Cargos desempeñados: Jefe de Redacción de Miami Herald, para la región Andina; periodista freelance de Washington Post, la BBC y The Economist, entre otros.
Cargo Actual: Co-Director InSight Crime (Centro de investigación de crimen organizado en las Américas)
Relación estrecha entre pandilleros y narcotraficantes, una ficción creada por los medios y autoridades.
¿Cómo ha evolucionado el crimen en América Latina y Centroamérica en particular?
R.
Ha sido casi una devolución porque, de estructuras grandes ahora lo que tenemos son estructuras pequeñas y fragmentadas, estructuras que surgen de regiones aisladas, de centros urbanos o grupos de pandilleros que tienen estructuras muy horizontales, que pueden llevar el mismo nombre, pero moviéndose independientemente, y ese caos es lo que genera situaciones de violencia de muchas maneras, que si hubiera un rey o varios reyes, no habría necesidad de tanto conflicto. Entonces parte de la violencia que nosotros vemos en América latina y el caribe, viene de ese caos que estamos viendo en el mismo crimen organizado.
Los medios dan a creer que los pandilleros forman parte del narcotráfico; ¿Se ha logrado determinar esa relación?
R.
Basados en evidencia empírica y entrevistas directas con los actores, lo que hemos visto es que no hay una conexión orgánica entre ese tipo de organizaciones. En primer lugar las pandillas tienen un fin distinto al que tienen los grupos de crimen organizado ya de alto nivel, el fin de una pandilla callejera puede ser tan sencillo como pelear con la otra pandilla por ejemplo, o extorsionar allí en la esquina, o escuchar música, mientras que el crimen organizado sí tiene un fin netamente económico, quieren dar un servicio y quieren pasar un producto. El fin es distinto, las estructuras son distintas, la manera de reclutar y el modus operandi también es diferente.
Entones la relación es muy escasa, y es que en un determinado momento los pandilleros pueden hacer algún servicio, como abrir espacios en un corredor, pueden proteger en ciertas circunstancias muy particulares la mercancía de algunos grupos. Pero la relación en sí no existe.
Es más, por la cuestión de la misma visibilidad, no les conviene a los grupos de crimen organizado grandes de narcotráfico tener relaciones directas con un grupo pandillero, porque los grupos pandilleros son muy visibles y los otros quieren estar invisibles. Entonces esa relación que se ha construido en muchos casos desde la misma ficción, desde los medios en sí, desde el punto de vista de las autoridades que quieren mostrar que alguien es un monstruo mientras la realidad demuestra que no lo es, hace creer de que hay una relación mucho más estrecha de lo que hay en la realidad.
Ha habido casos aislados de sicarios, eso se dice, pero yo tendría mucha dificultad en documentarlo. Se habla mucho de eso y pueda que exista esa relación, pero documentarlo no. Entonces si vamos a afirmar ciertas cosas tenemos que buscar evidencias y para nosotros en los medios la evidencia son los casos.
Creo que sí pueden haber casos, pero la pandilla puede estar madurando y tienen una acumulación de capital mucho mayor que lo que tenían hace unos años, ya tienen compañías de transporte, ya son dueños o medio dueños de compañías de buses o taxis, ya tienen car wash, auto lotes, otro tipo de negocios que requieren un flujo de efectivo, entonces tienen que buscar donde colocar ese capital, pero llegar a ser aliado de un grupo de narcotráfico o de ser un grupo grande de narcotráfico, no. A nivel local sí están intentando posicionarse como mayoristas en ciertos mercados de menudeo, pero de llegar a mover cargamentos o cantidades pequeñas de aquí a Estados Unidos no lo hemos visto.
¿Cómo un grupo pandillero siendo tan visible logra legalizar un negocio?
R.
Ellos tienen el capital y buscan socios, no necesariamente tienen que ser testaferros o prestanombres, pueden ser hasta socios, y esos socios pueden ser los mismos con los cuales han estado trabajando en los compartidos de buses, pueden ser hasta políticos u operadores económicos de las mismas zonas donde ellos operan, porque si tienes capital tienes poder y puedes hacer alianzas.
¿Se dará el financiamiento de campañas políticas por parte de los grupos pandilleros?
R.
Cualquiera que tenga capital puede estar financiando campañas de cualquier candidato. Eso sí téngalo por seguro, lo que pasa aquí es que no hay un ente que este mirando de cerca de donde vienen los fondos de las campañas. Por supuesto, cualquier grupo delictivo que tenga poder en cualquiera de estas áreas donde se están financiando campañas políticas pueda estar detrás de esos políticos.
Entonces, es un problema que donde hay esas economías locales vamos a ver ese fenómeno del político criminal a nivel local, y eso viene tal vez porque los mismos estados han descentralizado sus sistemas. Los alcaldes tienen más poder, que en el pasado no tenían, pueden establecer políticas públicas, como todas las cuestiones de manejar obras públicas, manejar por donde van las fuerzas de seguridad. Ese tipo de decisiones no estaba en manos de los políticos locales y que hoy en día tienen mayor poder. Ese proceso de descentralizar el estado da más posibilidad de crear esas figuras locales de alcaldes corruptos y criminales.
¿En qué beneficia al país la extradición de hondureños a Estados Unidos?
R.
Lo ideal es que el sistema interno funcione y procese a sus criminales, ya sean corruptos, narcotraficantes o pandilleros. El problema es que los criminales de alto nivel tienen una gran capacidad de subvertir el sistema, el sistema es débil, no aguanta y necesita una entidad foránea, no para reemplazar, sino para empujar el sistema local para que haya fortaleza o durante una temporada, sacar las piezas que son más difíciles de manejar, mientras van constituyendo instituciones con más solidez. Yo tiendo a pensarlo así, del lado positivo, pero obviamente la señal que manda es que no está funcionando algo y eso tiende a subvertir el mismo sistema que está intentando fortalecer.
Esas son las contradicciones de la extradición. Mientras uno estás tratando de fortalecer el sistema de justicia estás mandando el mensaje de que el sistema no está funcionando. Eso es muy difícil de manejar pero en casos como en Colombia hemos visto que los mismos sistemas internos sí se pueden fortalecer con tiempo, apoyo y más con ganas a nivel interno. Los cambios tienen que venir de los propios hondureños, sino, no va a cambiar nada con extradición o sin extradición.