Profesión: Licenciada en Ciencia Política y doctora en Procesos Políticos Contemporáneos.
Cargos actual: Investigadora Titular “B” a Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México y Profesora de “Política Comparada” del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la misma Universidad. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel II). Editora Asociada de Política & Relaciones Internacionales de Latin American Research Review, la revista de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA). Investigadora Titular de la Cátedra CONACYT “Jesús Silva Herzog” en el Colegio de San Luis Potosí durante 2018. Doctora por la Universidad de Salamanca (2001) y Máster en Estudios Latinoamericanos (1999) por la misma casa de estudios.
Por: German Reyes
¿Qué grado de participación política considera usted que han alcanzado las mujeres en Honduras?
R.
En América Latina las mujeres enfrentan muchos obstáculos cuando quieren hacer política, y esa es una de las deudas históricas que la democracia hondureña y latinoamericana tiene hacia un grupo de la población que no son la minoría, sino que son números significativos. En el caso hondureño con 51% de toda la población.
Sin mujeres no hay democracia y creo que el contexto político hondureño no está favoreciendo a la participación política en igualdad de condiciones, creo que en ese sentido hay cosas que hacer y hay una coyuntura crítica importante, relevante que nos puede permitir hacer reformas electorales que nos permitan mejorar las condiciones de acceso al ejercicio del poder de todos los grupos que integran una democracia.
¿Cómo lograr que leyes se cumplan y que las mujeres sean incluidas en posiciones reales de triunfo?
R.
Si tienes paridad y esa paridad solo es para las primarias, si tienes paridad y esa paridad no la exiges en las elecciones generales, si tienes paridad y esa paridad no tiene mandato de posición fuerte, en realidad no tienes paridad. Entonces lo que tenemos que hacer es trabajar en el diseño electoral que acompaña a la paridad. Es decir, tiene que haber un mandato de posición clara y tiene que haber igualdad en la contienda.
Hay que mejorar la vida interna de los partidos para que desde allí salgan las canteras, es decir que hay muchas tareas que las reformas electorales pueden acompañar a la participación de las mujeres y ¿cómo hacer para que esto se cumpla?, yo creo que eso no solo tiene que ver con las reformas de las mujeres sino en general hay como una tendencia a que no se cumplan las reglas que se aprueban y allí hay que hacer una gran concientización, un gran dialogo en la política hondureña, que haya un compromiso real a las nuevas reglas de juego independientemente de los intereses personales de cada uno.
En Honduras la mayoría de las mujeres diputadas y en puestos de gobierno siguen mecanismos ya establecidos por los hombres y es mínima la diferencia marcada. ¿Cómo romper ese patrón cultural?
R.
Hay varias teorías sobre eso, en los laberintos del poder a las mujeres nos exigen que seamos de determinada manera y una vez que somos así nos castigan por ser de esa manera ¿no?, ser mujer o ser hombre no significa un solo estilo de liderazgo, hay muchos estilos de liderazgo, uno puede hacer muchas cosas que parecen que son de hombre, pero lo que tenemos que hacer es una reflexión de lo que significa hacer una democracia paritaria y tenemos que trabajar en cómo mejorar las condiciones de acceso y de representación de las mujeres y como las mujeres ejercen el poder.
Me parece que hay tantos obstáculos en el acceso, como en el ejercicio del poder, y si una mujer se parece al hombre cuando ejerce el poder, ¿por qué no criticamos al hombre? Tenemos que evitar utilizar estereotipos de género y lo hacemos inconscientemente nosotros mismos.
¿Qué papel juega la educación en torno a la situación que viven las mujeres?
R.
La educación es clave, y usted ha mencionado la palabra. Tenemos que hacer una revolución educativa. Yo creo que debemos ir a los pensum, ver cómo estamos educando a nuestros hijos e hijas, ver cómo hacemos para enseñar hombres feministas y que los hombres replanteen su manera de relacionarse con otros hombres y con las mujeres y sobre todo como hacemos una sociedad más igualitaria.
Creo que la deuda pendiente que tenemos en América Latina es el tipo de sociedad que tenemos y que sigue siendo más desigual, por eso las mujeres y los hombres deben replantear su manera de relacionarse.
¿De qué manera deben exigir las mujeres su derecho real a elegir y ser electas?
R.
Las mujeres hondureñas han dado muestras de experiencias importantes en torno al movimiento de mujeres para hacer de esta lucha una realidad, porque han trabajado muchísimo. Lo que pasa es que es muy difícil, que los hombres entiendan que esto es una cosa de hombres y mujeres y aunque lo decimos con la boca chiquita, no lo tenemos aprendido. Creo que entre todos tenemos que hacer un cambio sustantivo y las mujeres organizadas ayudan muchísimo más que lo que pueden hacer en general mujeres solas.