Profesion: Sacerdote Católico
País: Honduras Experiencia: Ha sido maestro del seminario mayor, coordinador de Caritas en Centroamérica, México y Panamá y representante canónico ante el gobierno mundial de Caritas en Roma. Puesto actual: Director Caritas Honduras y párroco de la iglesia San Antonio de Padua, de la Villa de San Antonio, departamento de Comayagua.
La violencia en Honduras es preocupante. ¿Qué hace la Iglesia Católica para contrarrestar la pérdida de vidas humanas?
R.
Hay una gran preocupación para la iglesia y una gran acción también, preocupación porque consideramos que cada día se están cegando vidas humanas y sobre todo porque la población más vulnerable siempre es la juventud de tal manera que le han encargado a Caritas que desarrolle todo un programa de prevención de violencia y de construcción de paz que estamos desarrollando en seis puntos diferentes del país.
Olancho, Trujillo, San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba, tratando de ir generando experiencias de construcción de paz y con un programa de jóvenes que se llama Sembradores de Esperanza, de tal manera que vayan siendo como los semilleros de una juventud diferente y que tenga menos problemas con la violencia y que de alguna manera construya relaciones más fraternales dentro de las sociedades. Hemos elaborado un estudio especial sobre la violencia identificando causas y dificultades para que la población tenga la opción de conocer, no solo la violencia, sino saber porque razones estamos metidos en una situación de esta naturaleza.
¿Cómo piensan construir la paz en una sociedad donde el 80% de los crímenes queda en la impunidad y donde en muchos casos se hace la justicia por su propia mano?
R.
Son dos cosas, primero la misma situación social hace que la gente se desespere y realice acciones que son vendadas con la misma convivencia social, la misma pobreza, la misma frustración en que viven muchas personas que la aleja de una convivencia sana y armónica. El otro problema es la impunidad que tiene que ver con la aplicación de la justicia en nuestro país y esperamos que la elección de los nuevos fiscales ayude para que tanto crimen que ha quedado engavetado pueda salir a luz pública y que muchas personas puedan dar respuesta ahora por sus hechos ante las autoridades competentes.
La violencia es un tema que debe involucrar a toda la población porque sus causas son diversas; ¿qué hace la iglesia para evitar que el gobierno siga tomando decisiones unilateralmente?
R.
Los políticos deben comenzar a pensar diferente y por eso estamos iniciando caminos en este país, caminos de democracia que no hemos tenido, es un estilo de democracia más electorera donde los representantes supuestamente son los que definen las situaciones y hoy nos estamos enfrentando a una especie de mayor participación de la población que cada día va a ir exigiendo mayores espacios y eso a la larga va a tener que ir cambiando la forma de gobernando el país.
¿Por qué en las iglesias se han vuelto indiferentes al sufrimiento de la población y no se involucran en las luchas sociales?
R.
Yo pienso que muchas acciones se hacen sin que se den a conocer, la crítica muchas veces no es objetiva, hay mucho trabajo de apoyo de conciencia en la población de organización en diferentes lugares, de lucha para defensa de los bosques que es una gran cantidad de trabajo que todas las iglesias están haciendo que no es conocida y creo que hace falta muchas veces es visibilizar esas acciones.
¿Qué acciones de capacitación llevan a cabo para empoderar a la feligresía?
R.
Se pretende sensibilizar a las personas para que exijan a los operadores de justicia el cumplimiento de sus responsabilidades de tal manera que la impunidad no siga siendo la nota dominante y consideramos que el pueblo debe estar pendiente de sus autoridades y convertirse en auditores sociales.