El ataque al espacio cívico “no es un problema de Honduras ni de América Latina solamente, pero nuestra región, lamentablemente, no está al margen de la situación; sino que vemos con preocupación una tendencia creciente de ataque al espacio cívico,” indicó la presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira en el panel “Ingredientes para la defensa de libertades y derechos en democracias complejas” organizado por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) en Honduras.
Alrededor del 80% de la población de la región (latinoamericana) vive bajo un régimen democrático, pero solo el 1,3% (Uruguay y Costa Rica) lo hace bajo una democracia completa, según el informe sobre calidad de democracia publicado por la revista británica The Economist el 9 de febrero de 2022.
Haití, Nicaragua, Cuba y Venezuela son considerados países con regímenes autoritarios. Paraguay, El Salvador, Ecuador, México, Honduras, Bolivia y Guatemala están en la categoría de híbridos. Los países de Chile, Trinidad y Tobago, Jamaica, Brasil, Panamá, Surinam, Argentina, Colombia, República Dominicana, Guyana y Perú tienen democracias defectuosas según indica el mismo estudio publicado por The Economist.
Los indicadores que permiten calificar como completa, defectuosa o híbrida una democracia son los procesos electorales y el pluralismo, el funcionamiento del Gobierno, participación política, cultura política y las libertades civiles.
El 2021 fue año cargado de elecciones presidenciales en varios países de Latinoamérica: Ecuador, Perú, Chile, Nicaragua y Honduras. La tendencia ideológica en la región comenzó a inclinarse de nuevo a la izquierda desde el 2018 con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia mexicana. Se han unido los gobiernos de Argentina con Alberto Fernández, Bolivia con Luis Arce, Perú con Pedro Castillo, Honduras con Xiomara Castro, Chile con Gabriel Boric y Colombia con Gustavo Petro.
“Particularmente en nuestra región estamos hablando de democracias erosionadas y bajo ataque” lamentó Ferreira, pues en estos países con democracias debilitadas, el trabajo desde la prensa y organizaciones de sociedad civil para controlar el poder se vuelve más difícil y peligroso para quienes tienen la valentía de hacerlo. “Tenemos que ser coherentes, demostrar que no importa el Gobierno de turno…sea en una democracia más sólida o en una más debilitada”, agregó la presidenta de Transparencia Internacional.
Ferreira ve con preocupación la “tendencia creciente de ataque al espacio cívico». Considera que el ataque a espacios cívicos no solo abarca ataques a organizaciones de la sociedad civil, sino ataques a ese espacio que “hace la esencia de la democracia, de la participación, de la inclusión social por la que todos nosotros trabajamos”.
Señales de ataques al espacio cívico
Ferreira cree que la infraestructura para la lucha anticorrupción sí existe, pero que las normas no alcanzan. “Nos atacan. Si lo que hacemos no significara ningún control, ninguna cortapisa, ninguna defensa de la democracia frente al avance de regímenes autoritarios, (entonces) a nadie le importaría lo que hacemos, nadie se ocuparía de cerrar organizaciones de sociedad civil, poner restricciones a cómo nos financiamos o tratar de impedir que nos asociemos, que participemos o tratar de restringir la libertad y el acceso a la información pública”, comentaba la panelista.
Por este motivo considera los ataques de gobiernos un indicador del buen trabajo de las organizaciones que trabajan por la defensa de derechos humanos. “Precisamente porque somos relevantes y lo que hacemos tiene sentido, los gobiernos autoritarios, populistas, tratan de atacarnos. ¿Qué les molesta? Les molesta nuestra credibilidad”, argumentó Ferreira.
“Los ataques vienen de ambos lados: izquierda y derecha”, comentaba en el panel el director ejecutivo de Transparencia Internacional Brasil, Bruno Brandão. “De acuerdo con la conveniencia del momento, porque estamos en el camino correcto, en el camino de cumplir con nuestra misión de apuntar y denunciar la corrupción donde sea”, puntualizó el panelista.
El Salvador y Nicaragua
El Salvador está en un estado de excepción declarado desde el 27 de marzo de este año cuando la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el “régimen de excepción”. El Gobierno justifica su decisión en el número de homicidios relacionados con pandillas en el país centroamericano.
Sobre esto, el director ejecutivo de Cristosal, Noah Bullock, opina que “las señales de un Gobierno que no pretende gobernar sobre el marco del Estado de derecho democrático es insistir en excepciones y emergencias”.
Por su parte, Robert Courtney, director ejecutivo de Ética y Transparencia Nicaragua, agregó que “las revoluciones tienen génesis así de poderosos, eliminan a todos los partidos políticos. Por definición purgan a todo lo que puede parecer un enemigo. Es un cambio tan radical, un inicio en el que no hay ninguna institucionalidad”, concluyó Robert Courtney quien está exiliado en Costa Rica por persecución en Nicaragua.
¿Qué sigue?
Frente a estos ataques en Latinoamérica, Mercedes de Freitas, directora ejecutiva de Transparencia Venezuela, recomendó que “lo primero que tenemos que hacer es conocer nuestros derechos, saber exactamente dónde están nuestros espacios y hacer análisis de riesgo permanentemente”.
Con respecto a los ataques, Brandão señala cómo “en cuatro años estamos viendo la destrucción de 40 años de construcción institucional legal desde la democratización de Brasil y el elemento que puede frenar esas destrucciones es el elemento social, además de la evolución legal, la evolución institucional y la más fundamental es la evolución de la sociedad en su conciencia libertad y actividad en la búsqueda de derechos”.
El gobierno de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, es uno que The Economist señala con especial preocupación en su índice de calidad de democracia, así como los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador en México y Nayib Bukele en El Salvador.
Según los registros del índice de democracia de The Economist, todos los países latinoamericanos han registrado una decadencia en los criterios que complementan una democracia completa, desglosado así por Diario El País. Para la fecha de publicación del índice algunos gobiernos no habían cumplido siquiera un mes al frente de sus países, es justo por este motivo que las organizaciones de protección de derechos humanos deben seguir vigilando los aparatos gubernamentales en sus países.