Cargos desempeñados: Periodista freelance en Palestina, Irak, Afganistán e Irán; trabajó en el periódico digital Plaza Pública de Guatemala; y entre 2012 y 2014 fue corresponsal de Associated Press (AP) en Honduras, donde recibió premios importantes del periodismo estadounidense, como el premio Robert Spiers Benjamin del Overseas Press Club y la Batten Medal de la American Society of Newspapers.
Alberto también ha publicado libros, como Misrata Calling, Novato en Nota Roja y Honduras a Ras de Suelo.
Cargo Actual: Senior Staff Editor de The New York Times en Español.
E l pasado 15 de abril, un reportaje firmado por Alberto Arce divulgado en el periódico estadounidense New York Times, relata la forma en que supuestamente varios generales, miembros de la cúpula policial hondureña, planearon el asesinato del zar antidrogas, General, Julián Arístides González. Esta publicación sacudió al país y generó diversas reacciones, en favor y en contra. Los generales implicados niegan su participación y aseguran que el informe carece de veracidad y que fue prefabricado. Ante tal situación, Alberto Arce, accedió a hablar con Revistazo, entrevista que detallamos a continuación.
Generales de la Policía y ex Ministros de Seguridad aseguran que el informe publicado en New York Times es falso, prefabricado y que ellos nunca lo conocieron. ¿Qué tenés que decir al respecto?
R.
Ellos son precisamente quienes han estado 35 años en la policía y son las personas que más fácilmente tendrían a la mano la posibilidad de demostrar que el informe es falso. Entonces si el informe es falso, que lo demuestren. Ese informe lleva sellos, firmas, papel y datos. Si ellos pueden demostrar lo contrario que es tan fácil, como sellos, firmas, papel y datos y ellos saben muchísimo más que yo de la policía porque tienen muchísimos más instrumentos que yo para explicar que es lo que ha pasado al interior de su institución. Yo estoy completamente tranquilo desde el punto de vista de las fuentes y desde el punto de vista de la veracidad del informe.
Estamos totalmente tranquilos de la autenticidad del informe, y ten por seguro que nosotros nunca lo hubiéramos publicado, no es Alberto Arce aquí el que está publicando, es el New York Times, institución con 150 años de historia y que ha demostrado a través de la historia que tiene cierta fidelidad.
Yo no creo que el informe sea falso, estoy profundamente seguro que lo que dice el informe es cierto. También te digo que si mañana uno de los generales me demuestra fehacientemente que el informe es falso, nosotros seremos los primeros que le daremos ese derecho de rectificación y que pediremos disculpas si nos hemos equivocado, cosa que dudamos mucho.
¿Qué los impulsa a publicar un informe que dos días antes había salido en medio hondureño omitiendo nombres de los supuestos responsables?
R.
Mira, yo no puedo hablar por lo que hacen otras personas, yo no sé el motivo por el cual otras personas actúan de la manera que actúan, yo lo que tengo claro es que el informe prueba una serie de hechos y además dice quiénes son los actores de esos hechos; esa información es relevante, completa. Cortar la información, es manipular la información, porque cortar la información lo que significa es que el periodista que tiene acceso al informe evalúa como utilizar esa información y con qué intencionalidad utilizar esa información.
Evidentemente yo no público el informe completo tampoco, también hice un pequeño filtrado del informe, y si a mí me preguntas ¿por qué filtras partes del informe?, evidentemente todas aquellas páginas donde hay nombres de testigos, en las que hay nombres de investigadores que firman la responsabilidad de haber hecho ese informe, para proteger su vida, evidentemente yo se la voy a proteger. Entonces, nosotros hacemos una selección de la información y puedo explicar el criterio por qué filtré información y fue para proteger la vida de algunas personas que están vinculadas con el informe y que además son los policías que dicen en varios lugares del informe, “mis superiores me están pidiendo que haga esto y yo soy honesto y no lo quiero hacer”.
Hay una lógica muy clara, porque los periodistas hondureños que tuvieron acceso al informe antes que yo y decidieron filtrarlo, solo lo pueden responder. Yo creo que en Honduras históricamente se ha dado una práctica que es el tráfico de información. El periodista consigue información, verifica la información y la pública, el periodista no trafica con la información, el periodista no negocia con la información, nosotros no negociamos con la información y es evidente que en Honduras si se negocia con la información y sí se utiliza la información por parte del periodista con fines espurios.
Evidentemente, yo me di cuenta que si los hechos son del 2009 y lo veo en 2016 han pasado 7 años y ese informe ha estado guardado, no en un cajón sino en muchos cajones diferentes, ha pasado por muchas manos y de repente ministros, jefes de asuntos internos de la policía, inspectoría general, directores generales de la policía, probablemente el Ministerio Publico en algún momento, yo no puedo creer que esto no haya pasado por cinco directores de la policía, que no haya pasado por las manos de tres ministros de seguridad y no lo puedo creer que no haya llegado a oídos del presidente.
¿Con qué propósito cree usted que fue engavetado este informe por tanto tiempo? ¿Por qué sale ahora?
R.
Con lo que he visto yo tengo muy claro que los directores generales, Juan Carlos Bonilla, Ramón Subilón Pineda, Ricardo Ramírez Del Cid y Muñoz Licona, esas personas tuvieron el informe en su mano y lo pasaron. Pompeyo Bonilla, estuvo informado, porque lo dice una orden de Sabillón Pineda que dice, “Guarden este informe por orden del Ministro”, y muy difícil es pensar que Arturo Corrales no lo haya visto.
Es pura lógica y es muy difícil pensar que Porfirio Lobo o que Juan Orlando Hernández no hayan tenido conocimiento de este informe y también, no puedo ser ingenuo, ese documento se filtra y sale de sus cajones porque sus autoridades actuales probablemente, que son las únicas que tienen la posibilidad de hacerlo, tienen una intencionalidad política clara, o sea, quieren conseguir a través del uso parcial de la información algún objetivo que yo no puedo saber exactamente cuál es, pero no puedo pensar que este es un movimiento puro.
Hay algo detrás que yo no lo puedo saber. Es evidente que hace años, es público y notorio que el gobierno de Honduras está tomando la opción por la militarización de la policía, es público y notorio que el presidente de Honduras quiere reelegirse, es público y notorio porque lo han dicho muchos directores generales de la policía y lo han dicho muchos policías de alto rango, que gran parte de la policía no está de acuerdo con este gobierno. Entonces, hay una tensión entre el gobierno y la policía y que este informe entra en esa tensión a jugar un papel que no sabemos cuál es.
¿Cómo llega ese informe a manos de Alberto Arce y a las salas de redacción del New York Times?
R.
Eso sí no te lo puedo decir, el informe es verídico, el informe llega por un lado y lo que se hace es que se cruza con dos o tres lados diferentes que confirman que el informe es cierto, que no es una fabricación, y de hecho, las únicas personas que niegan que el informe sea cierto son los mismos acusados. Es decir, el presidente Juan Orlando Hernández, en ningún momento ha dicho que el informe sea falso, el gobierno de Honduras lo está dando por válido, lo que puede significar que el presidente Juan Orlando tiene intereses particulares en lo que está sucediendo en la policía.
Son muchas las acusaciones que surgieron en tu contra luego de haberse publicado el informe. ¿Recibiste amenazas de algún funcionario?
R.
No, a mí no me ha amenazado nunca nadie, debo ser el único periodista que ha pasado por Honduras y que nadie me ha dicho nada directamente. Indirectamente sí, porque indirectamente te dirán de todo, pero directamente y creíble no.
Es más, los que me han llamado han sido correctos y profesionales, con toda la corrección y profesionalidad de verse señalados por un artículo que yo firmo y quiere hablar conmigo para explicarme su punto de vista, y de hecho, si te fijas, dos o tres días después de publicar el informe, publico otra nota muy larga sobre Sabillón Pineda, porque el general Sabillon Pineda siente que tiene el derecho y que su punto de vista tiene que ser representado, porque si tu acusas a alguien debes darle su derecho a la defensa y por su puesto y así es como funciona la profesión.