El 43% de las mujeres tienen entre 40 y 50 años, mientras que 77% tienen un posgrado académico
Tegucigalpa.- Según el informe del Relator Especial para la Independencia de los Magistrados y Abogados, presentado en junio del 2021, “los prejuicios y estereotipos de género siguen afectando a las mujeres más jóvenes, ya que se les suele asignar determinadas jurisdicciones consideradas sociales”.
El análisis de las características demográficas de las 35 mujeres que compiten por la Suprema antes de la etapa de tachas y denuncias, refleja una alta participación de mujeres en la plenitud de sus carreras. Ellas buscan derribar barreras y cambiar la imagen de la justicia.
LOS GRUPOS ETARIOS DE LAS MUJERES POSTULANTES
Analizadas por edad, 15 de las mujeres postulantes tienen edades entre los 40 y 49 años. Es el grueso del grupo y constituyen el 43%, seguidas por las que tienen entre 50 y 59 años, que son 11, es decir un 31%. Ninguna de ellas está por debajo de los 40 años, aunque la Constitución de la República permite incluso tener hasta 35 años.
Entre las candidatas que quedan compitiendo hay ocho (8) que reportan edades entre los 60 y 69 años, y la más longeva del grupo es solamente una de ellas, con una edad entre los 70 y 79 años.
MUJERES POR ESTADO CIVIL
Otro dato demográfico relevante que resulta del análisis de las hojas de vida de las candidatas a magistradas es su estado civil. La gran mayoría de ellas reporta estar casada. En total 22 de las 35, eso es el 63%.
Las abogadas y notarias no casadas son el segundo mayor grupo. Son en total 12 las que se reportan en condición de soltería, eso es un 34% del grupo. Solamente una de ellas registró ser soltera por viudez.
De acuerdo con el informe del Relator de Naciones Unidas para la independencia de jueces y magistrados, en ocasiones, las condiciones de trabajo y de ascenso dentro de las carreras judiciales y fiscales de las mujeres en el mundo, están relacionadas con que “tienen que compaginar su actividad laboral con el cuidado de la familia y el hogar”.
Aunque el informe de la Relatoría considera las barreras “a primera vista razonables”, remarca que, de acuerdo con encuestas realizadas para la configuración del documento, las mujeres que participan en la judicatura reportaron entre los obstáculos “dificultades para conciliar la vida personal y profesional”.
ABOGADAS DE ZONAS URBANAS, MÁS DE LA MITAD
Del análisis de las hojas de vida se puede observar que las postulantes que nacieron en una ciudad representan la mayoría, frente a las que nacieron en pueblos de departamentos del interior del país.
De las 35 candidatas, 20 son de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más grandes del país. Tegucigalpa concentra el poder político y San Pedro Sula es el motor de la economía nacional. Las mujeres urbanas son el 57% del grupo de aspirantes.
No obstante, son las postuladas de Tegucigalpa las que tienen mayor participación, pues 16 de esas 18 mujeres urbanas, son de la capital; dos son sampedranas.
Las demás candidatas son originarias de Copán (2), Santa Bárbara (3), El Paraíso (2), Yoro (1), Ocotepeque (1), La Paz (1), Intibucá (1), Comayagua (1), Olancho (1), Colón (1) y Atlántida (1). Significa pues que las candidatas procedentes de otras latitudes que no son las grandes ciudades son solo el 43 por ciento.
Cabe destacar que una de las candidatas santabarbarenses, si bien nació en el departamento occidental, tiene su residencia en Tegucigalpa, donde ha desarrollado su vida profesional. Otra de ellas, del oriental departamento de Colón, también ha residido gran parte de su vida en la capital del país, donde también ha desarrollado la mayor parte de su vida.
MUJERES POR NIVEL DE ESTUDIO
Otro aspecto analizado de las hojas de vida de las postulantes es su preparación en estudios superiores. De las 35 en el concurso, 27 tienen un posgrado académico (maestría o doctorado), esto es un 77%.
Del total de las que tienen maestría, cuatro poseen además doctorado y ocho solamente título de pregrado, la abogacía reconocida por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Estos estudios de doctorado así como las maestrías que las candidatas reportaron en sus hojas de vida son de universidades como la de Barcelona, la Universidad San Carlos de Guatemala, Universidad Tecnológica de Honduras (UNITEC) y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Las maestrías que más se repiten entre los posgrados cursados por las aspirantes, son la de Derecho Penal y Derecho Procesal Penal. Otra maestría que es común encontrar en las hojas de vida es en Derecho Civil y Derecho Constitucional y Derechos Humanos.
Menos común, pero aparecen en las hojas de vida, son posgrados en Derecho Marítimo y Aéreo, Derecho Empresarial, Derecho Internacional y Defensa, y una de ellas tiene una maestría en Administración de Empresas, es decir, no vinculada con las Ciencias Jurídicas.
En el nivel académico superior, las que tienen Doctorado, versan sobre Derecho Internacional, Derecho Penal y Derecho del Trabajo. Y el Doctorado de una de ellas es en Ciencias Sociales.
Sobre esto, el Relator recomienda “fomentar la adopción de becas u otros incentivos que permitan a las mujeres cubrir costos de preparación”.
Pero en términos generales, el desafío que Naciones Unidas plantea a los Estados, a las organizaciones de sociedad civil y las universidades es diseñar y desarrollar estrategias de seguimiento y análisis para estimular políticas proactivas en materia de presencia relevante de la mujer en el sistema judicial y en las fiscalías. ¿Honduras avanza?