Por lo que se ve y escucha, da la impresión que la oferta política electoral es más de lo mismo, y muy poco cambiará en Honduras, después del próximo proceso electoral.
Los partidos políticos más importantes del país, van al ruedo proselitista y se preparan a elegir a sus candidatos a cargos de elección popular y autoridades nacionales, departamentales y municipales, en el formato de elecciones primarias e internas que les impone la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas.
Casi mil millones de lempiras se invertirán, del tesoro público, en organizar los comicios del Partido Liberal de Honduras, Partido Nacional de Honduras y el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), a mediados del mes de noviembre próximo.
Los partidos tradicionales, el Liberal y el Nacional, irán a la caza de nuevos votantes y a la retención de viejos simpatizantes, que hoy –profundamente decepcionados de los resultados del bipartidismo catracho- se ven seducidos por nuevas instituciones como el Partido LIBRE que lidera el ex presidente Manuel Zelaya Rosales y su esposa, el Partido Contra la Corrupción que dirige el presentador de televisión Salvador Nasralla, el Partido Alianza Patriótica Hondureña que ha estructurado el General Romeo Vásquez Velasquez, y el Partido Frente Amplio Político Electoral que coordina el defensor de Derechos Humanos Andres Pavón.
Para el bipartidismo hondureño es un monumental reto hacerle frente a estas nuevas opciones que tendrá el electorado hondureño, que el pasado reciente apenas tenía como alternativas los partidos “comparsa”, que validaban procesos electorales y se convertían en “bisagras”, en la conformación de mayorías parlamentarias en el Congreso Nacional: el Partido Innovación y Unidad, el Demócrata Cristiano de Honduras y el Unificación Democrática (UD).
La mayoría de estos actores políticos saldrán a la palestra pública con pujanza en el 2013, mientras tanto, como lo anote anteriormente, los más fuertes el Liberal, el Nacional y LIBRE van a procesos eleccionarios en los próximos días, y desde ya nos muestra la falta de ingenio y sentido común que estas lides requieren.
Hasta la fecha no se ve nada innovador, nada que despierte el ánimo de la gente; el mismo discurso y los mismos vicios del pasado, hacen que los ciudadanos se decepcionen de la oferta electoral.
El que está el poder dice, cínicamente, que hará en el futuro, lo que no estuvo en capacidad de hacer teniendo en sus manos la conducción del Estado, y los que proponen cambio y transformación, aun no eliminan el caudillismo, nepotismo y la arbitrariedad, propios de las más arcaicas y retardatarias entidades políticas de la nación.
Si a todo esto se agrega que la normativa jurídica que regula la actividad política en Honduras no fue reformada a fin mejorar el marco legal que aplica al proselitismo partidario y a los procesos electorales, y que la institucionalidad del Tribunal Supremo Electoral sigue tan politizado como cuando –en medio del golpe de Estado- se eligió a Porfirio Lobo Sosa como Presidente de la República, lo que podemos esperar son los mismos resultados.
La violación de los tiempos de campaña proselitista permitidos por la Ley, y la infiltración del narcotráfico y la corrupción estatal en el financiamiento de algunos candidatos a cargos de elección popular incluidos en las planillas, nos indican que aquí nada ha cambiado con respecto al pasado reciente; los planteamientos periféricos a los problemas torales que afectan a la ciudadanía y los pobres expedientes de los que aspiran a representar en las instancias legislativas a nivel municipal y nacional, o a administrar el la hacienda pública, nos permite asegurar que aquí la clase política no aprendió la lección del 2009, y sigue creyendo que la población es –en demasía- ingenua y leal a la tradición.
Pero se equivocan aquellos que piensan que la gente sigue pensando igual que antes y actuando como en el pasado; ya son muy pocos los que andan detrás de una bandera roja, azul, negro, verde o amarillo, o quienes a ciegas creen en “santos que orinan”.
Según la Encuesta del Centro de Estudios para la Democracia (febrero del 2012), el “voto duro” del bipartidismo se está debilitando y sería de esperar un voto más razonado en las elecciones del 2013, donde las propuestas y candidatos tendrían un peso diferente, comparado con otros procesos electorales; pero nadie se quita una cruz para ponerse otra encima, de inmediato, y sin razones de fuerza mayor, de tal forma que quien deseen obtener el apoyo ciudadano, deberán ser diferentes y satisfacer una demanda precisa que tienen los hondureños, que pasa, en gran medida por resolver los ingentes problemas socioeconómicos que afectan sus hogares.
De tal manera que soluciones prácticas a los problemas económicos y sociales que afectan a la sociedad es lo que la gente desearía escuchar de nuestros políticos, contrario a observar el dantesco espectáculo que dan al querer engañar al electorados con canciones que solo sirven para mover las caderas y ponerse a vomitar; no es con los chocoyos, ni con un sombrero campesino que se resuelven los problemas que atraviesa del Gobierno y los habitantes de un territorio, es con precisas medidas a ser implementadas por hombres y mujeres que a lo largo de su vida han demostrado honestidad y capacidad en el desempeño de sus funciones privadas y públicas.
¿Qué hacer para solventar el grave problema del desempleo y la precariedad del trabajo en la economía informal? ¿Cómo estabilizar los precios de los combustibles? ¿Cómo controlar la inflación y los constantes incrementos del costo de la canasta básica familiar? ¿Acaso no habrá otra forma de combatir la pobreza que las Transferencias Monetarias Condicionadas? ¿Cómo se lograr alinear las intervenciones de la institucionalidad publica a fin de lograr la implementación de un efectivo Sistema de Protección Social dirigido a os grupos vulnerables y excluidos del país? ¿Cuál es la fórmula para que los operadores de justicia se desempeñen con eficiencia y honestidad, y reduzcan los altos niveles de violencia y criminalidad que hay en Honduras?
¿Porque ningún político contesta estas preguntas con seriedad, inteligencia y responsabilidad?
Zambrano, Octubre de 2012