“El flagelo más grande del hospital San Felipe es la administración y no me importa decirlo. La verdad es la verdad”, comenta Celia Rodríguez, enfermera de este centro hospitalario de la capital. “No hay medicamentos en la farmacia.
Crisis en medicamentos Serie 4/8
La mayoría de los pacientes tienen que comprarlos. Imagínese que no hay ni acetaminofén. Prácticamente sólo se da la consulta”, lamenta esta mujer de edad madura con largos años de servicio en la sanidad pública.
Como Celia, muchos profesionales de la medicina que trabajan en el sistema público se enfrentan a la dificultad de atender consultas sin el respaldo de poder ofrecer medicamentos a sus pacientes.
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Don José, un señor de la tercera edad que con la esperanza de encontrar medicinas llegó al Hospital San Felipe, al final salio únicamente con la receta. |
Gustavo Aguilar, médico general que trabajó en el centro de salud de El Porvenir y ahora tiene una consulta privada ante la imposibilidad de entrar a trabajar en el sistema público de otra manera que no sea por influencia, comenta que “es complicado trabajar en estas condiciones. El stock de medicamentos que se maneja está desfasado. Hay medicamentos que ya no se utilizan y siguen en el stock, como la penicilina de primera generación; un antibiótico que está en desuso en otros países ya que ahora utilizan penicilina de cuarta y quinta generación”.
“Luego está el problema de la falta de inventario. Unos cuatro meses al año hay fármacos en stock y el resto del año toca pedirles a los pacientes que los compren por ellos mismos”, según Aguilar. “Lo difícil es saber que tus pacientes no tienen para el medicamento y acuden al centro de salud con la esperanza de que les solucionen sus problemas. Los hipertensos y diabéticos, por ejemplo, tienen que tomar su medicina todos los días. Cuando no hay, descontinúan el tratamiento y surgen las complicaciones, como infartos cerebrales que pueden llevar a la muerte”, continúa este médico para quién la labor de trabajar en las afueras de los cascos urbanos hace doblemente complicada la tarea de prescribir medicamentos.
“Trabajar en zonas rurales es aún más complicado. No es la prioridad del almacén central, por lo que a estos centros las medicinas llegan por último. Esto descontrola todo tu trabajo como médico ya que descontrola a tus pacientes”, concluye.
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La zona rural es la última prioridad
De acuerdo a una auditoría social realizada por Transformemos Honduras en 2013, “el sistema de salud en la zona rural se ha ido acomodando a los vaivenes políticos y la indisponibilidad de recursos de tal manera que muchos centros de salud, ni siquiera llenan los requisitos para ser Centro de Salud Rurales (CESAR)”.
Según este estudio “estos centros de salud han sido abandonados por el sistema. Las Jefaturas Regionales se ocupan de la provisión de los medicamentos que son enviados no de acuerdo a la necesidad de cada centro, sino a la disponibilidad existente en las bodegas regionales”.
Según el Doctor Osmín Padilla, asesor de la Secretaría de Salud, la falta de una atención adecuada en el campo tiene como consecuencia la desbordante cantidad de pacientes en los principales hospitales de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
“Una bronquitis que no se trató a tiempo en el centro de salud cercano al ciudadano se complica por la falta de atención. Cuando esta persona se encuentra grave, se traslada a un hospital más grande donde el riesgo que corre el paciente es considerablemente mayor en busca de ayuda y su tratamiento se vuelve más caro para el Estado”, comenta Padilla.
De acuerdo con la ex Ministra Roxana Araujo, “parte de la crisis actual del sistema sanitario se debe a que estamos pagando los platos rotos por haber dejado de tener un sistema basado en la prevención, con atención adecuada en tiempo y recursos a los problemas de la población antes de que se agraven”.
Gobierno a reabastecer
Ante la escasez de medicamentos en todos los niveles del sistema de salud pública, durante el segundo semestre del 2013 la Secretaría de Salud invirtió más de 299 millones de Lempiras en la compra de medicamentos por medio de un fideicomiso con el Banco de Occidente.
Firma del Convenio // Cada organización de la sociedad civil estará |
Asimismo, el actual Presidente de la República, Juan Orlando Hernández, recientemente firmó un nuevo fideicomiso con el mismo banco por 350 millones de Lempiras para un proceso de compra de medicamentos que será supervisado en aspectos técnicos por UNOPS, un cuerpo técnico de las Naciones Unidas, y que será observado por Transparencia Internacional, Transformemos Honduras y la Iglesia Católica.
Se espera que con estas compras tanto los hospitales de las ciudades grandes como los más remotos centros de salud sean mejor abastecidos de los medicamentos que son necesarios para cuidar la salud de los pacientes.