Una investigación exhaustiva y profesional de la policía de investigación descubre la verdad produciendo una captura y mostrando que con voluntad, en Honduras sí se puede contrarrestar la impunidad.
Parte II
De ser un joven alegre, trabajador, solidario y con mucho futuro, Marvin Josué Pineda, un capitalino de dieciocho años, pasó a engrosar las cifras de muertes violentas en Honduras. Estudiaba su segundo año de bachillerato y el día en que lo asesinaron se había levantado temprano para ayudar a sus padres.
El muchacho fue tiroteado frente a la Basílica de la Virgen de Suyapa en Tegucigalpa al mediodía del sábado 15 de junio de 2013, por dos jóvenes que al verlo caer le robaron la motocicleta en que se conducía. Medicina forense dictaminó que Marvin Josué murió a causa de una herida penetrante de tórax producida con arma de fuego.
Al inicio el crimen se rodeó de misterio. El padre de Marvin Josué, José Rolando Pineda, es coordinador del colectivo del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de la aldea Suyapa, y en tal sentido, muchos, incluso sus familiares, amigos y vecinos, pensaban que todo obedecía a un crimen político.
Pero la inteligencia y empeño de un equipo de expertos en temas criminales se encargó de esclarecer que los responsables del delito pertenecen a una banda dedicada al robo de motocicletas y no a una institución política o del gobierno.
Agentes de la Unidad Especial de Investigación de Delitos Contra la Vida de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) levantaron el cuerpo de Marvin Josué en la morgue del Hospital Escuela, centro asistencial a donde fue llevado con propósitos de salvarle la vida.
La DNIC asignó el caso a un investigador que para su protección conoceremos como “Oscar,” un policía de 42 años y con casi 20 de servir en la institución, fornido, de rostro duro y de 1.80 metros de estatura, quien recibió el apoyo de “Toño” y “Pedro”, dos experimentados investigadores privados que laboran para un organismo no gubernamental con más de una década trabajando en el combate de impunidad en Honduras.
VIDEO: Contiene imagenes dramatizadas y reales.
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El primer cimiento de éxito: testigos protegidos
Vea I parte del caso |
Para conocer elementos que ayudarían a esclarecer el delito, los investigadores realizaron en primera instancia una inspección de la escena del crimen y alrededores. En la acción descubrieron que las cámaras de video instaladas en la prolongación del Bulevar Suyapa y en las cercanías del lugar donde ocurrieron los hechos podían ayudar en la investigación.
En las primeras 48 horas los detectives ya contaban con el registro de una cámara de seguridad privada que grabó el momento en que Marvin Josué era perseguido y ejecutado. En este video se basaron para identificar testigos y buscar a los ejecutores, de manera simultánea también realizaron gestiones para que la Secretaria de Seguridad les facilitara las grabaciones de las videocámaras instaladas en el sector y alrededores.
Identificaron varios testigos, pero la situación se tornó difícil cuando los conocedores del caso manifestaban su temor a represalias. Todos opinaban que el crimen se había producido por cuestiones políticas y creían que los hechores vivían en la Aldea Suyapa, comunidad donde también residía la víctima.
Ante esa situación, el cuerpo de investigadores no tuvo más opción que ofrecerles medidas de protección contempladas para este tipo de casos en el Código Procesal Penal, como no revelar sus nombres y presentar sus declaraciones en calidad de prueba anticipada para que no tuvieran que recurrir a los tribunales de justicia.
Los agentes lograron cuatro testimonios que fueron claves para la identificación de los criminales.
Uno de los testigos que para efectos de protección el Ministerio Público lo ha denominado, Testigo Protegido D, dijo que el 15 de junio de 2013 entre 12:30 y 1:00 de la tarde caminaba frente de la Basílica de Suyapa y observó que dos sujetos a bordo de una motocicleta se estacionaron a la par de un joven que estaba también en su moto frente a un negocio del lugar, que el copiloto se bajó y después de sacar una arma de fuego le apuntó en el pecho mientras que el otro individuo le dijo “dispárale.”
Sostuvo que en ese instante la víctima trató de huir y tras arrancar su motocicleta su cuerpo fue atravesado por un proyectil que solo le permitió movilizarse menos de una cuadra, que la motocicleta del ahora occiso fue recogida y llevada por la misma persona que le quitó la vida.
El segundo cimiento de éxito: cámaras de seguridad
Eran las 2.30 de la tarde del nueve de julio de 2013 y alejado de cualquier atisbo de lluvia en el Distrito Central brillaba un soleado y caluroso martes. Los investigadores que durante 24 días habían realizado extenuantes jornadas de vigilancia y recorridos para la recopilación de pruebas, en ese momento salían del Proyecto Ciudad Inteligente, de la Secretaría de Seguridad. Allí consiguieron los videos de la persecución y muerte de Marvin Josué, registro que se convirtió en la evidencia principal que el Ministerio Público presentó en los tribunales de justicia.
Hasta ese momento los detectives habían trabajado sobre el registro de una cámara privada que también grabó la persecución y posterior ejecución del muchacho, prueba documental que consiguieron dos días después del crimen, cuando el caso les fue asignado.
Los videos de cámaras de seguridad públicas y privadas, revelan que Marvin Josué fue perseguido y ejecutado por dos jóvenes que se conducían en una motocicleta montañesa con guardafango delantero color negro, tanque anaranjado y cola blanca.
También registran la imagen de un vehiculó turismo, marca Honda, color blanco, con una H blanca pintada en el tono negro. El video demuestra que este carro con matrícula PAG 0072 acompañó de principio a fin la ejecución del crimen y en una de sus escenas evidencia que la persona que disparó contra Marvin Josué, era transportado en el mismo automotor.
“La moto es difícil hallarla, pero el carro lo tenemos que encontrar” dice Toño al resto de sus compañeros, contemplando en su mano izquierda el disco de DVD que contiene los registros del crimen, mientras que con la derecha saca de la bolsa de su pantalón la llave del Hilux color champagne que estacionó en el parqueo antes de ingresar al lugar.
Caminaron hacia el vehículo y sin dejar de hablar del asunto lo abordaron para luego marcharse y continuar su labor. “Vamos a la oficina y ustedes se van en el otro carro a la Villa Nueva, Suyapa y la Kennedy, mientras yo hago un recorrido por la San Miguel, El Sitio y todas esas gasolineras del bulevar Morazán”, propuso Toño.
Desde que iniciaron las investigaciones y conocieron el primer video, se enfocaron principalmente en la búsqueda del vehículo con la H blanca fundida en el tonó negro. Para ellos, era importante identificar a su propietario porque éste sería el hilo de la madeja para esclarecer el delito.
Cifras oficiales dan a conocer que en Tegucigalpa y Comayagüela diariamente circulan alrededor de 450,000 carros. No obstante, la operación tuvo éxito porque además del registro de las imágenes, los investigadores pusieron todo su empeño para dilucidar el caso. Los operativos se extendieron a instituciones de gobierno, centros nocturnos, discotecas, restaurantes y lugares deportivos, entre otros.
Un amigo delata a los hechores
A las 3:45 de la tarde del domingo 30 de junio Toño circulaba a inmediaciones del INFOP y de pronto miró a dos individuos que había conocido en un operativo policial, los muchachos son señalados de supuestamente dedicarse al robo de viviendas. Se detuvo y bajó los vidrios, uno de ellos lo observó esquivamente, pero al reconocerlo alegremente le gritó. “Puta primo, que buena máquina anda, esa ‘poli’ si produce”. El investigador lo llamó y después de hacerle varias preguntas lo invita a subir al vehículo.
Los muchachos ingresaron y se ubicaron en el asiento de atrás. Toño se coloca el cinturón y hace arrancar el vehículo y seguidamente les pregunta:
–¿Ya comieron?
–No primo, no andamos varas.
–Vamos pues, yo los voy a invitar, les dice al introducirse al desvío entre la colonia Kennedy y el bulevar Fuerzas Armadas. Luego de un silencio momentáneo Toño reanuda la conversación:
–¿No saben ustedes quien tiene una moto panda?, quiero conseguir una.
–Sí primo, consiga las varas y yo lo llevo.
–¿Cuánto?
–7 mil varitas.
–¿Ustedes saben de una yamaha que se robaron allá por Suyapa cuando mataron a un chavo?
–Sí, esos manes eso hacen y les consiguen papeles.
–¿Ustedes los conocen?
–Sí primo.
–Y ustedes conocen al dueño de un carro blanco Honda de los viejos, que tiene una H en el tono?
–Ah, sí, se llama Jowel, tiene un negocio de celulares en la Kennedy.
–¿Y ese jodido vive allí, en la Kennedy?
–No allí solo trabaja pero él vive en el Hato.
–Y ¿por dónde está el negocio de celulares?
–Allí primo, por la clínica dental, allí pasa el carro en el parqueo de enfrente, pero cuando mataron a ese man el carro lo andaba el cuñado, Foncho.
–¿Y solo son ellos o hay más?
–No primo, son bastantes, ellos se roban las motos, les cambian la serie y les arreglan papeles.
La conversación sostenida entre Toño y estas dos personas fue la clave para la identificación y captura de Denis Joel Flores Bulnes, propietario del vehículo que transportó al homicida de Marvin Josué. Con el supuesto de conocer el lugar donde encontrar a quien le vendiera una motocicleta robada, el investigador les pidió a sus informantes que lo acompañaran al negocio de celulares.
Posterior a eso, los investigadores planificaron operativos para darle seguimientos en vehículos y conocer la casa de habitación del imputado. Hubo ocasión en que al calor de las campañas políticas los investigadores se hicieron pasar por activistas de un partido político, llevaron banderas y afiches y esta acción que les permitió obtener el nombre completo de Joel y alguna información más de su vida.
La captura
El 16 de octubre de 2013 cumpliendo una orden de captura dictada por los tribunales de justicia, la policía de investigación capturó a Denis Joel Flores Bulnes (23), acusado por el Ministerio Público de ser el responsable de delito de asesinato y robo de vehículo en perjuicio de Marvin Josué Pineda Fernández.
Momento en que la policía capturó a Denis Joel Flores Bulnes. |
Los investigadores lograron documentar que Flores Bulnes es el propietario del vehículo Honda que transportó al homicida de Marvin Josué y que acompañó de cerca el hecho criminal. Ellos aseguran que el detenido pertenece a una banda de asaltantes que opera en el Bulevar Morazán, Bulevar Suyapa, colonia Suyapa, Villa Nueva y alrededores.
Sin resistencia alguna la captura se produjo en un allamiento realizado al centro de reparación de celulares Servigetell ubicado en la calle principal de la colonia Kennedy. Simultáneamente los agentes también allanaron la vivienda del detenido en la colonia Villa Nueva, muy cercana al sector 10 de la colonia Hato de en medio. Allí decomisaron el vehículo tipo turismo blanco, marca Honda y dos motocicletas.
Policía Decomisan el vehículo. |
Reparación de celulares Servigetell, su centro de trabajo. |
En el negocio además de capturar a Flores Bulnes, las autoridades decomisaron una pistola marca CZ y 74 teléfonos celulares con propósito de investigar su procedencia. En la audiencia inicial realizada el 23 de octubre de 2013, los tribunales de justicia dictaron auto de prisión y remitieron a Flores Bulnes a la Penitenciaría Nacional.
Los detectives ubicaron la vivienda del acusado a través de seguimientos desde que salía del parqueo situado en las inmediaciones de su negocio en la Kennedy hasta que llegaba a su casa de habitación en La Villa Nueva. Este trabajo significó para los investigadores horas y horas de vigilancia y de monitoreo rutinario a Flores Bulnes.
Entre tanto las redes sociales también cumplían su parte, y días antes de capturado, Flores Bulnes publicó en su página de Facebook, que alistaba maletas para salir de viaje con rumbo a El Salvador. Esta publicación aceleró el paso de las investigaciones hasta lograr que el Ministerio Público presentara el correspondiente requerimiento fiscal y que los juzgados de lo penal libraran la respectiva orden de captura. La investigación continúa para dar con el paradero y posterior captura del resto de la supuesta banda.