Desde hace algunos años se vienen incrementando las cantidades de mercurio que entran en contacto con el medio ambiente. En nuestro país la mayor parte de la contaminación mercurial venia siendo ocasionada por los mineros auríferos que lo utilizan como medio para lograr la aglomeración del polvo de oro disperso en los suelos de las zonas productoras del preciado metal.
Otras fuentes de contaminación mercurial lo son, en menor escala, los tratamientos dentales con amalgamas, los termómetros de mercurio y las carnes de las especies grandes de peces que son depredadores migratorios como el tiburón y el atún.
El mercurio (Hg) es un metal pesado que forma parte del magma terrestre. Se evapora a temperatura ambiente y es capaz de asociarse al vapor de agua para caer nuevamente a la tierra en forma de micro-gotas y accionar sobre los elementos de la fauna y de la flora, incluyendo al hombre y a las aguas. Cuando cae en ríos lagos o mares llega hasta el fondo de los mismos y allí es ingerido por peces y otros organismos como caracoles y moluscos los cuales lo acumulan en su cuerpo y lo traspasan a los depredadores mayores, cuando se cumple la cadena de alimentación.
En la flora no han sido suficientemente estudiados los efectos de la acción del mercurio, pero en la fauna ya es conocida su relación con la alteración de los mecanismos de reproducción. En el hombre los efectos tóxicos dependen directamente del modo en que llega al organismo. Cuando el mercurio nos llega por la respiración da lugar a severos daños en las vías respiratorias superiores y en el cerebro y el sistema nervioso central. Cuando se ingiere con alimentos o líquidos da lugar a malestares gastrointestinales generalizados y a inflamaciones glandulares. Por contacto con la piel genera adenopatías, alergias, eczemas y otras lesiones.
En general, los principales efectos de la contaminación mercurial en los seres vivos incluye daños en las neuronas, inhibición de la síntesis de proteínas, daños severos en los riñones, hígado, tiroides, sistema digestivo y corazón, ruptura de las cadenas de ADN causando malformaciones congénitas y ocasionando la inhibición progresiva del sistema inmunologico. Más de cuarenta enfermedades de diferentes etiologías se relacionan con los efectos de la ingesta mercurial en humanos.
Todo estos planteamientos sirven de preámbulo a la noticia de que los bombillos fluorescentes ahorradores de energía, los de luz fría, que vienen siendo utilizados por el gobierno nacional para sustituir los bombillos de luz incandescente, contienen 5 mg de mercurio, según comunicado emanado de la Escuela de Biología de la UCV, o 3 mg según la versión de los organismos oficiales.
En todo caso, se aspira distribuir alrededor de 50 millones de esos bombillos cada cuatro años y promediando las dos versiones, eso significaría exponer al ambiente a una contaminación potencial ocasionada por 200 kilogramos de mercurio metálico el cual se agregaría, como algo extra, a las otras fuentes de contaminación mercurial que hemos mencionado.
A la vista de todas estas consideraciones se hace necesario que los organismos de carácter nacional relacionados con la problemática desarrollen una intensa campaña de información en relación a esta situación, a fin de que los usuarios de estos bombillos dispongan de suficiente data en relación a los riesgos que representa su uso, a la forma como deben manipularse los bombillos quemados y al procedimiento a seguir para lograr recolectarlos adecuadamente en un ciento por ciento.
Nos preocupa además que se hayan generado informaciones en relación a la construcción y puesta en marcha, a mediano plazo, de una fábrica de esos bombillos en sociedad con la República China, cuando la tendencia mundial es a restringir la producción de bienes y servicios cuyos procesos sean generadores potenciales de contaminación mercurial. Incluso, ya en algunos países, entre ellos los de la Unión Europea, han obligado a que al atún enlatado se le agregue en la etiqueta un aviso con la siguiente advertencia «contiene metil mercurio, no se recomienda para mujeres embarazadas o lactantes, las mujeres que pueden quedar embarazadas, y niños»
Desde acá alertamos a la ciudadanía para que extremen las precauciones con estos bombillos y hacemos un llamado a las autoridades correspondientes para que se adopten las providencias administrativas necesarias para minimizar el impacto que eventualmente podría esta contingencia generar en el ambiente y en la salud humana. Nos ponemos a la orden para prestar nuestra colaboración, en cuanto sea necesario, en relación a este propósito. (www.sarcoliracarlos.blogspot.com)