo, básculas, espéculos, mesas de exploración para pruebas ginecológicas, entre otros), para equipar los centros de salud del país. Originalmente, las bases de licitación contemplaban la adquisición de 100,854 unidades de equipo. Para esta compra el Estado contaba con un presupuesto por arriba de 10 millones de dólares.
Para esta licitación fueron recibidas ofertas de 3 empresas hondureñas y de una empresa española.
Siguiendo los lineamientos de la Ley de Contratación del Estado normalmente en los procesos de licitación pública las ofertas más económicas son las adjudicadas. Sin embargo, en este caso, la oferta más cara fue la adjudicada.
Según la resolución de adjudicación y entrevistas con personal de la Secretaría de Salud, esta decisión se tomó en base de la supuesta superior calidad de productos ofrecidos por la empresa seleccionada, Distribuidora Metropolitana, S.A (DIMESA)—la empresa que hoy en día se encuentra envuelta en un escándalo por la supuesta sobre-valoración en la escala de millones de dólares en contratos por equipo médico suministrado al IHSS.
Para compensar los altos precios unitarios cobrados por DIMESA, el Gobierno de Porfirio Lobo redujo en un 15% la cantidad de unidades de equipo a adquirir.