En Honduras, la mora quirúrgica ha generado un profundo malestar entre los pacientes que aguardan días, meses e incluso años para obtener una fecha definitiva para su intervención médica. La incertidumbre abruma a aquellos llenos de esperanza, ansiosos por la posibilidad de recibir noticias sobre la oportunidad de someterse finalmente a la operación que tanto necesitan en su próxima consulta médica.
Según el informe proporcionado por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) a través de su plataforma «Estado de País», en el año 2023, se registró una mora de 9,261 pacientes a nivel de los 29 centros hospitalarios del país, los cuales se clasifican en tres tipos: hospitales Básicos, de Especialidades y Generales. reflejando entre los tres un incremento del 20% en comparación con el año 2022.
Cantidad de pacientes en mora quirúrgica, acumulada al 2023
Pacientes en mora quirúrgica, por tipo de hospital (acumulada al 2023)
Entre los hospitales con mayor número de cirugías pendientes están: Hospital General Dr. Mario Catarino Rivas, Hospital de Especialidades Pediátricas María, Hospital General San Felipe, Hospital Escuela Universitario y Hospital Regional del Sur.
En los primeros dos meses de 2024, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, de las 9,261 cirugías pendientes sólo se realizaron 1,430. Si bien esto representa un avance, el número aún no es suficiente para cubrir la demanda existente.
Cirugías realizadas en 2024
Detrás de las estadísticas frías se esconden historias de dolor, pérdida y desesperación. Esta crisis silenciosa no solo afecta la salud de los hondureños, sino que también tiene repercusiones devastadoras en lo económico, familiar y para muchos hasta en lo laboral.
Repercusiones en la salud
María, una ciudadana de 47 años de edad, se encuentra entre los afectados por los retrasos en la atención médica en las instituciones de salud pública del país, Su situación comenzó con un sangrado menstrual prolongado de 42 días, una condición que los expertos médicos consideran anormal, ya que lo habitual son no más de 7 días. En agosto de 2022, incapaz de seguir trabajando debido a intensos dolores abdominales y una creciente debilidad que afectaba su vida diaria, María decidió buscar ayuda médica en uno de los centros de salud del país.
Por lo que, estando en la sala de espera de ginecología, se vio envuelta en una situación crítica: al levantarse de la silla, ella y los médicos presentes notaron que la sangre se había dispersado por la silla. La situación había escalado a una hemorragia incontrolable, poniendo de manifiesto la gravedad de su condición y la urgencia de una atención médica.
Después, fue trasladada al cuarto piso de ginecología, donde se sometió a una serie de exámenes médicos. Los resultados revelaron la presencia de ovarios poliquísticos y diabetes. Permaneció hospitalizada en esta sala durante 8 días, durante este tiempo, los médicos esperaron a que su presión arterial se estabilizara, por lo que le reprogramaron una cita dentro de un mes, tiempo en el cual sería suficiente para prepararse en la operación que se le extirparía completamente la matriz. Luego de un mes esperanzada en que ese sería el día en el que sus dolores acabarían, regresó al hospital donde le dijeron que debía esperar a que la llamaran para poder operarla.
Casi un año después, en enero del presente año regresó al hospital esperando tener noticias acerca de su operación, sin embargo, obtuvo la misma respuesta “debe esperar a que la llamen”.
El caso de María Flores es uno de muchos hondureños que esperan poder ser tratados y que el día de su operación urgente pueda llegar y terminar con todo el dolor que padecen.
De acuerdo con los médicos, la demora en la realización de esta cirugía podría acarrear complicaciones graves para su salud, como el desarrollo de una anemia severa e incluso, en función de los resultados, la posibilidad de desarrollar cáncer.
Repercusiones económicas
Norma López, una ciudadana de 26 años, empezó a sentir un dolor en el estómago en octubre del año 2022 y, ante el suceso, se dirigió a un centro de salud privado, donde le hicieron un chequeo y le diagnosticaron cálculos en la vesícula..
Debido al alto costo de los hospitales privados, Norma decidió continuar tratándose en el «Hospital Escuela» donde poco tiempo después de haberle dado el diagnostico tuvo que ir de emergencia porque sentía mucho dolor, le realizaron exámenes y le dieron resultados que de pronto no se veían favorables ya que le mencionaron que debía realizarle una cirugía de emergencia.
El impacto económico de la mora quirúrgica es significativo tanto a nivel individual como nacional. Los pacientes y sus familias enfrentan gastos adicionales relacionados con el tratamiento de condiciones que podrían haberse prevenido con una intervención quirúrgica oportuna. Además, la productividad laboral se ve afectada, ya que muchos pacientes no pueden trabajar mientras esperan una cirugía, lo que resulta en una disminución de los ingresos familiares y una mayor presión financiera.
En marzo de 2023, Norma, se dirigió nuevamente al centro de salud donde la internaron nueve días, más no la operaron, su respuesta siempre fue que no había cupos. Solo le administraban calmantes mientras su organismo se estaba infectando por el atraso de la cirugía que debían realizarle. El caso de Norma López es uno de muchos que evidencia cómo la mora quirúrgica repercute en la economía de muchos hondureños y además en el sistema de salud hondureña.
Repercusiones Familiares
La mora quirúrgica también ejerce una carga emocional y psicológica significativa sobre las familias hondureñas. Ver a un ser querido sufrir mientras espera una cirugía puede generar estrés, ansiedad y depresión. Las familias a menudo se enfrentan a decisiones difíciles, como sacrificar otras necesidades básicas para costear tratamientos privados o enfrentar la incertidumbre de no saber cuándo llegarán los servicios de salud públicos adecuados para realizar cirugías médicas. Esta situación puede tensar las relaciones familiares y socavar el bienestar emocional de todos los miembros del hogar.
Muchos de los pacientes al estar en esa situación, suelen imaginarse “lo peor” al decirles que necesitan una operación de emergencia, y se ven en una situación difícil cuando llega el día de su operación y resulta que deben seguir esperando sin saber cuándo estarán finalmente en el quirófano. Mientras tanto, el paciente y sus familiares cargan con sentimientos de desesperanza durante meses.
Repercusiones laborales
Trabajar con dolores intensos en el cuerpo es un desafío que muchas personas enfrentan a diario debido a la mora quirúrgica en el país. Sin embargo, la lucha no se limita solo al dolor físico; también incluye la difícil tarea de solicitar permisos laborales para asistir a citas hospitalarias. Este proceso se convierte en un verdadero dilema, ya que perder una cita significa enfrentarse a mayores obstáculos para obtener otra en el futuro.
Para muchos trabajadores hondureños, solicitar tiempo libre en el trabajo para atender citas médicas se convierte en una tarea complicada y llena de incertidumbre. La presión de justificar las ausencias, el temor a represalias laborales y la preocupación por la estabilidad del empleo se suman al estrés ya existente provocado por la condición de salud que requiere intervención quirúrgica.
La falta de flexibilidad por parte de los empleadores y la escasez de leyes que protejan los derechos de los trabajadores en situaciones de salud precaria agravan aún más esta situación.
Muchos se ven obligados a tomar decisiones difíciles entre su salud y su empleo, enfrentándose al dilema de soportar el dolor y continuar trabajando o arriesgarse a perder su trabajo al tomar el tiempo necesario para recibir atención médica.
Comentarios de expertos/el otro lado de la historia
La mayor parte de los pacientes esperan que los médicos den la orden para operar y que el problema de la mora quirúrgica se resuelva, lastimosamente, de acuerdo con Edwin Cruz, uno de los doctores que trabaja en el área de la salud pública “Solo con el hecho de ser médico no se puede resolver, si al médico le dan las herramientas para operar como infraestructura, equipos, insumos recursos de apoyo, no hay ningún problema, el compromiso del médico es operar en su horario establecido, tiene que hacer lo que corresponda a su profesión. Hay algunas medidas que se han tomado como hacer brigadas y estas parecen ser más populistas que efectivas, porque no son sostenibles, es mejor dejar establecidos procesos que sean sostenibles y efectivos en los hospitales”.
Conforme a Cruz, lo primero que se debe comprender acerca de la mora quirúrgica es que para esta no hay una solución a corto plazo, ya que el mayor problema de la mora es la saturación de pacientes en hospitales nacionales y la mayoría de estos con patologías no graves que vienen del área rural.
Según Blanca Munguía, directora de salud de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) para contrarrestar la mora quirúrgica en el sistema de salud de Honduras, es necesario lo siguiente:
A corto plazo:
- Primero tener información clara y verdadera de cuántos y donde viven estas personas.
- Hacer un plan priorizado para ir dando respuesta a la población, puede ser por nivel de gravedad o riesgo de los pacientes.
- Preparar a los pacientes con los requisitos previos, los exámenes que requieren.
- Preparar condiciones en los hospitales donde se realizarán, garantizando el personal especializado, equipo, suministros y medicamentos a requerir.
- Un registro de los avances, hasta completar y resolver la mora quirúrgica.
Mediano Plazo
- Asignar presupuesto para fortalecer la capacidad en los hospitales para que puedan dar respuesta a la demanda quirúrgica, así evitar la mora.
- Mantenimiento del equipo o salas de cirugía.
- Asegurar permanencia y coordinación del personal especializado: cirujanos, anestesiólogos y personal de apoyo.
- Mejorar las salas de recuperación post operación.
- Establecer un máximo de mora quirúrgica, que, al llegar a él, se active un plan de emergencia para resolverlo pronto y evitar que gran cantidad de pacientes entren en esta condición.
Abordar este problema requiere un enfoque integral que incluya mejoras en la infraestructura de salud, aumentos en la financiación para servicios quirúrgicos, programas de concientización y medidas para mejorar el acceso a salas quirúrgicas.
La mora quirúrgica más que una crisis de salud pública es también un problema afecta económica y psicológicamente a miles de hondureños que se encuentran directa o indirectamente en esta situación. Por lo que es necesario que las autoridades busquen soluciones rápidas y efectivas.