Aferrado a la defensa de los derechos humanos, el abogado Dionisio Díaz García defendía los derechos laborales de las y los trabajadores más vulnerables del país: las aseadoras y los guardias de seguridad. Y por eso lo mataron en aquella fatídica mañana del lunes cuatro de diciembre de 2006.
Era un día nublado y a las nueve de la mañana, Dionisio salió de su oficina en su carro se dirigía a la Corte Suprema de Justicia y al Juzgado de Letras del Trabajo para revisar expedientes en juicios laborales donde el representaba a trabajadores vulnerados.
Dionisio era el abogado del Proyecto de Derechos Laborales para Grupos Vulnerables de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) y a través de este programa representaba en los tribunales de justicia a los trabajadores violentados de las empresas de seguridad, compañías de limpieza y restaurantes de comidas rápidas, acusadas por violaciones de los derechos laborales, como ser obligar a un trabajador hacer turnos de 24 horas día por medio (o sea, laborar 72 a 96 horas semanales) sin pagarles ni el salario mínimo; negarles derechos a vacaciones, aguinaldo, y permisos para atender a problemas médicos, y hasta despidos injustificados.
Dionisio era denominado por sus defendidos, como “el abogado de los pobres”. |
Acostumbrado a su recorrido, Dionisio circulaba tranquilamente por el boulevard Fuerzas Armadas y de repente cuando circulaba a inmediaciones del edificio de La Teletón, donde se había formado una cola de tráfico por reparaciones en la pista, dos pistoleros que se conducían en una motocicleta lo acribillaron a tiros. Dejaron viuda a su esposa y huérfano a su hijo, que tenía apenas seis años.
Dos pistoleros que se conducían en una motocicleta lo acribillan a tiros en su carro cuando se dirigía a la Corte Suprema.
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Esposa e hijo de Dionisio Díaz García. |
Asesinato fue culminación de meses de amenazas
Dionisio había demandado a 13 empresas por violentar los derechos laborales de sus trabajadores. Unas se mostraron anuentes a conciliar con los trabajadores, pero otras se resistieron a resolver las demandas laborales y en su lugar emprendieron campañas de intimidación y de desprestigio contra el abogado Dionisio y demás personal de la ASJ.
Campos pagados para desprestigiar a Dionisio y a los periodistas de Revistazo que lo acompañaban en la defensa de los derechos de los trabajadores, vigilancia de las instalaciones, seguimiento en los vehículos sin placas al personal de la ASJ y amenazas vertidas a través llamadas anónimas, fueron parte del hostigamiento implantado por las empresas, previo al asesinato del abogado, denominado por sus defendidos, como “el abogado de los pobres”.
Los afectados denunciaron las amenazas en la entonces Dirección General de Investigación Criminal (DGIC), el Ministerio Público y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CONADEH), pero no empezaron a investigar en serio hasta después de que fuera asesinado el abogado Dionisio.
Detienen a presuntos asesinos
El 1 de febrero de 2008, cumpliendo la orden de captura dictada por un Juzgado de lo Penal de Tegucigalpa, miembros de un equipo especial de investigación, integrado por agentes de la DGIC y fiscales del Ministerio Público, detuvieron a dos individuos quienes, luego de guardar prisión preventiva por un año, fueron hallados culpables por un Tribunal de la capital por el asesinato de Dionisio Díaz García. Uno de ellos fue agente de la DGIC y otro trabajaba en una empresa de seguridad.
Con cuestionado fallo la Corte absuelve a los imputados
El 15 de mayo del 2012, resolviendo un recurso de casación interpuesto a favor de los imputados, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia emitió su fallo y los absolvió de toda responsabilidad criminal y ordenó dejarlos en libertad. Abogados hondureños y extranjeros cuestionaron el fallo calificándolo de contradictorio, incoherente y parcializado, pero la sentencia quedó firme y el caso de Dionisio Díaz pasó a formar parte de la lista de crímenes sin castigo.
En ese contexto, el caso de Dionisio Díaz dibuja la realidad de la justicia hondureña, país centroamericano donde un 96% de los asesinatos se mantienen en la impunidad.
Ante la impunidad en el caso de Dionisio, una demanda contra el Estado ha sido interpuesta ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Se espera que el caso será revisado en el 2017 2018.
El legado de Dionisio sigue vivo en la labor de sus colegas
Si las personas detrás del asesinato de Dionisio Díaz pensaban que lograrían extinguir con él un movimiento para justicia, transparencia, y un estado de derecho en Honduras, la historia ha mostrado su equivocación. En el 2006, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), organización donde laboraba Dionisio, fue una organización de perfil bajo con una decena de empleados; hoy en el 2016, su personal ha crecido 10 veces, y es reconocido en el contexto nacional e internacional como una fuerza importante impulsando la justicia y la transparencia en la sociedad hondureña. Asimismo, muchas otras personas que laboraban a la par de Dionisio y que también fueron en su tiempo amenazados siguen luchando, desde distintas plataformas y organizaciones, para la causa de la justicia en Honduras.
Sitio web: www.asjhonduras.com |
La situación laboral de los y las guardias de seguridad y empleados de empresas de aseo sigue precaria. Vean aquí los reportajes de Revistazo sobre un día en la vida de una guardia y de una aseadora. Revistazo y la ASJ siguen firmes en su deseo de que en un futuro cercano haya más respeto para los derechos básicos de estos trabajadores.