A pesar de que la mandataria en su plan de gobierno prometió cumplir con las necesidades en el tema de salud para todos los hondureños, esta promesa no se ha cumplido. Cada día por no tener sus medicamentos cientos de pacientes con enfermedades crónicas empeoran o mueren.
La Secretaria de Salud (SESAL), en sus pronunciamientos han mencionado que se han abastecido las farmacias de los hospitales, que todos los ciudadanos pueden ir por sus medicamentos, la sorpresa es que al llegar al hospital le dicen a la gente que “no hay”, que no saben cuando va a ver, lo único que les queda es comprarlas afuera, es decir en farmacias privadas. Pero qué pasa cuando la farmacia privada tampoco es opción para un paciente que no cuenta con los recursos económicos necesarios y que es el caso de la gran mayoría de los que asisten a los centros de salud públicos.
Entre churros y refrescos también hay medicinas
Revistazo.com visitó las afueras de un centro hospitalario público, ubicado en Comayagüela, en ese lugar, cientos de pacientes renales acuden para su respectivo tratamiento y obtener los medicamentos que necesitan para mantener bien su salud, al momento de solicitar sus medicamentos se encuentran con que no hay medicamentos y lo que les toca es comprarlos.
Nos llamó la atención cuando dijo “los que venden afuera” ¿Cómo así?, le preguntamos al paciente y solo volteo su cara hacia un lado, estiró su boca como señalando hacia donde teníamos que voltear a ver, al girar logramos ver una especie de carreta con una maleta abierta, a esa distancia se lograba ver una venta de agua, refrescos y churros, la paciente nos dijo, acérquense más y verán.
La sorpresa fue que era cierto, al pasar cerca se podían ver algunas medicinas que podemos comprar en cualquier lugar y ni siquiera se necesita receta, pero también se miraba algunas menos conocidas y casi seguro que no se encuentran en pulperías (tiendas), estamos hablando de medicinas específicas para ciertas enfermedades.
Los pacientes que salían del centro de salud, iban hacia la venta de la carreta y preguntaban al vendedor el precio de algunas medicinas, el señor que atiende es una persona común, no cuentan con una formación médica profesional, entonces nos preguntamos ¿Cómo los obtienen?, ¿Qué calidad tienen?, ¿Cuando vencen?
Me acerqué un poco más con el vendedor para hacerle algunas preguntas sobre su venta. El mencionó que las medicinas que él vende son buenas e igual a las que venden en las privadas, pero más baratas, lleva 10 años en esto y que se las envían de la ciudad de San Pedro Sula, igualmente mencionó que mucha gente le compra y además a los pacientes que son clientes frecuentes o de confianza les proporciona crédito.
“La pura necesidad”
Los pacientes renales son personas que necesitan su medicamento cada día, sin el acceso a estos, la enfermedad se vuelve mortal.
Mientras hablaba con el vendedor, pude observar algunos medicamentos de uso común: Omeprazol, Iboprodol, Azitromicina, Neurobion, pero también pude observar otros desconocidos ‘al menos para mí’ pero que luego confirmamos que eran para enfermos renales, entre ellos: Carnovit, Parches, Microdacyn, Eritropoyetina, Cardispan y Hierro sacarosa.
Para conocer si realmente había una diferencia en el precio entre la venta ambulante y las farmacias privadas, cotizamos los precios, respetando las características del medicamento que logramos observar en la maleta del vendedor.
Por ejemplo: El Ferruvenol, tiene un valor en farmacias privadas de L 1,027.81, mientras que el precio del vendedor de la maleta la ofrece en L 200.00 quiere decir que representa un ahorro de L 827.81, sin pensarlo dos veces y sin detenerse a ver si el medicamento es bueno o está vencido, un paciente con dificultades económicas adquirirá sus medicinas con el señor de la venta ambulante.
Otro punto que siempre recalcaban los pacientes era que la medicina del vendedor ambulante es buena y que se han fijado en la fecha de caducidad y todo parece estar bien.
Algunas razones del porqué no hay medicamentos
El presupuesto para la compra de medicamentos en el 2023, es de L2,634 millones, sin embargo, al 31 de octubre la SESAL apenas ha logrado ejecutar el 28% del presupuesto asignado que corresponde a L737.5 millones, quedando por ejecutar L1,896.5 millones en los próximos dos meses que restan para finalizar el año, hacer esto sería muy apresurado ya que quizás no existe una plan efectivo y que sea de beneficio para la población.
De acuerdo con información pública en Honducompras, se encuentran registrados 582 contratos del 1 de enero al 6 de noviembre al 2023, para compra de medicamentos y materiales médico quirúrgico, cabe decir que el 96% de estos contratos son de compras directas y licitación privada, y el 4% restante son contrataciones entre licitación pública nacional e internacional y concurso público nacional, a pesar de que la gran mayoría son compras de emergencias, creeríamos que los medicamentos debieron estar disponibles de inmediato para la población, pero lo cierto es que los centros de salud siguen desabastecidos,.
Otro punto importante que suma al desabastecimiento es el tiempo de entrega, el 68% de los contratos registrados en el 2023, los proveedores estipulan periodos que van desde los 15 a 180 días después de la notificación de adjudicación, esta práctica es habitual y es castigada muchas veces con multas por faltar al compromiso, un castigo que al parecer no asusta a las empresas proveedoras.
En sus apariciones públicas, el secretario de Salud, José Manuel Matheu, suele minimizar las denuncias que aquejan al sistema público y se excusa asegurando que la gestión anterior hizo cosas peores y ahí nadie levantó la voz.
La mala planificación es otro factor a tomar en cuenta, las autoridades de la SESAL, deben de manejar datos reales de las necesidades que les permita realizar compras transparentes y eficientes, utilizando mecanismos que aseguren el abastecimiento continuo y suficiente en la red de salud pública, evitando la interrupción del tratamiento y deterioro de la salud de los pacientes.
Revistazo.com ha lanzado la campaña para que el “No Hay” pare, no es justo que las personas más vulnerables que necesitan medicamentos gasten los pocos recursos económicos con los que cuentan. Ayúdanos a exigir a las autoridades de Salud y la presidenta Xiomara Castro, hacer algo para solucionar esta problemática.
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