La cantidad de problemas que enfrenta Honduras y la indiferencia, frivolidad, o ventaja particular con que parecen ser tratados, los hacen relucir como entelequias de aquellos buscadores de protagonismo, bochincheros o simples ilusos sin oficios.
Algo incomprensible, que no se espera de dirigentes públicos o privados, obligados a presentar soluciones y a ejecutarlas, dado el nivel de liderazgo buscado o concedido que ostentan. Es como si fuera propio de mentes tan dispersas como dispuestas a incidir en la excavación, hasta el fondo, de un caos tan usual que acostumbra. No lo pueden ver? Cómo? Si lo tenemos enfrente, atrás, por todos lados! Por más que uno se esfuerce en no ser mal pensado, en conceder el beneficio de la duda, en ser optimista empedernido, no hay forma de concebirlo. Como es que existen cabecillas enfocados en congraciarse con el poder, pasado, presente o potencial en el futuro, simple poder. Sin ver más allá del logro inmediato, lucrativo? Es inconcebible que ciudadanos formados, pensantes, creíbles, se abstengan de señalar para motivar la reflexión, posible rectificación, lo que no está bien ni para ellos a título personal ni grupal, ni para nuestro país en general. Por pereza, comodidad o conveniencia? Como puede entenderse que gentes talentosas sean sencillos seguidores de quienes no lo son o que siéndolo, persiguen el poder sin escrúpulos? Si no comparten sus principios de honradez, ni patriotismo que dicen les caracteriza. Los valores invertidos que no su perdida, es problema grande en Honduras. Para el caso: Como es que hay solicitudes de expatriación de narcotraficantes, diezmadores de nuestra juventud y el Congreso Nacional no puede aprobar una pinche ley para que la Corte Suprema logre librarnos de ellos? Pero si hay tiempo de sobra para intentar vender la monstruosidad inconstitucional y apátrida de las Redes Especiales de Desarrollo? Como no vamos a ser malpensados?