Crisis en medicamentos Serie 8/8
A través de los últimos meses, Revistazo ha dejado al descubierto como la corrupción y la ineficiencia amenazan cada eslabón de la cadena de suministro de medicamentos a los centros de atención del sistema de salud pública: desde la definición del listado de medicamentos esenciales a ser usado en este sistema, la negociación de los precios pagados por los medicamentos y el aseguramiento de su calidad, hasta el desaprovechamiento de iniciativas regionales.
Los retos siguen siendo enormes. Sin embargo, con apenas medio año de haberse instalado, el actual Gobierno de Juan Orlando Hernández, y en particular la Secretaría de Salud bajo el liderazgo de la Doctora Yolani Batres, han tomado algunas acciones que invitan a alimentar la esperanza de trascender la actual crisis que vivimos como país; una sed de mejora para una Honduras desfigurada por el flagelo que abate cuando no se ha sabido cuidar lo que es de todos.
Si una vez más el pueblo resulta decepcionado por la persistencia de la pudrición en el manejo gubernamental es grande el riesgo de que se deteriore del todo lo que le queda de credibilidad a la clase política. Igual o más corruptela podrían ser el acelerante de la ingobernabilidad y la franca rebeldía.
Nueva iniciativas
A través del Decreto Ejecutivo PCM-061-2013 aprobado en Consejo de Ministros el Gobierno creó la Unidad Logística de Medicamentos, Insumos y Equipamiento, como instancia dependiente de la Secretaria de Salud Pública responsable de la gestión integral en la Cadena de Suministro.
Bajo su responsabilidad está la selección, estimación de necesidades, adquisición, almacenamiento y distribución de las medicinas, del equipo y del material quirúrgico que se requieren en el sistema sanitario nacional.
Ver más grande |
El control y uso racional de los medicamentos, insumos y equipo, también son facultades conferidas a esta unidad que centra su labor en la gestión oportuna para el abastecimiento de los bienes y servicios que requieren las unidades de salud de todo el país.
Para llevar a cabo operaciones transparentes en la adquisición de medicinas, insumos y equipamiento, la Secretaría de Salud Pública ha incorporado la supervisión de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la auditoría social que en los procesos desarrollan la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Transparencia Internacional y Transformemos Honduras.
Con propósitos de garantizar que las empresas oferentes están legalmente constituidas las autoridades han determinado que sea la UNOPS quien se encargue de validarlas.
Otra iniciativa que vale la pena mencionar es la plataforma «Medicamentos Abiertos» una herramienta interactiva que el pasado 28 de mayo fue lanzada por la revista digital Revistazo.com y Transformemos Honduras. En ella se presentan datos relevantes de la compra de medicinas realizadas por la Secretaría de Salud Pública desde 2005 a 2013.
La plataforma disponible en el sitio de Revistazo.com, ofrece a los ciudadanos datos relacionados a precios unitarios, distribuidores, contratos conferidos y cantidades de medicamentos comprados por año, entre otros.
Es una herramienta importante para ustedes que hacen periodismo de investigación”, dijo la Ministra de Salud, Mireya Batres, en rueda de prensa, realizada para el lanzamiento de la plataforma.
Sostuvo que los ciudadanos y principalmente los periodistas, deben aprender a utilizar la plataforma a fin de hacer las comparaciones que permitan a las autoridades tomar las mejores decisiones.
El periodismo nos va a ayudar como hondureños y como gobierno”, expresó Batres.
Detalló que en este momento los hospitales y centros de salud no cuentan con todos los medicamentos que se requieren, pero que las compras las están llevando a cabo a través de procesos transparentes.
Hay que fortalecer toda la cadena
Por muy esperanzador que sea las nuevas iniciativas para blindar el proceso de contratación de proveedores de medicamentos, quedan muchas otras coyunturas que podrían ser explotados por personas de mala fe, si no son fortalecidos. Las propuestas de Transformemos Honduras son una buena orientación a los retos que se deben asumir en los próximos años.
Un problema grave, que el próximo gobierno debe tener en consideración, es la falta de normas o reglamentos para la adquisición, almacenamiento y distribución de medicamentos. Tampoco se cumple con la normativa existente por falta de vigilancia y sanción.
La poca existente debe ser revisada, actualizada o reformulada ya que muchas de las actividades se realizan de manera consuetudinaria, a falta de procesos normados. Esta situación promueve la improvisación, discrecionalidad y genera oportunidades para la corrupción. Las actividades diarias de la Secretaría deben estar regidas por normativas claras, elaboradas por profesionales en el campo y asimiladas por el personal hospitalario en el día a día de su trabajo.
El ya limitado presupuesto de la Secretaría causa de la crisis financiera del Estado, por otro lado, no puede seguir siendo mermada aún más por una falta de planificación intencionada o no intencionada que cede el funcionamiento de la cadena de suministros a los intereses cocidos desde la politización y uso corrupto del puesto de gobierno.
Al personal de la Secretaría, por su parte, se le debe permitir la dignidad de trabajar en un sistema modesto económicamente pero no plagado por los factores políticos y la inestabilidad que produce la alta rotación y la poca formación que se les ofrece. Quizá estas razones explican la desmotivación actual de estos servidores públicos con la vocación de atender a los enfermos.
En pleno siglo XXI, además, no es posible seguir operando sin sistemas de registro de las enfermedades más prevalecientes en nuestro territorio; o un simple control aritmético del consumo de medicamentos en los puntos de atención a los pacientes. Estas limitaciones, considera Transformemos Honduras, no son sólo producto de la poca inversión, sino de variables como la resistencia al cambio y el deseo de conservar el status quo, y el hábito cultural de la «tramitología».
Es reconocido que el sector farmacéutico es uno de los más complicados de abordar por las divergencias de intereses que existen en su interior. El sector privado, por lo general pugna por buscar una mayor rentabilidad económica en el mercado; el sector público tiene por mandato defender la salud pública pero se enfrenta a serios problemas de gestión (organización, recursos humanos, financiamiento, sistemas de información, etc.) que no le permiten operar con eficacia y eficiencia y la sociedad civil, que demanda respeto a los derechos humanos a través del acceso universal a atención de salud, incluyendo medicamentos, pero que no se encuentra lo suficientemente fortalecida y articulada para contribuir de manera más efectiva.
Si se añade a los aspectos antes señalados el contexto político y financiero como elementos de riesgo, se estaría enfrentando a una situación un tanto complicada en términos de sostenibilidad de los cambios que se pueden suscitar. Sin embargo, la experiencia obtenida por Transformemos Honduras a través de sus investigaciones e incidencia y el apoyo logrado por parte de actores gubernamentales, cooperantes y la ciudadanía han demostrado que es posible contribuir desde un espacio de actores múltiples a mejorar la transparencia y rendición de cuentas para incrementar el acceso a medicamentos de calidad.
Para esta nueva etapa de Transformemos Honduras orientada a desarrollar cambios y mejoras institucionales, además del trabajo de incidencia que se debe realizar con actores públicos, lograr mayor participación de la sociedad civil y apoyo de la cooperación internacional, es importante también trabajar con actores privados (ej. Asociación de Drogueros de Honduras, Colegio Médico de Honduras, proveedores, empresas farmacéuticas) como parte del triángulo virtuoso de la buena gobernanza; para promover pactos de integridad, generar consensos, intercambiar información y sobre todo, motivar cambios integrales en la salud pública, que es de todos y para todos, y cuidar un sistema de salud capaz de atender a los más necesitados tiene la cualidad moral de conservar fuerte el tejido social de un país cansado ya por divisiones injustas.