Lidia Lucía, una menor de doce años de edad, llena de sueños que algún día quiere que sean realidad, ella es muy querida por sus amigos por ser amigable y tierna, además le gusta apoyar a su mamá con los quehaceres de la casa, pero un día su paz, su alegría y sus sueños fueron opacados por un traumático evento en el que un vecino la raptó durante tres días, donde amenazada con un machete (cuchillo grande) y sin piedad le arrebataron su inocencia, mientras tanto su desaparición causaba angustia a sus padres, pensando lo peor de la situación.
Su piel es de tonalidad trigueña, algo delgada, y una mirada triste. El día que platique con ella para este reportaje portaba un pantalón tipo jean color negro y un sueter azul, se veía tímida , aunque su padre quien la acompañaba decía que su personalidad siempre se caracterizó por ser sonriente y de carácter dulce. Lidia ocupa el tercer lugar entre seis hermanos. Actualmente, no está estudiando pero el siguiente año quiere continuar y estaría cursando el séptimo grado.
Carlos es un vecino cercano y amigo de los padres de Lidia, en abril de 2023, el padre de Lidia había salido a trabajar en la agricultura, mientras tanto, su madre se dedicaba a las labores del hogar. Ese mismo día el vecino llegó a casa de Lidia, a eso de las nueve de la mañana, gritando y emitiendo amenazas diciéndoles, “si se siguen metiendo en lo que no les importa le va pasar algo a su hija, ya están advertidas”. Sin embargo, se retiró rápidamente.
Por la tarde la madre de Lidia se puso a preparar rosquillas en miel, todo marchaba bien y ya habían dejado atrás lo que el vecino les dijo, jamás pensó que iba a suceder algo malo, a lo que llamó a su hija y la envió a comprar algunas cosas a la pulpería (tienda de comestibles).
Más tarde, alrededor de las 3 de la tarde, volvió con machete en mano y de nuevo amenazando de muerte y con palabras soeces, pero esta vez con la intención de cumplir con su amenaza, en ese momento, Lidia recién había regresado de la pulpería y de inmediato escuchó fuertes gritos provenientes del exterior de su casa, ambas se acercaron a la puerta y se dieron cuenta que era su vecino, salieron para preguntarle por qué todos esos gritos, al verlas salir y aprovechándose de su fuerza se lanzó a ellas e inició su ataque, agarrando a Lidia por el cabello, golpeándola con el lomo del machete y arrastrandola, hasta causarle que las rodillas le empezaran a sangrar.
Lidia fue arrancada de los brazos de su madre, quien desesperadamente luchó contra su agresor. A pesar de la feroz resistencia de la madre y la amenaza que sostenía el agresor, también la atacó violentamente con el machete. Cuando vio que la madre, herida y con múltiples golpes, ya no podía defenderse más, el agresor aprovechó la oportunidad para arrebatar a Lidia, arrastrándola brutalmente por la calle.
Tres días de pesadilla
La mayoría de los abusos sexuales, le ocurren a una persona solo una vez, o en tiempos diferentes, es decir pueden pasar algunos días, semanas o meses para que vuelva a pasar, pero este no fue el caso de Lidia que sufrió abuso sexual durante tres días consecutivos.
El agresor o el vecino como lo conocemos en este reportaje quien guarda prisión en espera de sentencia, es un hombre de 50 años de edad quien vivía con su madre.
Siempre acosaba a Lidia, a lo que una vez ella se lo comentó a sus padres, pero ellos no creyeron que esta situación iba a empeorar, trataron de ignorarlo, sabían que él era una persona violenta y mal hablada, lo sabían por el trato que le daba a su propia madre.
El vecino, quien compartía su vivienda con su madre, la sometía a constantes agresiones. En una ocasión, ella ya no pudo soportarlo y buscó ayuda, refugiándose en la casa de la familia de Lidia, allí, encontró el apoyo que necesitaba. Este pudo ser el punto para que el vecino al darse cuenta de esto se enfureciera y amenazara, simplemente porque los padres de Lidia estaban defendiendo a la madre del agresor.
El padre de Lidia regresaba a casa después de su jornada laboral, al entrar en su casa, se encontró con su esposa llorando y de inmediato le preguntó qué había sucedido.
- ¿Por qué estás llorando? ¿Que paso?
- Se llevaron a Lidia obligada y no se donde esta.
- ¿Quién se la llevó?
- Fue el vecino, llegó aquí amenazandonos y se la llevó arrastrando,
- ¿Por qué no me llamaste por el celular?
- No quería preocuparte.
Comienza la búsqueda
Inmediatamente, salió en busca de ayuda y los vecinos, sin dudarlo, se unieron a él. Juntos comenzaron una búsqueda, recorriendo todos los lugares posibles. Se dirigieron a la estación de policía preventiva para presentar una denuncia formal, e igual envió a su mujer a la DPI (Dirección Policial de Investigaciones) para realizar otra denuncia adicional. Mientras tanto, el resto del grupo continuó la búsqueda incansablemente.
La policía coordinó eficazmente con todos los involucrados y se sumó al esfuerzo por encontrar a la niña.
Mientras tanto, el agresor abusaba de ella a diario, sometiéndose a sus deseos sexuales, ya que Lidia se encontraba indefensa ante la constante amenaza que le iba a matar, cuando ella ponía resistencia el la golpeaba con el mango del machete en la cabeza, dañandola psicologicamente y fisicamente.
Durante esos días, todos se distribuyeron en diferentes grupos, buscaban día y noche, las personas de varias iglesias oraban para hallar a la niña, hicieron carteles para pegarlos en diferentes puntos. Después de tres días intensos de búsqueda, finalmente lograron dar con el paradero de la niña.
Cuando el agresor notó que los estaban buscando y vio que ya estaban muy cerca de encontrarlos, entró en pánico y comenzó a correr. Tomó violentamente el brazo de la niña, intentando arrastrarla consigo, pero debido a los tres días de maltrato que había sufrido, la niña estaba tan debilitada que no tenía fuerza para estar de pie. El agresor logró arrastrarla un poco, pero al ver que se acercaban, la dejó caer y continuó huyendo, desapareciendo rápidamente de la escena, pero finalmente fue capturado por la policía.
El padre de Lidia expresó su profundo agradecimiento a Dios, reconociendo que sin su ayuda no habrían logrado encontrar a su hija. También valoró enormemente las oraciones de la comunidad, que brindaron un apoyo invaluable en este momento difícil. Expresó su gratitud sincera hacia todos los que se unieron en esta búsqueda, reconociendo que no tiene palabras para agradecerles lo suficiente por lo que hicieron por él y su familia.
Una Ayuda que Cayó del cielo
El padre de Lidia tiene una hermana que reside en otra comunidad, la cual tiene una amiga que es una líder comunitaria. A través de esta amistad, la noticia sobre la situación llegó a oídos de toda la comunidad de la aldea. Como respuesta, la comunidad unió sus fuerzas en oración en favor de la familia.
Cuando la Líder se enteró de la situación, compartió con la hermana del padre de Lidia su conocimiento acerca del proyecto “Rescate” que funciona bajo la sombrilla de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) que brinda apoyo a niños y niñas en circunstancias similares a la de Lidia. La hermana se comunicó con el padre de Lidia para informarle sobre esta opción. Sin embargo, después del incidente, la familia quedó con miedo y no respondía a las llamadas telefónicas.
Después de realizar varias llamadas, finalmente obtuvieron respuesta. Uno de los representantes de Rescate les ofreció su apoyo, lo que gradualmente les permitió recuperar la confianza. Desde ese momento, este proyecto ha sido una pieza fundamental en todo el proceso y ha brindado apoyo constante a la familia.
El proyecto Rescate de la ASJ, ofrece apoyo psicológico a las víctimas de Abuso Sexual Infantil (ASI) con el objetivo de ayudarles a superar los traumas que han experimentado.
A pesar de su corta edad, Lidia reconoce y valora profundamente el trabajo realizado por el proyecto Rescate de la ASJ. Siente una gran gratitud hacia esta organización por el apoyo que ha recibido tanto ella como su familia.
Aspiraciones de Lidia
Lidia tiene el deseo de continuar sus estudios y, en el futuro, graduarse de Licenciada en Psicología en la universidad. La elección de esta carrera se debe a la inspiración que ha encontrado en su propia psicóloga, ya que le gustaría ayudar a otras personas que esten enfrentando situaciones similares.
En la actualidad, Lidia cambio de domicilio y rara vez regresa a su pueblo natal. A pesar de esta separación, siente una profunda nostalgia por sus padres y sus hermanos.
“En un futuro me veo Feliz, me gustaría ir a la universidad y estudiar algo para salir adelante, quiero ser licenciada en psicología, quiero apoyar a las personas” menciona Lidia en una plática con Revistazo.
La Denuncia y la investigación
- Denuncia: Para presentar una denuncia, existen dos opciones: de manera anónima o presencial. Hay varias oficinas habilitadas para recibir denuncias, entre las cuales destacan el Ministerio Público y la Oficina de la Fiscalía de Turno, enfrente del «CORE 7».
Es importante destacar que la Fiscalía de Turno está operando las 24 horas del día, los siete días de la semana, para atender cualquier emergencia. Por otro lado, el Ministerio Público está abierto de 8 de la mañana a 4 de la tarde, de lunes a viernes, para recibir denuncias durante ese horario específico.
- Investigación: Cuando se inicia una investigación por casos de abuso sexual infantil, el fiscal a cargo ordena una evaluación física, un requisito obligatorio en estos casos. Sin embargo, cuando el agresor es desconocido, se necesitan técnicas adicionales para identificar a la persona responsable.
- Declaración de la Víctima: Durante el proceso de investigación, se recopilan varios elementos clave, que incluyen la declaración de la víctima, una declaración administrativa, y en caso de ser posible, declaraciones de testigos. Estos testimonios son documentados y se integran al expediente junto con el informe médico forense preliminar.
El papel de las autoridades
El fiscal puede solicitar una detención preventiva contra el agresor sin necesidad de una orden del juez, ya que es una facultad que le otorga el Ministerio Público. Esta medida es diferente de la orden de captura, la cual si requiere ser emitida por un juez. En este caso, el fiscal presenta un requerimiento y solicita al juez la orden de captura, estableciendo así la distinción entre ambas acciones.
Los resultados de las evaluaciones mentales (psicológicas y psiquiátricas forenses) realizadas a la víctima se convierten en elementos probatorios cruciales durante un juicio oral y público. En este contexto, el perito que llevó a cabo estas evaluaciones comparecerá ante el tribunal para respaldar su dictamen y proporcionar su testimonio.