Javier es un niño de 10 años, iba regresando de mi trabajo cuando lo conocí, estaba con dos amigos más jugando en un pequeño parque, Paula y Leo, de la misma edad que Javier, el vive en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad de Tegucigalpa con sus padres, cuando él sea grande quiere ser policía pero su familia no cuenta con suficiente dinero para seguirle pagando sus estudios, está cursando tercer grado, me puse a conversar con él y le hice unas preguntas sobre si sabía leer y escribir, y me mencionó que no sabía leer mucho, que era malo para la lectura, también le pregunté si sabía sobre matemáticas y dijo que sólo sabía sumar y restar, me extrañé porque en el curso que está, ya debería de saber leer muy bien, multiplicar y dividir.
La realidad es triste y este no es el único caso que existe, como él hay muchos.
Los niños no tienen la culpa
Analizando en las preguntas que le realicé y recordando que hace dos años estábamos en pandemia del Covid-19, motivo por el que todos estuvimos obligados a quedarnos en casa, cerraron las empresas y todos los centros educativos, me percaté que Javier para el 2020, fecha en que inició la pandemia, cursaba el primer grado, año en que dio inicio a las clases virtuales.
Un estudio que realizó ASJ junto a Revistazo, y cuyo objetivo era mostrar que el regreso a clases de forma presencial era posible para algunos municipios, principalmente aquellos que eran más pobres, con menos posibilidad de tener una conexión a Internet, pero con poco casos Covid, este mismo estudio menciona que la educación en línea había creado más exclusión en el sistema educativo nacional, el 73% de los estudiantes se retiraron del sistema por no tener la posibilidad de comprar internet o poseer un dispositivo inteligente, el 68% de los estudiantes matriculados no tienen acceso a internet para clases virtuales.
Paula es estudiante de una escuela cerca de la de Javier, ella está en cuarto grado y en un futuro quiere ser policía, hablando con ella me comentó que cuando empezó la pandemia ella estaba en primer grado y no aprendió nada, pero siempre pasó al siguiente grado.
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Después de dos años de pandemia, empezaron las clases presenciales, los niños empezaron a movilizarse a los centros educativos, pero cuánto lograron aprender de forma virtual, si contamos que muchos no podían conectarse, y que en total era un poco más de cuatro horas semanales de clases, y que sin hacer muchos cálculos matemáticos esto está lejos de haberse acercado a 200 días clases que se deben recibir al año, para empeorar más la situación, algunos maestros solo se dedicaron a enviar al WhatsApp un video de Youtube para que aprendieran, además que al iniciar de nuevo de forma presencial, muchos no siguieron yendo a su centro escolar por el hecho de que el Covid-19 golpeó fuerte la economía y varios padres de familia fueron despedidos de sus trabajos, la prioridad ahora es tener alimentos y algunos servicios básicos como agua, pero no es comprar uniformes, ni útiles escolares.
200 días clases
Desde el 2009, la Asociación para una Sociedad más Justa, ASJ en colaboración con otras organizaciones de sociedad civil, han monitoreado si se cumplen los 200 días clases que ya establece la Ley fundamental de educación la cual garantiza el derecho humano a la educación. Para que el monitoreo sea posible se han utilizando herramientas como la veeduría donde de forma voluntaria han participado los padres, estudiantes, organizaciones, la iglesia, la academia, entre otros, también el desarrollo de plataformas digitales, esto con el propósito de que los niños, niñas y jóvenes tengan una educación de calidad y que garantice mejores profesionales y oportunidades en el futuro.
El año 2009 se registró un total de 90 días clase, en 2011 se llegó a 120, en el año 2013 se incrementó a 218 días , en 2015 fueron 224 días y en el año 2022 tuvo una baja de 97 días clases registrados.
En los seis meses que lleva el año 2023 ya se han registrado un promedio de 65 días clases recibidos.
¿Por qué es importante el monitoreo de los días clases?
El monitoreo social a los días clases busca contribuir en uno de los factores de calidad de la educación para alcanzar impactos en varios niveles pero uno de sus objetivos es lograr los 200 días clase, igualmente poner fin a las diferencias que hay entre el área urbana y el área rural, entre departamentos y municipios, sector público y privado en el tema del incumplimiento de los días clases.
Por otro lado, busca impulsar la transparencia y rendición de cuentas, obligando al sistema educativo en su conjunto, y a sus actores en particular, a rendir cuentas ante toda la población y a explicar por qué no se cumple el calendario escolar. Asimismo, conformar un movimiento ciudadano a favor del cumplimiento de los días clase establecidos por la ley creando una fuerza desde la sociedad civil, que sea considerada en la toma de decisiones en el sistema educativo.
El pasado 30 de mayo del 2023, por primera vez se abre a la ciudadanía en general y de forma gratuita, la plataforma digital “Aulas Abiertas” que brinda la oportunidad de ver desde sus computadoras o dispositivo móvil, cuántos días han pasado desde que iniciaron las clases hasta el último corte que se realiza el monitoreo, pueden ver los días que se han recibido y los que se han perdido. El portal digital dio a conocer los primeros resultados, en los que se contabilizaban 77 días de clase de los cuales 25 no se habían recibido. Una semana después se muestra que se han perdido dos días más en comparación a la semana anterior.
En un nuevo corte, el 13 de junio del año en curso, expuso que de los 87 días de clases que deberían de haberse recibido en este semestre, solo se han recibido 60 hasta el 9 de junio. Esto quiere decir que este medio año se han perdido 27 días de clases.
“Para el segundo semestre debería de existir una propuesta para recuperar esos días perdidos, trabajar los sábados, está en los contratos y es legal pero también se ha abandonado trabajar la media jornada o agregar tiempo en noviembre, diciembre y enero para poder completar un año escolar, que en un momento honduras lo hizo, pero últimamente no se ha estado haciendo, sino se hace nada de eso, es probable que cerramos un año escolar con un 60% días de clases”
Marlon Escoto, Ex ministro de educación pública.
¿Cuánto dinero pierde el Estado cada vez que no hay clases?
El presupuesto actual del sector educativo es de 38 mil 109 millones de lempiras para financiar 2 millones de estudiantes y 64 mil docentes para impartir 200 días de clases, esto quiere decir que cada día de clases cuesta 191 millones de lempiras.
Significa que si dividimos los 191 millones de lempiras entre 27 días perdidos, nos da como resultado más de 5,157 millones de lempiras de pérdida.
Por otro lado, es preocupante mencionar la falta de ejecución de fondos en mejorar una infraestructura que durante la pandemia fue olvidada y que ha sido dañada por desastres naturales como los huracanes Eta e Iota en 2020. Asimismo, urge priorizar la restauración de centros y la construcción de nuevas escuelas para aumentar la cobertura y mejorar la calidad de los aprendizajes.
¿Dónde queda el futuro de los niños?
La historia de Javier y sus amigos, no es falsa, muchos niños han atravesado por la misma situación, es difícil cuando suceden estas cosas, vemos la realidad y sabemos que si en este momento la educación no es prioridad para el Estado, entonces no sabremos qué pasará con los niños en el futuro.
El sistema educativo hondureño requiere de un compromiso por parte de las autoridades del Estado, para incidir en el desarrollo del país, hay que tener claro que se debe trabajar en cambios profundos en un sistema donde ha sido notorio el desinterés de las autoridades y que afecta a miles de niños y jóvenes orillándolos a un futuro incierto.
Escoto mencionó que no se invierte en la educación con relación a otras secretarías de estado y que la legislación en el tema de educación en Honduras, la hicieron los adultos, en Honduras las leyes salariales y laborales están por encima de las leyes que protegen el derecho a la educación.
En Honduras, el derecho a la educación no es garantizado y en los últimos años ha empeorado, los estudiantes del sector público carecen de libros de texto y cuadernos de trabajo para el uso individual.
Los maestros también se sienten preocupados por el sistema educativo en el país y la enseñanza que se les está brindando a sus hijos, la cual no es buena para ellos porque no están aprendiendo, les preocupa qué será de los niños en un futuro.
“El futuro de nuestros estudiantes será incierto hasta cierto punto, tendrán dificultades para entrar a la universidad, estamos teniendo niños que van a primer grado y no saben sostener un lápiz, hay niños que terminan noveno y lo que quieren es sacar un oficio, ya no quieren profesiones, no estamos graduando a niños con comprensión lectora, llegan a la universidad y no saben redactar un texto, quiero que los niños tengan un buen futuro, pero se necesita mucho apoyo del estado y capacitación a docentes”
Sandra, maestra de cuarto grado en una escuela pública al norte del país.
Para muestra un botón
Las pruebas, Programme for International Student Assessment (PISA) miden el rendimiento y el desenvolvimiento de los alumnos en ciertos tipos de materia.
Estas pruebas internacionales se aplican a jóvenes en edad de 15 o más años en todo el mundo en Lectura, Matemáticas y Ciencias. Honduras participó una vez en el año 2018, los estudiantes lograron un 15 % en Matemáticas y un 30 % de los jóvenes hondureños logran el estándar internacional en Lectura según informe de ASJ (Pisa, 2018).Lo que indica que se debe mejorar en el sistema de educación.
En el año 2025 Honduras queda fuera de las pruebas PISA, por el desinterés de la Secretaría de Educación,
Además, existen otras pruebas, el Laboratorio de ideas de las Naciones Unidas (UNESCO) también hace pruebas regionales de matemática, ciencia y aprendizaje de lectura a nivel regional.
Por lo tanto, gran parte de los estudiantes evaluados en Honduras se posicionan en un lugar bajo del desempeño, aunque si se comparan los informes del 2013 y 2019 se concluye que en el área de matemáticas incrementaron significativamente, según Proceso Digital.
Sin embargo, en cuanto a la lectura y a Ciencias se debe fortalecer un poco más, debido a los datos mostrados en el informe.
Fueron 16 países los que participaron en la evaluación, Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, se analizó el desempeño de 160.000 estudiantes de tercer y sexto grado de primaria.
¿Qué se debe hacer para recuperar los días sin clases?
Preguntamos a algunos expertos sobre esta situación de centros escolares con aulas cerradas y que dejan a los niños sin su derecho a la educacion y a tener un mejor futuro, pero además que brindaran algunas recomendaciones
“Se debe ampliar la finalización del año lectivo, que según la ley fundamental establece el número de día y dar la potestad a los directores departamentales para que lo amplíen, para completar los 200 días de clases se debería de eliminar la semana de receso académico y atender los días sábados, priorizar la competencia que los educandos deben alcanzar y preparar actividades para desarrollar en casa y por último terminar el año lectivo hasta en enero para todos los estudiantes”
J.C. un experto en educación.
Además, mencionó que a 100 días de clases, se puede hacer una calendarización en donde marque la diferencia para que cada dirección departamental de educación pueda hacer la programación según la necesidad de sus zonas y los centros educativos, asimismo, recuperar los días que se han perdido.
La ASJ recomienda a la Secretaría de Educación y especialmente al nuevo gobierno, que deben responsablemente asegurar que se cumplan los 200 días clase durante su gestión, así como se logró en el año 2013. El nuevo gobierno, debe ir más adelante, no basta impartir los 200 días de clases, sino que debe ser enseñanza de calidad, de esta forma también recuperará su credibilidad y gobernabilidad.
Sociedad civil pide a los maestros seguir fielmente con esta responsabilidad de brindar clases de calidad a sus estudiantes cada día establecido en el año escolar y solicita a todos los padres y madres de familia que formen parte de esta red de voluntarios sociales y que monitoreen los días clase del centro educativo en el que estudian sus hijos.