Perfil: Durante siete años se desempeñó como fiscal del Ministerio Público, es miembro activo del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y desde ahí acompaña las luchas sociales que libran diversas comunidades del país en busca de mejores condiciones de vida.
Puesto Actual: Su trabajo es independiente y su bufete se encuentra ubicado en San Pedro Sula.
La Alianza por la Paz y la Justicia lo nominó a inicios de 2013 para el cargo de director en la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP)
¿Qué piensa usted de la criminalidad y la forma en que el gobierno trata de combatirla?
R.
La violencia y la criminalidad es multifactorial, pero lamentablemente el abordaje que se le hace en el país es simplemente desde la perspectiva policial. Están haciendo cosas pero desde una perspectiva de interés y de conveniencia política.
Tenemos una gran cantidad de decretos legislativos que se han emitido alrededor del tema, una gran cantidad de instituciones que se han creado y a la hora que buscamos resultados, no los vemos.
No se está haciendo el abordaje integral del problema y el abordaje parcial que se le hace va contaminado con el ingrediente político; uno ve como ha sido utilizado el tema de la policía militar en la campaña política.
¿Será posible combatir la delincuencia incrementando el número de policías en las calles?
R.
El problema de la criminalidad tiene causas sociales y esas causas no se atacan porque el enfoque se hace estrictamente policial, y ya ni siquiera policial sino que militar. Se ha militarizado el tema y parece que la policía ahora está como subordinada a la directriz militar.
Yo no creo que por lo menos en el corto y mediano plazo vaya a mejorar la seguridad en el país, si el camino que se sigue es como vamos por ahora.
El Congreso creó la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública y paralelamente fundó las Policías Militares y Tigres—¿a qué atribuye usted esa dualidad de acciones?
R.
Esta Comisión está integrada por gente especializada en el tema y se suponía que iba a rectorar todo el proceso de reforma, pero en el Congreso ha sido absolutamente irrespetada porque de todas las iniciativas que han presentado ninguna ha sido tomada en cuenta. El Congreso Nacional ha hecho lo que le ha dado la gana. Ni Tigres, ni la Policía Militar son recomendaciones de la Comisión de Reforma. Esta Policía Militar va en contra de toda la corriente mundial acerca del tema de policía, va en contra incluso de las recomendaciones que hizo la Comisión de la Verdad que investigó los sucesos del 28 de junio del 2009.
Esa Policía Militar es abiertamente inconstitucional porque la Constitución autoriza a las Fuerzas Armadas para que den apoyo a la Secretaria de Seguridad cuando lo pida. Entonces este Congreso va en contra de sus propias decisiones, porque crearon esta Comisión de Reforma pero la han ignorado. Tenemos una ensalada de decretos que no guardan coherencia entre sí. Yo insisto en que el enfoque del problema no ha sido responsable sino que se ve desde una perspectiva política.
En el Ministerio Público lo que hubo es un asalto porque se hicieron bases para que los candidatos se auto propusieran, el que hoy es el Fiscal General, fue descalificado. Sin embargo ese era el candidato que tenía el Partido Nacional y lo iban a hacer fiscal a como diera lugar. Torcieron las reglas para hacerlo reingresar y fue elegido a pesar de no hacer pasado las pruebas ante la junta proponente.
¿A qué atribuye usted el irrespeto de la clase política contra una sociedad que a gritos clama justicia y seguridad?
R.
Los ciudadanos estamos indefensos bajo el capricho de quien tiene el poder, ellos están buscando el control de todas las instituciones y eso no es más que un interés político por controlar la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público, hasta el CNA. No hay límites legales ni éticos. Quien tiene el poder usa una frase y dice que “va a hacer lo que tenga que hacer,” eso es hasta maquiavélico, porque ese fin está justificando los medios, no importa si es en contra de la ley, de la Constitución o de la propia ciudadanía.
¿Considera usted que en realidad hay voluntad en las autoridades para llevar a cabo una depuración de las instituciones de seguridad y de justicia?
R.
Ese proceso de depuración de la policía ha sido puro cuento a pesar de que los políticos y especialmente los del partido de gobierno insisten en que nunca antes se habían tomado las decisiones que han tomado ahora, se toma el tema de la depuración policial, pero no se ha depurado la policía. Esa Dirección de Investigación y Evaluación de Carrera Policial (DIECP) ha sido un fracaso, el mismo Congreso Nacional reprobó la gestión administrativa de los titulares de esa institución y sin embargo los titulares de esa institución siguen allí a pesar de que renunciaron y a pesar de que el Presidente de la República les aceptó sus renuncias y pidió al Consejo Nacional del Interior el listado de los candidatos para sustituirlos. Es por eso que uno no entiende cómo es que funcionan las cosas en este país.
Todo ha sido una farsa porque uno no ve a altos oficiales sometidos a juicio o expulsado si quiera, fíjese que la depuración ha funcionado más por la reacción de los elementos malos que decidieron irse por su propia cuenta cuando se hizo la alharaca de la tal depuración que por la acción directa de la DIECP. La DIECP ha sido deficiente y no ha habido voluntad política de este tema. Al Presidente de la República ni al Congreso les ha interesado enteramente el tema de la depuración.