Por Carmen Mejía
Edición Lester Ramírez Irías
Pasan los años y las mujeres siguen siendo estereotipadas como incapaces de asumir responsabilidades en puestos de alta dirección pública o liderazgo partidario, quedando relegadas a tareas típicamente “femeninas” en la política, como activismo de barrio, organización de eventos y participación en mesas electorales.
Según el Reglamento de Paridad y Alternancia en el artículo 5, establece que en materia electoral debe haber una participación de cincuenta por ciento (50%) de mujeres y cincuenta por ciento (50%) de hombres, mientras que el artículo 7 dispone que se debe ubicar en las nóminas a los candidatos (as) propuestos (as) para una elección, alternándolos en atención a su sexo. A esta fórmula popularmente se le llama “la trenza”
Los resultados de las Elecciones Primarias 2021 evidencian que la trenza es ineficaz en asegurar igualdad política, con tan solo un 34 por ciento de las candidaturas a diputación recayeron en mujeres, mientras que el 66% de las plazas quedaron en hombres. Sumado a esto, aproximadamente el 20% de ellas quedaron posicionadas en los últimos lugares, teniendo una alta probabilidad de quedar fuera. La opinión de distintas mujeres ha manifestado que el Reglamento de Paridad y Alternancia parece más “una burla y humillación”.
También es importante remarcar que las mujeres que han logrado quedar en puestos políticos, sufren de hostigamiento y acoso en las redes sociales por su condición de candidata, lo que se les hace más difícil poder hacer campaña y competir en iguales condiciones, pues deben superar el estigma machista.
Nuevo Código Penal deja desprotegidas a las mujeres
En junio del año pasado, entró en vigencia el nuevo Código Penal, el cual retrocede avances que se habían logrado en años, por ejemplo; en el caso de violencia contra la mujer, la pena se reduce de 1 a 4 años de cárcel y el agresor tiene la opción de salir bajo fianza o realizar trabajo comunitario.
Según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), cada 36 horas asesinan a una mujer en Honduras, cifras que son realmente preocupantes y que dejan a la mujer con condición de vulnerabilidad si tomamos en cuenta la puerta abierta que deja el nuevo Código Penal.
El Centro de Derechos de Mujeres (CDM), hasta el 26 de abril del presente año, registró 82 muertes violentas a mujeres, pero lastimosamente, el nuevo Código Penal reduce de 20 a 25 años de cárcel para el agresor cuando anteriormente debía cumplir con una pena de hasta 40 años de cárcel.
Sin mujeres en puestos de toma de decisión, las mujeres seguirán siendo víctimas.
Si bien es cierto, Honduras ha creado normativa que en papel parece que mejora la participación de las mujeres en política, estas han quedado cortas en asegurar la representación de las mujeres en puestos de decisión.
La participación de mujeres en política va más allá de aparecer en una nómina de un movimiento o partido político, también se debe prestar más atención a la representación real. Estudios han demostrado que las mujeres en política suelen ser personas más comprometidas con las demandas de inclusión social, hacen la democracia más horizontal en términos de redes y colaboración, permiten la inclusión de múltiples visiones para la búsqueda de soluciones comunes y hace más inclusivas a las instituciones y a las políticas públicas (Bareiro y Soto 2015; ONU Mujeres 2012).
Muchos nos preguntamos ¿por qué seguimos viviendo en una sociedad machista? ¿Será que debemos aceptar la cultura en la que crecieron nuestras abuelas, madres o tías—en la que les enseñaron a que la mujer debía únicamente encargarse de las cosas de la casa, de los hijos e incluso de su esposo?
Pero, en realidad lo que nos deberíamos preguntar es ¿qué podemos hacer para cambiar esta mentalidad en cada uno de nosotras?
El empoderamiento de las mujeres en la política es clave para garantizar que cambien los patrones culturales de exclusión por género, edad, etnia e incluso, status social. Es por eso que Revistazo.com lanzará la docuserie “Un día en la vida de una mujer en política” donde visibilizaremos los retos a los que se enfrentan en su día a día, desde el manejo de su trabajo, el ser madres, esposas, hijas; combinado con su trabajo en campaña política. Todo esto para demostrar las cargas adicionales que incurren las mujeres en comparación a muchos candidatos hombres.