El presidente Porfirio Lobo instó el 7 de septiembre al poder judicial a agilizar los juicios con el propósito de liberar a los reos que no están involucrados en delitos y descongentionar las 24 prisiones estatales de Honduras.
Según estadísticas oficiales, el 56% de la población carcelaria no ha sido sentenciada en los últimos 10 años, lo que provoca hacinamiento en los centros penales.
Lobo expresó sus intenciones durante un acto oficial en el que colocó la piedra angular de la prisión que remplazará al de San Pedro Sula.
Esas instalaciones se construirán en la comunidad de La Acequia de Naco, en el departamento de Santa Bárbara.
Lobo dijo que la mayoría de los internos son personas de escasos recursos que no pueden pagar un abogado.
“No se trata de que los pobres son malos y que los otros son buenos. Sencillamente es que no tienen quien los defienda” reiteró.
Lobo pidió a la Corte Suprema de Justicia poner a disposición de los detenidos pobres a los abogados que trabajan como defensores públicos para que sean defendidos por profesionales de alto nivel.
En la ceremonia participaron el obispo auxiliar de San Pedro Sula, monseñor Rómulo Emiliani; la viceministra de Seguridad, Coralia Rivera, y la magistrada de la Corte de Apelaciones de lo Penal de San Pedro Sula, Norma Iris Coto.
La obra contará con 12 módulos y tendrá capacidad para albergar a 2.500 reos a un costo de 450 millones de lempiras.
En la cárcel sampedrana han sido frecuentes los amotinamientos, fugas e incendios que han causado la muerte de al menos 100 reos. Esas situaciones son debidas a más de 2.000 presos que alberga, cuando sólo debería tener unos 500.