Sólo en el año 2010 el Estado erogó unos 12 millones de lempiras para la compra de una “tanqueta”, más otros cuantos millones para menesteres de la policía y el ejército. Pero en la Secretaría de Educación no hay presupuesto para contratar personal de vigilancia y de limpieza. Las y los niños del interior del país se turnan para limpiar sus centros educativos, mientras los ladrones se roban las computadoras y el material didáctico ya que se carece de vigilancia.
Después de sus jornadas de estudio, las y los niños de algunos centros educativos del interior del país lavan los trapeadores y los servicios sanitarios. Otros barren los corredores y patios. Mientras, las y los campesinos tiene que erogar de su raquítico salario 50 y hasta 100 lempiras para costear el salario del vigilante que cuidará de la escuela y de sus propios vástagos.
Esa es la realidad, como también el que pese a estar obligada a ello, la Secretaría de Educación argumenta que carece de presupuesto para sufragar esas necesidades.
El monitoreo que Revistazo.com realizó en varias escuelas del occidente del país, evidencia como las y los maestros, así como los padres de familia y sus hijos, tienen que lidiar con las carestías propias que enfrentan las escuelas ante el abandono del Estado.
Algunos casos se exponen a continuación:
Escuela Álvaro Contreras
En la escuela Álvaro Contreras, de la comunidad de Santa Anita Concepción, departamento de Ocotepeque, no se cuenta con personal de limpieza ni de seguridad. Los padres y maestros no pueden cubrir esos costos, por lo que las y los niños se ven obligados a turnarse para limpiar permanentemente el centro educativo.
Barrer, trapear y lavar hasta los servicios sanitarios, se convirtió en parte del quehacer educativo que a diario enfrentan las y los niños de esta escuela.
Pero en el ámbito de seguridad la situación es peor. El director de la escuela, Marcos Alfredo Pineda, quien ocupa ese cargo hace 26 años, afirmó que, “no hay vigilante en la escuela y ya en tres ocasiones han abierto la cafetería y se llevan todo. También rompen las telas metálicas y provocan daños en las instalaciones. En algunas ocasiones nos han llevado material didáctico solo por hacer la maldad”, agregó.
En el mismo municipio de Concepción se ubica el Centro Básico Eusebio, Ventura Quezada. Aquí la situación que se vive es similar al problema anterior. No hay vigilante ni personal de aseo, por lo que cada grado limpia la escuela de acuerdo a turnos u horarios.
Óscar Geovany Arita, es maestro del área de computación; comentó que no cuentan con un vigilante pese a que han hecho varias solicitudes a las autoridades centrales para que les provean de presupuesto para su contratación, pero hasta la fecha no han tenido respuestas.
Escuela Lempira, Azacualpa, Santa Bárbara
El mismo panorama se refleja en el área de la seguridad. Las autoridades de la escuela, los padres de familia y la alcaldía de Azacualpa, han unido esfuerzos para poder pagarle el salario a la persona que se encarga de cuidar el centro.
De 50 y hasta 100 lempiras es la cuota que se auto-asignan los padres de familia.
En Progreso, Yoro también ocurre lo mismo
En la ciudad de El progreso, departamento de Yoro, el panorama es igual. Los padres de familia de la escuela José Trinidad Cabañas, juegan un papel muy importante en la educación de sus hijos, incluyendo las áreas en cuestión.
La escuela tiene un nuevo plantel que se construyó con la ayuda de la alcaldía de la ciudad, sin embargo, Lesly Guevara, sub directora de la escuela, explicó que, “en la escuela el aseo lo hacían anteriormente los niños, pero a la actual directora de la escuela Irma Lazo, no le pareció que los niños estuvieran haciendo el aseo”.
Fue a partir de allí, que se determinó por solicitar a los padres de familia su apoyo. “Actualmente el personal de aseo y el vigilante lo pagan los padres de familia”, agregó Guevara.
Secretaría de Educación dice que no cuenta con suficiente presupuesto para contratar personal de limpieza y seguridad
Aunque no quisieron dar información sobre el porcentaje de los centros educativos que a nivel nacional carecen de personal de vigilancia y de seguridad, los representantes de la Secretaría de Educación confirman que es ese ente estatal el encargado de proveer de personal para esas áreas.
El Gerente de recurso humano docente, de la Secretaría de Educación, Abram Molina, dijo a Revistazo.com que la entidad para la cual labora está obligada a proporcionar el personal de vigilancia y de seguridad a las escuelas, pero no cuentan con suficiente presupuesto para sufragar esos costos.
Manifestó que si no hay presupuesto, el titular de la Secretaría debe pedir una extensión del monto asignado y cubrir esas necesidades, pero que le corresponde a las autoridades de la escuela hacer la solicitud, misma que se analiza, revisa y aprueba si hay dinero.
En muchas de las escuelas, sus autoridades afirman que desde la Secretaría de Educación se hace caso omiso a las solicitudes de los directores. Jamás hay una respuesta justificada a la denegativa. En cambio sí se justifica el cuestionar la poca importancia que se le da a mejorar la calidad de la educación, de la cual es parte lo que se describe en este artículo.
Hace algunas semanas, Revistazo.com dio a conocer una investigación que analiza la distribución del presupuesto general de ingresos y egresos de los años 2009, 2010 y 2011. En el trabajo investigativo se destaca como las secretarías de Defensa y de Seguridad, reciben constantes modificaciones presupuestarias.
Se citan entre los hallazgos que el Ejército recibió ampliaciones presupuestarias de 67,1 millones de lempiras, para el financiamiento de operativos de desalojo de los campesinos en el Bajo Aguan, compra de equipamiento especial antibombas, bonos y fortalecimiento y la compra de equipo para la Guardia de Honor Presidencial.
Mientras que la Policía Nacional, alcanzó ampliaciones de su presupuesto 720.9 millones que fueron utilizados para la compra de un camión blindado, nivelación de sueldos de oficiales, diversos operativos que incluyen los desalojos de los campesinos del Bajo aguan y la compra de equipo antimotines, entre otros fortalecimientos de la institución.
Entonces, ¿por qué no hay dinero para el sector educativo del país? ¿es justo que las y los niños de las escuelas de la zona rural realicen el trabajo de aseo y se expongan ante la ausencia de personal de seguridad?